La riada que asoló el bajo Piamonte entre el 2 y el 3 de octubre no perdonó al llamado puente romano de Bagnasco (Cuneo), uno de los símbolos de la localidad: de origen romano, fue renovado en el siglo XVI por los franceses (tanto es así que el arco central lleva una escultura que representa el Lirio de Francia). En la antigüedad, se utilizaba como puente y como acueducto: un canal fluía sobre los arcos para transportar el agua.
Y el agua de los últimos días ha dañado gravemente el puente que cruza el río Tanaro: una gran parte de los arcos que lo coronan se ha derrumbado, ocho de trece para ser exactos. El puente ya había sufrido daños durante la gravísima inundación de 1994, que afectó a las provincias de Cuneo, Turín, Asti y Alessandria entre el 5 y el 6 de noviembre, causando la pérdida de 70 vidas. Pero ni siquiera entonces había sufrido derrumbes tan fuertes como los ocurridos este pasado fin de semana.
El alcalde de Bagnasco, Beppe Carazzone, hizo saber que pronto se celebrará en la Soprintendenza un debate sobre el futuro del puente, y que el municipio pedirá que se reconstruya. A continuación, el alcalde dirigió sus pensamientos a las familias afectadas por la riada y a la empresa Fassa Bortolo, que tiene una fábrica cerca del río, también fuertemente anegada.
En las fotos: el puente antes y después de la riada de 2020 (foto: Amateur Weather Network - Fausto Fabbrizzi)
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