En Florencia, las asociaciones de protección del paisaje luchan contra el proyecto de un complejo turístico de gran lujo que debería ver la luz en la zona del antiguo cuartel de Costa San Giorgio, en el barrio de Oltrarno, a dos pasos del Palazzo Pitti, junto a los jardines de Boboli y justo debajo del Forte Belvedere. El proyecto debería dar nueva vida al edificio que albergó el cuartel y que ahora se encuentra en estado ruinoso: la zona es propiedad de un particular que quiere instalar aquí un hotel para turistas adinerados, con más de cien habitaciones (85 habitaciones estándar, 20 suites y 18 pisos), un restaurante, un bar, una piscina, un centro de bienestar y un aparcamiento subterráneo.
Las intenciones de los propietarios de la zona ya han chocado con la oposición de asociaciones ecologistas y diversos exponentes de la política florentina, recibiendo críticas tanto de la izquierda como de la derecha (Dimitrij Palagi, de Sinistra Progetto Comune, y Alessandro Draghi, de Fratelli d’Italia, ya se han pronunciado en contra del proyecto). Hay dos puntos en particular en los que insisten los detractores del proyecto: el impacto paisajístico de la estructura en una de las zonas más bellas de Florencia, y la fragilidad del terreno. El pasado 25 de julio, la asociación Idra dirigió doce observaciones sobre el proyecto al Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento y a la Superintendencia, señalando también al alcalde de Florencia, Dario Nardella, la falta de información entre los residentes y la población de la ciudad. Según el Idra, el proyecto de construcción del hotel alterará profunda y radicalmente la zona comprendida entre el Ponte Vecchio, el Palazzo Pitti, los Jardines de Boboli, la Costa San Giorgio, el Forte Belvedere, la via di Belvedere y la via San Leonardo, afectando a la seguridad, la salubridad y la calidad medioambiental, la protección del patrimonio histórico-artístico implicado y el impacto en la conciencia cívica de los residentes y la opinión pública, Idra también envió tres preguntas al director de los Uffizi Eike Schmidt.
Siempre según Idra, la Dirección de Urbanismo ni siquiera consultó a la Dirección de las Galerías de los Uffizi, responsable de la protección de los Jardines de Boboli y del Palacio Pitti, “a pesar de que ambos corren un especial riesgo de impacto en las disposiciones urbanísticas”, según se afirma en la carta que la asociación envió al director de los Uffizi, Eike Schmidt. De hecho, la variante urbanística del Ayuntamiento de Florencia contempla, escribe la asociación, “una opción singular para que los clientes accedan al futuro hotel nada menos que por el Palazzo y el Jardín, con acceso a un llamado ”ascensor inclinado“ que se instalaría cerca de la Grotta di Madama y que les conduciría panorámicamente hasta el complejo. El ascensor de cremallera continuaría su recorrido por encima de la muralla de Boboli para transportar a los huéspedes interesados hasta el Forte Belvedere”.
Ya en las observaciones a la Variante enviadas al Departamento de Urbanismo, el presidente de Idra, Girolamo Dell’Olio, escribía que “es incomprensible cómo se ha podido admitir, aunque sólo sea en teoría, la solución, hipotizada por el proyecto, de un ascensor inclinado para servir al flujo de clientes de la estructura privada en cuestión con acceso al interior de un espacio museístico público”: una hipótesis, según Dell’Olio, que denota “un preocupante servilismo del sujeto público a la presión de los intereses privados”. Además, siempre según el presidente de Idra, la solución que prevé “el acceso de los clientes del hotel al servicio de ascensor inclinado desde la puerta principal del Palazzo Pitti, a través de recorridos poco funcionales, que habría que seguir para utilizar dicho servicio y que implican tramos en el interior del Palacio y del Jardín, en promiscuidad con los visitantes, hasta la Grotta di Madama, término occidental del cremallera, añade al diseño una nota que revela una paradójica ignorancia de los más elementales criterios de viabilidad, admitiendo la presencia de flujos privados dentro de un espacio de propiedad estatal gestionado por un instituto del Ministerio de Cultura dotado de autonomía, las Galerías Uffizi, con la cándida previsión de la participación de un contratista privado para la realización de intervenciones en propiedad pública”.
Y luego están los problemas de la red viaria, subraya Dell’Olio: “En la red viaria actual, conviene subrayarlo, no existen alternativas a Costa San Giorgio, Costa Scarpuccia, Via dei Bastioni, Via San Leonardo, iconos de la histórica red viaria florentina, necesariamente unidireccionales. Se trata a todas luces de una presión insoportable, tanto cuantitativa como cualitativamente, teniendo en cuenta las características del contexto que describen esta franja de la ciudad como un ”oasis paisajístico merecedor de la máxima protección". Otra cuestión, la de la estabilidad hidrogeológica de la zona: “proponiendo en la colina del Belvedere”, escribe además Dell’Olio, “movimientos de tierra exorbitantes y movimientos de tierra que podrían afectar a las condiciones de estabilidad de una ladera que históricamente ha dado pruebas de hundimiento, y ha sido fuente de preocupación constante incluso para gobernantes como el Gran Duque Cosme I (así lo atestigua la célebre placa de la Via de’ Bardi, frente a la iglesia de Santa Lucia dei Magnoli, más abajo: Cosimo de’ Medici, señor de Florencia y Siena, prohibió la reconstrucción de las casas en esta montaña que se había derrumbado tres veces debido a la insuficiencia del suelo”), parece una decisión peregrina y desacertada".
Por último, según se desprende de Idra, de momento la aportación de la Superintendencia no se formaliza en un dictamen escrito: solo constan unas bromas en el acta de la Conferencia de Servicios de mayo de 2019, en la que parece que se acordó no someter el plan a Evaluación Ambiental Estratégica. A la espera de novedades, para la asociación, en definitiva, se trata simplemente de “una chapuza” y de “una operación altamente especulativa, además de arriesgada para el territorio”.
En la imagen, la hipótesis de una entrada peatonal para los clientes del hotel con el ascensor inclinado.
Florencia, planes para un hotel de ultralujo junto al Palacio Pitti. "Será una monstruosidad |
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