Los derechos de reproducción fotográfica de la Scala dei Turchi, el famoso acantilado blanco situado en el municipio de Realmonte, en la provincia de Agrigento (cerca de Porto Empedocle), podrían acabar en manos de un particular. Se ha convertido rápidamente en una de las atracciones paisajísticas más famosas de Sicilia gracias a las novelas de Andrea Camilleri, que a menudo ha ambientado las aventuras de su inspector Montalbano en las celebraciones del espectacular acantilado.
El caso es que el ayuntamiento de Realmonte se dio cuenta hace unos años de que la Scala dei Turchi es propiedad de un particular, Ferdinando Sciabarrà, un jubilado de 72 años, y desde entonces se está negociando para resolver el problema de la gestión del lugar. Sin embargo, según informa la prensa local, el ayuntamiento y la familia Sciabarrà parecen haber llegado finalmente a un acuerdo, que estipula que la familia transferirá la propiedad del lugar en su totalidad al ayuntamiento, y a cambio la familia Sciabarrà podrá, durante setenta años, explotar los derechos de imagen de la Scala dei Turchi, quedándose con el 70% de los beneficios y destinando el 30% restante de los derechos al ayuntamiento. La familia también ha creado una marca comercial “Scala dei Turchi” que otorga a los Sciabarrà la posibilidad de obtener una remuneración por el uso comercial de la imagen y el nombre de la zona.
Las reproducciones cubiertas por los derechos son las destinadas a servicios televisivos, periodísticos y cinematográficos con fines comerciales y publicitarios por parte de terceros. La autorización la dará Sciabarrà, mediante un pec que se enviará al ayuntamiento, que no obstante tendrá derecho de veto si considera que las iniciativas que solicitan los derechos de reproducción van en detrimento de la imagen y el decoro del lugar. El acuerdo también abarca las actividades de merchandising, el uso de la marca y la creación del portal turístico oficial. Además, Sciabarrà podrá conceder al municipio de Realmonte el derecho a promover actos culturales e institucionales que impliquen el uso de la imagen de la Scala dei Turchi, siempre que no tengan ánimo de lucro. Con este 30%, el ayuntamiento pretende reorganizar el uso de la zona (también porque los gastos correrán a cargo del ayuntamiento).
Obviamente, enseguida surgió la polémica. Uno de los principales críticos fue el diputado siciliano Michele Catanzaro, del PD, que habló de un asunto “increíble” y “escandaloso” que “confirma, una vez más, cómo a veces la realidad supera incluso los límites de la sátira”: Por lo que a mí respecta“, declaró Catanzaro, ”no permitiré, de ninguna manera, que uno de los lugares más significativos de la historia de nuestro territorio, un sitio que representa, mejor que otros, la seña de identidad de nuestra comunidad de Agrigento, una de las postales más bellas de Sicilia y de Italia, ¡se convierta en objeto de una escuálida mercantilización y de un negocio! La Scala dei Turchi pertenece al interés colectivo de todo un pueblo y nadie puede mercantilizar nuestra historia y nuestra identidad. Como parlamentario regional y como representante institucional de la Provincia de Agrigento, adoptaré todos los instrumentos a mi alcance para cortar de raíz esta ignominia; activaré todos mis contactos institucionales y todas las contramedidas para que esta locura se quede en una simple " boutade" de fin de verano".
Entre los críticos se encontraba también Legambiente Sicilia, que a través de su presidente Gianfranco Zanna hablaba de un “acuerdo cuando menos curioso, un acuerdo entre lo público y lo privado en beneficio total de este último”, y se pregunta “por qué, cuál es la utilidad de este acuerdo y por qué el alcalde de Realmonte ha decidido vender de esta manera la Scala dei Turchi, que debería ser, en cambio, patrimonio de todos”.
Sin embargo, el alcalde Calogero Zicari ha intentado apaciguar la polémica: Partiendo de la premisa, al ser consultado por Il Fatto Quotidiano, de que había cometido una ingenuidad al difundir el contenido del proyecto de acuerdo incluso entre los concejales de la oposición, que en un principio habían manifestado su consentimiento a la operación, pero que luego difundieron el documento (así lo declaró el primer ciudadano), afirmó que gracias al acuerdo el recinto pasaría a ser propiedad exclusiva del ayuntamiento de Realmonte “que podría así gestionarlo con ingresos exclusivos para la administración pública en caso de venta de entradas”.
En la foto: la Scala dei Turchi. Foto Crédito Francesco Lombardi
¿Fotos en la Scala dei Turchi? Los derechos de imagen podrían acabar en manos de un particular. Polémica |
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