Fue un confiado Dario Franceschini quien respondió a las preguntas de Emanuela Minucci, de La Stampa, en la edición de ayer, domingo 12 de abril. La entrevista versaba sobre la gestión de la emergencia en el sector de la cultura y, sobre todo, sobre las secuelas, es decir, lo que ocurrirá cuando se suavicen las medidas restrictivas (aunque será necesaria “prudencia”). Mientras tanto, la ministra de Patrimonio Cultural ha hecho saber que, en lo que respecta a los lugares concurridos como cines, teatros y conciertos, "hasta que se administre la vacuna, tendremos que convivir con el riesgo de contagio. Los lugares concurridos tienen por naturaleza un problema objetivo adicional. En algunos casos no sólo en el público, sino también en el escenario. Estamos pensando en cómo conciliar seguridad y reapertura. No será fácil, pero lo conseguiremos.
Los museos también están pensando en cómo reabrir: “lo discutiremos con el comité científico y el grupo de trabajo dirigido por Colao”, dijo Franceschini, “mientras tanto, los museos se organizan con las distancias, las entradas diferidas, las colas, el saneamiento”. En cuanto al sector turístico, el ministro afirmó que es el “más dramáticamente afectado: lo vengo explicando a mis colegas ministeriales desde el primer día. Antes de que vuelva el turismo internacional, por desgracia, pasará mucho tiempo”. Sin embargo, Franceschini está convencido de que el turismo volverá: al final de la emergencia, según él, las ciudades de arte “volverán como antes, porque Italia es indispensable para todos los viajeros del mundo”. Pero durante la emergencia “tendremos que centrarnos en el turismo interno. Estamos pensando en medidas para compensar la pérdida de ingresos de la tasa turística”.
Sobre cómo irá el verano, Franceschini está convencido de que podremos ir a la playa: a la pregunta sobre este punto responde con un elocuente “¡pero sí!” y añade también que "depende de cómo respetemos las medidas de estos días. Luego serán los científicos los que nos digan las recetas de seguridad sobre las aglomeraciones’. Por último, el ministro se muestra de acuerdo con el llamamiento a las vacaciones italianas: “estamos trabajando en un incentivo para animar a los italianos a gastar en turismo interno”. 2020 podría convertirse en un año para descubrir la Italia menos conocida: pueblos, paseos, carriles bici, trenes históricos".
Franceschini confía: este verano iremos a la playa y los museos ya piensan en cómo reabrir |
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