Fuertes palabras las de Giulia Maria Crespi, presidenta honoraria de FAI - Fondo per l’Ambiente Italiano, sobre el asunto del Cara (Centro Accoglienza Richiedenti Asilo - Centro de Acogida para Solicitantes de Asilo) de Castelnuovo di Porto, en la provincia de Roma: por orden del Ministerio del Interior, en las últimas horas algunas decenas de los 500 migrantes acogidos en el centro han sido trasladados de hecho a otros destinos, sin que se les haya comunicado el motivo del traslado ni el destino. Entre los migrantes trasladados figuran también varios niños y jóvenes que habían iniciado itinerarios de integración en Castelnuovo di Porto y sus alrededores, donde habían empezado a asistir a escuelas locales o a asociaciones deportivas y culturales. La motivación esgrimida por el ministro del Interior, Matteo Salvini, consiste en el ahorro que supondría el cierre del centro (que es el segundo más grande de Italia) y que ha sido cuantificado por el propio ministro en 6 millones de euros.
Giulia Maria Crespi, entrevistada por Alessandro Fulloni en la edición de hoy del Corriere della Sera, ha declarado: “frente a Europa, me avergüenzo de ser italiana”. La presidenta de honor de la FAI, abuela de seis nietos, se mostró especialmente impresionada por la historia de los niños y jóvenes (“sin previo aviso se vieron obligados a abandonar la escuela, el lugar donde fueron acogidos y donde viven, para ser arrojados lejos, a la calle”).
Nacida en Merate el 6 de junio de 1923, Giulia Maria Crespi, empresaria y descendiente de una familia conocida por sus actividades en la industria textil (la familia Crespi fundó a finales del siglo XIX el pueblo obrero de Crespi d’Adda, hoy Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), fundó la FAI en 1975 junto con Renato Bazzoni, Alberto Pedrieri y Franco Russoli.
En la foto: Giulia Maria Crespi.
Giulia Maria Crespi, Presidenta de Honor de la FAI, sobre el Cara di Castelnuovo: "Me avergüenzo de ser italiana". |
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