En Florencia hay controversia sobre los bancos que el Ayuntamiento instaló en la plaza de Santo Spirito y en la plaza Strozzi a principios de junio, y tiene previsto instalar otros en la plaza de Santa Croce en breve. A los florentinos no les gustan nada los bancos (o mejor dicho: los “asientos itinerantes”, como se les llama en las comunicaciones oficiales del Ayuntamiento): son bloques rectangulares de arenisca de Firenzuola, de diversos tamaños, colocados por la administración municipal en las distintas plazas de la ciudad para responder a las numerosas peticiones de colocar bancos para que la gente pueda descansar. Se trata de elementos temporales: al final del verano, de hecho, serán retirados. “Es una forma de responder a la necesidad de zonas de descanso en el centro de la ciudad durante el verano”, ha declarado la teniente de alcalde Alessia Bettini, “garantizando una mejor acogida a quienes frecuentan las plazas y protegiendo el decoro de un centro histórico de inestimable valor histórico y arquitectónico, además de densamente poblado de actividades culturales y comerciales”. La ubicación identificada pretende respetar los lugares de relevancia de los edificios sagrados, el diseño histórico consolidado de las zonas de aparcamiento existentes y las zonas residenciales".
Sin embargo, la perspectiva de que estos bloques de piedra permanezcan en las plazas más bellas de Florencia durante todo el verano no resulta atractiva para los ciudadanos, que probablemente preferirían tener la incomodidad de estar de pie antes que ver esos bancos frente a los principales monumentos de la ciudad (“parecen ataúdes”, escriben muchos en las redes sociales). Así que el comité de residentes de Santo Spirito escribió una carta al alcalde Dario Nardella, al ministro de Cultura Gennaro Sangiuliano y al subsecretario Vittorio Sgarbi pidiendo su retirada: “Los bancos de la plaza Santo Spirito”, escriben, “no tienen nada que ver con el diseño urbanístico-arquitectónico de la plaza, y esto sería suficiente para retirarlos”. Pero hay más. Los asientos se han convertido en un espacio para el habitual vivac de los turistas“. Por ello, los ciudadanos piden ”un cambio radical en la filosofía del gobierno de Florencia. Somos conscientes de que un giro en la dirección que queremos implicaría una revisión drástica de la organización urbana, empezando por los servicios y la armonización de los derechos de todos’.
Lo único que queremos es una ciudad más habitable“, concluye el comité de residentes. ”Y nos gustaría que todo esto se debatiera en la ya cercana campaña electoral para las elecciones municipales, con el mismo espíritu de diálogo entre nosotros y las instituciones con el que hace poco menos de dos años creamos la coordinadora de todas las comisiones de vecinos del centro histórico. Fue un diálogo infructuoso, con una administración que no se planteó aceptar ninguna de nuestras peticiones, pero que podría retomarse, quizás empezando por la retirada de los tan discutidos asientos de la plaza".
La superintendente de Florencia, Antonella Ranaldi, también intervino en la polémica, intentando rebajar el tono, aunque desaprobó la disposición del nuevo mobiliario urbano: “Si los asientos provisionales -dijo la superintendente- se hubieran dispuesto de forma más coherente con el diseño de la plaza, lo habría preferido. Pero se trata de bancos provisionales. Son necesarios porque hay una oportunidad de disfrutar de una hermosa plaza donde hay vegetación. Es una oportunidad”.
Florencia, polémica por los bancos provisionales de la Piazza Santo Spirito |
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