Investigación sobre Pompeya, Parte II Conmoción en Pompeya, comunicación rimbombante: ¿la conservación en mente?


¿La rimbombante comunicación del Parque de Pompeya va seguida de un programa igualmente sólido de protección, mantenimiento y mejora? Segunda parte de la investigación sobre Pompeya.

En el primer episodio de esta investigación hablamos de la relación entre la zona arqueológica de Pompeya y el territorio circundante, observando cómo el auge mediático que siguió al Proyecto Gran Pompeya, dotado con 105 millones de euros, no se ha traducido en un aumento del interés del público local y de Campania. En este segundo episodio analizaremos con más detalle las estrategias de comunicación adoptadas, hablando con arqueólogos pompeyanos y no pompeyanos, centrándonos después en lo que no se cuenta sobre el parque: los costes de mantenimiento y la planificación a largo plazo.

El choque de Pompeya



La comunicación fue quizá el aspecto que cambió de forma más drástica bajo la nueva dirección de Massimo Osanna, que comenzó en 2014. El aspecto que ha supuesto un éxito, un cambio de ritmo, en cuanto a repercusión mediática y venta de entradas, y que solo ha suscitado críticas públicas en los últimos meses, con artículos en este y otros periódicos. Pero, en detalle, ¿en qué consiste este enfoque mediático?

En pocas palabras, tomando prestados términos y lenguaje de otros mundos, en particular del mundo del cine, el Parque de Pompeya ha conseguido en los últimos años, con un ritmo cadencioso, salir en todos los periódicos, incluidos los internacionales, con “nuevos descubrimientos”. Por regla general, el anuncio lo hace en exclusiva ANSA, por lo que los demás periódicos y periodistas tienen que decidir si se atienen a ese lanzamiento o esperan al comunicado de prensa del Parque, que se publica en las horas siguientes. Deteniéndonos sólo en los titulares de los lanzamientos de ANSA, podemos recordar por ejemplo "el último fugitivo","el tesoro de la hechicera","Pompeya en luzroja“, ”la inscripción que cambia la historia“, así como el más reciente ”tienda de comida callejera". A estos títulos hay que añadir hipótesis dadas por sentadas (“un criado y su amo”; “un ladrón”) por la dirección del parque a falta de pruebas, todo ello con el fin de crear una narración cautivadora y emotiva. Con toda probabilidad, esto ha contribuido a concentrar el crecimiento de los flujos turísticos en el quinquenio 2014-2019 en lazona arqueológica de Pompeya, dejando a los otros cuatro lugares visitables pertenecientes al Parque sólo las migajas, como veremos en la tercera parte de esta investigación. “Pompeya”, nos decía la estudiante de arqueología y activista local Laura Noviello en la primera parte de esta investigación, “está en el imaginario colectivo, y la propia historia de la arqueología ha ido de la mano de la del yacimiento. El sensacionalismo tiene como consecuencia la banalización de contenidos a menudo ya conocidos, que en cambio necesitarían un estudio en profundidad, y el riesgo de restar espacio a yacimientos periféricos que merecen más atención”.

En efecto, la arqueología nació en Pompeya y la arqueología es Pompeya en el imaginario popular: ¿cuántas veces ha leído usted por casualidad “un poco de Pompeya” en relación con descubrimientos arqueológicos que nada tenían que ver con la realidad pompeyana? Desde 1748, sin embargo, la disciplina ha dado pasos de gigante, superando la fase de los “bellos descubrimientos” para pasar al estudio de la cultura material tout-court. Fue precisamente en la década de 1970, cuando la arqueología se dotó de un modus operandi más científico basado en procedimientos estándar, cuando tuvo que apartarse de la"premisa pompeyana" y reconocer que Pompeya es única, una excepción que no representa a la disciplina arqueológica. Pero aunque esto ya está claro entre los iniciados, lo está mucho menos para el público.

Esto crea un problema en particular para los que se dedican a la arqueología fuera de Pompeya. Ester Lun ardon es arqueóloga y activista de la asociación Mi Riconosci, que ha criticado en varias ocasiones la línea de comunicación del Parque. Según Lunardon, el punto más crítico de la comunicación de Pompeya es uno en concreto: “Al hacer creer que intacto es sinónimo de extraordinario, de importante”, explica, “se hace un grave daño a la arqueología, distorsionando la visión que la gente tiene del tema. Muchos descubrimientos arqueológicos importantes o excepcionales están ligados a vestigios o fragmentos mínimos. Los que están en las obras lo saben, a menudo la gente corriente con la que uno tiene que tratar tiene la sensación de que el arqueólogo se está inventando la importancia del hallazgo, quizá una hilera de piedras o un camino de tierra, porque tienen en la cabeza imágenes de alzados pintados intactos. Pero la arqueología es mucho más, y tiene el deber de explicarlo, con un lenguaje sencillo y eficaz, pero sin ”atajos perjudiciales".

Estas dudas no sólo las tienen quienes no son pompeyanos. Para Luciana Jacobelli, arqueóloga que trabaja en Pompeya desde hace unos treinta años, vinculando su nombre a la excavación de las termas suburbanas, “Pompeya es el sueño de un arqueólogo, es un contexto en el que se pueden encontrar estructuras casi intactas por todas partes, donde los lapilli conservan excepcionalmente las pinturas”. Pero precisamente por eso, cada nueva excavación, en lugar de estar destinada a proporcionar a los periódicos hallazgos “sensacionales”, debería formar parte de un proceso de mantenimiento, conservación y ampliación de nuestros conocimientos arqueológicos históricos. Además“, añade, ”estos lanzamientos de noticias no han ido acompañados de publicaciones científicas, sino sólo de breves informes, que no permiten a los arqueólogos de todo el mundo hacerse su propia idea del contexto a partir de los datos disponibles. Difícilmente la pintura de un gallo encontrada en Pompeya, después de 270 años de excavaciones, puede por sí sola aportar algo a la investigación arqueológica: en Pompeya, sería mucho más sensacional no encontrar nada, que encontrar ambientes y estructuras ya conocidos en abundancia". Durante nuestra conversación telefónica, Jacobelli destaca un hecho que le llamó la atención durante la emisión del documental Pompeya: Ultima Scoperta, emitido el 27 de diciembre y que estuvo en el centro de la polémica debido a la elección de una producción francesa que excluía a la RAI. El documental difundía momentos de una falsa excavación arqueológica, para las cámaras, en la que se extraían del lapilli objetos intactos que acababan de ser encontrados sin haber sido documentados ni fotografiados: un gesto que ningún arqueólogo, y estamos seguros de que ni siquiera Massimo Osanna, realizaría jamás, y que Jacobelli compara con las falsas excavaciones montadas en el siglo XVIII por los Borbones con ocasión de visitas diplomáticas. Imágenes que, sin duda, no ayudan al público a comprender el trabajo del arqueólogo.

Otro aspecto queda claro en el análisis de Noviello y Lunardon: al calcular sobre la relevancia de Pompeya, que ya cuenta con una ventaja mediática sobre todos los demás yacimientos debido a la historia y a la naturaleza del lugar, se acaba restando respiro y visibilidad a yacimientos menos conocidos pero no menos relevantes para la historia de Italia y de Europa. Yacimientos en los que a menudo no basta una fotografía para entusiasmar al lector, pero que son capaces de contar historias y ayudar al público a desentrañar la complejidad de las sociedades humanas del pasado. Creo que los yacimientos con gran visibilidad mediática deberían ayudar a la disciplina, y me temo que en cambio la obstaculizan", concluye Lunardon.

El termopolio descubierto en 2019. Ph. Parque arqueológico de Pompeya
La termópolis descubierta en 2019. Ph. Parque Arqueológico de Pompeya


Massimo Osanna informa el 17 de enero de 2021 sobre Rai Tre (Che tempo che fa) de la termópolis descubierta en 2019
Massimo Osanna informando el 17 de enero de 2021 sobre Rai Tre(Che tempo che fa) del termopolio descubierto en 2019


Parque Arqueológico de Pompeya. Foto Créditos Laura Noviello
Parque arqueológico de Pompeya. Ph. Crédito Laura Noviello


Parque Arqueológico de Pompeya. Foto Créditos Laura Noviello
Parque arqueológico de Pompeya. Foto Créditos Laura Noviello

Los nudos sin resolver

Hay otro aspecto que la musculosa comunicación llevada a cabo por el parque en los últimos años ha dejado en la sombra: el del mantenimiento de lo excavado. “En los años 90”, explica Luciana Jacobelli, "las excavaciones se detuvieron porque no había dinero suficiente para garantizar el mantenimiento de lo que ya se había excavado. En los últimos años se ha hablado muy poco de los trabajos de mantenimiento, que también fueron noticia entre 2013 y 2014 por una serie de restauraciones adjudicadas con un descuento superior al 50% (las primeras de la época del Proyecto Gran Pompeya) que la fiscalía había investigado, poniendo también de relieve probables infiltraciones mafiosas. Carlo, el habitante de Pompeya que conocimos en la primera parte de la investigación, explica que Osanna ha hecho todo lo posible por acabar con viejas dinámicas, y que a él se debe el mérito de haber “construido una imagen de Pompeya como una enorme obra de construcción. Ha impuesto un sesgo diferente. Pero quienes frecuentan el yacimiento saben muy bien que Pompeya está en constante peligro de decadencia, en unos meses o años los graffiti que vemos hoy pueden desaparecer. Tenemos una gran responsabilidad para con las generaciones futuras”.

Pompeya es, en efecto, un yacimiento que necesita ingentes fondos para su mantenimiento: 44 hectáreas excavadas al aire libre. El dinero del Proyecto Gran Pompeya, como se ha dicho, se ha agotado. El Parque tiene ciertamente ingresos importantes: en 2019 los ingresos de la zona arqueológica habían alcanzado los 41 millones de euros, suficiente para una buena planificación. Pero entre gastos de gestión y cuotas a ceder a los concesionarios, el Parque se queda con mucho menos: para los servicios de restauración y cafetería (más de 2 millones de euros) todo se lo queda el concesionario, e incluso para los servicios de audioguías, preventa, visitas guiadas y librerías cerca del 90% de los fondos van a terceros. En el caso de la taquilla, la parte es menor y alrededor del 70% se queda en el Parque, pero en esta fase se está fomentando la venta de entradas por Internet, como sabemos. De hecho, los fondos del Proyecto Gran Pompeya, según las indicaciones originales, no se iban a gastar en nuevas excavaciones, sino en restauración, seguridad y mejora. ¿Está previsto conservar todo lo que se está excavando?

Las imágenes de “Leda y el cisne”, sacadas a la luz en 2019, están apareciendo en las redes sociales, expuestas a los rayos del sol durante varias horas al día y cubiertas únicamente por una lámina de metal, mientras que las barreras siguen caracterizando grandes partes del yacimiento que no se pueden visitar y están lejos de los focos. Y eso no es todo: para el recorrido"Pompeya para todos", construido con fondos del Proyecto Gran Pompeya, que ha llevado a más de tres kilómetros la parte del parque accesible a los visitantes con dificultades motrices, se ha utilizado cal hidráulica en varios lugares para “alisar” los caminos no subterráneos. Aunque la noble intención es indudable, la intervención generalizada con tales materiales ha alterado enormemente la fisonomía de la zona arqueológica, de forma similar a lo ocurrido recientemente en la Acrópolis de Atenas, otro destacado lugar objetivo del turismo de masas. Cabe preguntarse si los fondos, gastados con gran éxito en las excavaciones de Regio V y ya finalizadas, podrían haberse empleado en intervenciones con mayor previsión. De ello nos ocuparemos en la tercera parte de esta investigación.

El fresco con Leda y el Cisne al Sol. Foto Crédito Giuseppe Di Leva
El fresco con Leda y el Cisne al Sol. Foto Crédito Giuseppe Di Leva


Pinturas murales al sol. Foto Crédito Giuseppe Di Leva
Pinturas murales al sol. Foto Créditos Giuseppe Di Leva


Barricadas en Pompeya. Foto Créditos Laura Noviello
Transennas en Pompeya. Foto Créditos Laura Noviello


Basalto y cal. Foto Créditos Laura Noviello
Basalto y cal. Foto Crédito Laura Noviello


Barricadas en Pompeya. Foto Créditos Laura Noviello
Barricadas en Pompeya. Foto Créditos Laura Noviello


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