La Biblioteca Braidense de Milán, tercera de Italia, en peligro. Su director, James Bradburne, da la voz de alarma


La Biblioteca Braidense de Milán, la tercera más importante de Italia tras las Biblioteche Nazionali Centrali de Roma y Florencia, corre un grave peligro si no se resuelve la situación en la que se encuentra actualmente. La alarma la dio ayer su director , James Bradburne, en la rueda de prensa en la que se presentaron las nuevas iniciativas de la biblioteca, de las que hablamos en un artículo publicado ayer en nuestra revista.

Bradburne explicó que en 2005 la Braidense contaba con 145 empleados de los que 32 eran bibliotecarios, mientras que en 2022 sólo habrá 27 empleados de los que sólo un bibliotecario: una tendencia insostenible que podría tener efectos muy negativos en los servicios. Y ya ahora, con una plantilla reducida a la mínima expresión, no es fácil garantizar aperturas continuas: por ejemplo, la directora María Goffredo ha hecho saber desde hace tiempo que la sala de referencia cierra los viernes y sábados por la tarde, la de manuscritos todo el día los viernes, y el servicio de reparto no funciona los lunes (todo el día) ni los viernes por la tarde.

Las bibliotecas son, por desgracia, las “hermanas pequeñas” de los museos y Bradburne explicó que ni siquiera pueden contar con los ingresos de la venta de entradas o los servicios adicionales. En cambio, cumplen una función muy importante e indispensable, que ponen gratuitamente a disposición de la comunidad. Por ello, Bradburne hace un llamamiento al Estado para que el Braidense pueda prosperar.

Para Bradburne, la solución podría estar en una mezcla de lo público y lo privado, por ejemplo confiando algunos servicios a cooperativas.

La Biblioteca Braidense de Milán, tercera de Italia, en peligro. Su director, James Bradburne, da la voz de alarma
La Biblioteca Braidense de Milán, tercera de Italia, en peligro. Su director, James Bradburne, da la voz de alarma


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