Once asociaciones lanzan propuestas para que la arqueología se incluya en el Plan de Recuperación. Las once siglas (ANA - Asociación Nacional de Arqueólogos, Archeoimprese, Asociación Nacional de Técnicos del Patrimonio Cultural, CIA - Confederación Italiana de Arqueólogos, CNA, Consulta di Topografia Antica, FAP - Federación de Arqueólogos Profesionales, Federación de Consejos Universitarios de Arqueología, Legacoop Producción y Servicios, Mi Riconosci? Soy un profesional del patrimonio cultural) se adhieren a la Mesa de Coordinación de las siglas del sector de la Arqueología (en representación de la administración pública, profesiones, empresas, consejos universitarios) y tras la mesa redonda Un reinicio para el Patrimonio Cultural post covid-19, organizada por la Confederación Italiana de Arqueólogos, elaboraron un documento conjunto sobre las oportunidades y perspectivas abiertas por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), el llamado “Plan de Recuperación”, que fue enviado el pasado 24 de diciembre a MiBACT, MUR, MISE y MIT.
Los firmantes del plan destacan que la arqueología es un sector con un fuerte impacto social, que permite reconstruir la memoria histórica y las raíces culturales de la comunidad, dándole voz, además de representar uno de los principales factores de animación del mercado turístico y ofrecer trabajo a una amplia red de empresas y profesionales especializados. Las asociaciones también reiteran cómo las inversiones en el sector cultural son generadoras de desarrollo en la medida en que repercuten en los ingresos inducidos (Impresa Cultura Italia y Confcommercio estiman en 2,65 euros los ingresos locales inducidos por cada euro invertido). Por estas razones, los once sindicatos consideran que los profesionales y las empresas que se dedican a la conservación del patrimonio cultural italiano son capaces, si se les proporcionan los instrumentos adecuados, de actuar como fuerza motriz no sólo para la valorización del propio patrimonio, sino también para colaborar activamente en la recuperación económica del país. El Plan de Recuperación representa por tanto, según las asociaciones de arqueología, una oportunidad para un nuevo arranque sistémico, para definir una nueva política industrial para el sector del patrimonio cultural con recursos, normas y definición de itinerarios formativos que incluyan, entre otras cosas, una relación más estrecha entre los institutos de formación e investigación, la empresa y el mundo de las profesiones. Según las once asociaciones, no son necesarias intervenciones “dispersas”, sino intervenciones específicas y estructurales, acompañadas de un marco de reformas de las prácticas y normas que regulan el mercado de referencia, con la convicción de que si se invierte en un sistema que no está regulado, que no funciona o que no es capaz de imaginar o asumir nuevas potencialidades, la eficacia de las inversiones está en peligro.
La propuesta de las asociaciones se articula en torno a tres puntos. El primero: valorizar las profesiones y el mercado de la cultura. Entre las medidas de reforma, se destaca la importancia de la plena aplicación de la normativa que regula las figuras profesionales del sector, con la valorización de las profesiones específicas en el ámbito del diseño, la dirección de obra y en la composición de las comisiones de licitación, así como la incorporación de la fase de estudio y la publicación en línea entre las actividades constitutivas de la excavación arqueológica. Para el buen funcionamiento del mercado se insiste también en la necesidad de homogeneizar pliegos y tarifas, superando las numerosas diversificaciones territoriales, y abogando por la aplicación de criterios de adjudicación que tengan en cuenta las características altamente especializadas del sector, caracterizado por una elevada incidencia del factor humano y la necesidad de garantizar elevados estándares de calidad, factores por otra parte conectados con el alto perfil que el dictado constitucional reserva a la protección del patrimonio cultural.
El segundo punto: una nueva fiscalidad y recursos para la cultura, con la convicción de que toda investigación arqueológica genera un enriquecimiento para el Estado no sólo en términos de conocimiento, sino también por el incremento del valor económico aportado al patrimonio público a través de la inclusión de nuevos bienes, debidamente catalogados, en los inventarios de bienes del Estado. Además, las investigaciones, aunque sean infructuosas desde el punto de vista arqueológico, aumentan el acervo de conocimientos y benefician la planificación de futuras obras. Así, la arqueología ya no puede considerarse un problema o un riesgo, sino una oportunidad para la puesta en valor del patrimonio nacional, así como del sistema de disfrute cultural. De estas consideraciones se derivan las propuestas de deducción de los gastos culturales, la reducción del IVA al 10%, que ya se aplica a las obras de restauración, y la definición de una fiscalidad ventajosa para los particulares que tengan que hacer frente a los costes de las investigaciones arqueológicas en la fase preventiva o de asistencia durante la realización de las obras. En el marco de los programas de inversión del PNRR, se destaca en primer lugar la exigüidad de la dotación prevista (sólo 3.100 millones de euros en total para la cultura y el turismo), que, según las asociaciones, no está a la altura de las oportunidades que el patrimonio cultural podría generar para el país, y también teniendo en cuenta que los dos sectores figuran entre los más afectados por los efectos del COVID-19. Por ello, las asociaciones piden la creación de un fondo para la accesibilidad y el uso ampliado, convencidas de que visitar museos, monumentos, conjuntos monumentales y zonas y parques arqueológicos significa, en primer lugar, poder acceder físicamente a ellos y, en segundo lugar, poder comprender sus contenidos históricos y culturales. Las asociaciones también creen que es necesario un fondo adicional para apoyar a los particulares que tengan que emprender obras de reconstrucción de viviendas dañadas por un seísmo, cuando los lugares se encuentren en zonas de interés arqueológico.
Por último, el tercer punto: la digitalización es uno de los temas centrales del PNR, y el sector de la arqueología tiene una gran necesidad de normalizar y sistematizar una cantidad considerable de datos almacenados en archivos, así como de concluir el proceso de tratamiento de los mismos para hacerlos utilizables. La adquisición de un sistema digitalizado tendría efectos positivos inmediatos en el ámbito de los procesos de ordenación territorial. Dentro del amplio ámbito de la digitalización, se han identificado tres líneas de actuación dirigidas a la creación de un inventario nacional de yacimientos y hallazgos, la digitalización de datos de archivo y la publicación de material histórico inédito. La primera directriz pretende la creación de una herramienta integral y de conocimiento público, un verdadero portal nacional, que se integre con el resto de herramientas de catalogación o digitalización del MiBACT, de uso inmediato para la protección, puesta en valor y ordenación del territorio, siendo una herramienta consultable por los planificadores (administraciones territoriales, profesionales) y utilizable por los funcionarios de AP para la elaboración de dictámenes técnicos. La segunda directriz propone un plan de digitalización real y generalizado del acervo de información sobre el Patrimonio Cultural en los archivos de los Institutos MiBACT (Superintendencias, Museos, Bibliotecas y Archivos) y de las Universidades. Precisamente la emergencia sanitaria de Covid-19 ha puesto de manifiesto el grave retraso en el acceso a la información y a las tecnologías necesarias para apoyar el trabajo que también se realiza de forma “ágil”. También será necesario promover, para favorecer el uso del patrimonio cultural para su puesta en valor y accesibilidad, la inclusión de herramientas de documentación innovadoras como grabaciones de vídeo desde drones, modelos 3D, etc. La tercera directriz identifica, como ámbito de inversión, el de la publicación en una plataforma digital del patrimonio documental, material e inmaterial almacenado en archivos, depósitos y en el territorio. Una enorme cantidad de datos, a menudo inaccesibles, inéditos y, por tanto, sustraídos a la valorización y a la usabilidad colectivas, que son de absoluta necesidad para el conocimiento del territorio, como elemento necesario para la planificación de su desarrollo y para la valorización de su patrimonio.
¿Cómo dar vida a esto? Los arqueólogos proponen dos ámbitos de intervención: los programas de reforma, por un lado, y los programas de inversión, por otro. Los programas de reforma se centran en dos líneas un mercado regulado (Plena aplicación de la normativa sobre figuras profesionales en el sector; Mayor cualificación de todas las obras públicas, incluidas las relacionadas con el patrimonio cultural; Normalización del perfil técnico y profesional de la categoría arqueológica OS25; Normalización de la evaluación económica para las obras y servicios del sector; Composición de las comisiones de licitación; Criterios para la selección de ofertas; Transposición de la fase de estudio y publicación entre las actividades que constituyen la excavación arqueológica; Incentivación de los procesos de especialización; Plan de formación para los poderes adjudicadores; Liberalización del uso de imágenes) y un nuevo marco fiscal (posibilidad de deducir los gastos culturales; fiscalidad ventajosa para los particulares que incurran en gastos de investigación arqueológica; reducción del tipo del IVA al 10% para las obras arqueológicas; entrada gratuita a museos y parques para los arqueólogos profesionales). Por último, en cuanto a los programas de inversión, las once asociaciones proponen un fondo para la accesibilidad y la reconstrucción, y un fondo para la digitalización del patrimonio. Todas las propuestas se han recogido en un documento de 15 páginas enviado a los organismos competentes y a la prensa.
Imagen: El Parque Arqueológico de Populonia. Foto Crédito Finestre Sull’Arte
La arqueología puede colaborar en la recuperación económica del país. Propuestas para el Plan de Recuperación |
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