Muy malas noticias desde Florencia, donde una obra maestra de Lorenzo Bartolini (Savignano di Prato, 1777 - Florencia, 1850), el monumento a Nicola Demidoff, sufrió un grave acto de vandalismo durante la noche. Una de lasalegorías que componen el conjunto, laalegoría de la riqueza, representada como una mujer que abraza de niña a Plutón, el dios de la riqueza, fue de hecho objeto de un ataque: un dedo de la personificación de la riqueza fue desprendido, mientras que el dios Plutón fue decapitado. Los daños, según las primeras estimaciones de los expertos, ascenderían a veinte mil euros. Pero más que el perjuicio económico, lo que duele es el daño moral: la obra, dejada a merced de los gamberros, será compensada con una restauración (afortunadamente los vándalos no se llevaron la cabeza, que fue encontrada en el suelo), pero en esencia ninguna intervención podrá devolver a la estatua su integridad material original.
Nadie vio a los vándalos en acción: probablemente treparon a la estatua por la valla de palomas. Los daños fueron advertidos por los transeúntes a primera hora de esta mañana: se llamó a los agentes de la Policía Municipal, que no pudieron hacer más que averiguar lo sucedido e intentar reconstruir la acción de los vándalos. Ya se han iniciado las investigaciones para determinar la autoría de los daños, y los restauradores realizarán en breve análisis de la escultura para valorar qué hacer.
La obra, situada en la plaza Demidoff de Florencia, es una de las más famosas de Lorenzo Bartolini, máximo exponente italiano del purismo en la escultura y uno de los mayores artistas de su época. El artista creó el monumento, destinado a homenajear al filántropo ruso Nikolaj Demidov (italianizado como Nicola Demidoff), a lo largo de un periodo bastante largo, entre 1830 y 1850, pero no se inauguró hasta 1870, veinte años después de la muerte de Bartolini. Los encargados fueron sus hijos Anatoli y Pyotr, que habían pedido al artista toscano una obra digna de celebrar a su padre, fallecido en 1828. Demidoff aparece sentado en un alto zócalo, junto a su hijo Anatoli y la alegoría de la gratitud. A sus pies, en las cuatro esquinas, aparecen otras tantas alegorías: la misericordia, en alusión a las actividades filantrópicas de Demidov, representada como una mujer que da de comer a un niño; la riqueza, en referencia a las minas que Demidoff poseía en Siberia; la musa de las festividades, que simboliza las fiestas que Demidoff solía organizar en sus fincas; y, por último, la verdad, representada, a la manera típica iconográfica, como una joven desnuda que sostiene un espejo. La maqueta de la obra se conserva en el Museo di Palazzo Pretorio de Prato.
En la foto, la alegoría dañada. Foto Crédito Yair Haklai
Florencia, gravísimo acto vandálico contra la obra maestra de Lorenzo Bartolini. Una alegoría del monumento Demidoff decapitado |
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