Las obras del tranvía que afectan a la Piazza della Stazione, en la parte comprendida entre el ábside de la basílica de Santa Maria Novella, una de las obras maestras arquitectónicas más reconocibles de la ciudad, y la estación de ferrocarril del mismo nombre, obra maestra del racionalismo italiano construida por Giovanni Michelucci en los años 30 en armonioso diálogo con el antiguo contexto urbano, suscitanuna encendida polémica en Florencia. Ya el verano pasado estalló la polémica por la tala de los pinos de la plaza, árboles que aún formaban una pequeña isla verde en el centro de la capital toscana. Ahora son los postes del tranvía, un auténtico bosque que ha surgido entre la basílica y la estación de Firenze Santa Maria Novella, los que corren el riesgo de comprometer, con su maraña de cables, el trazado de la plaza imaginado en el siglo XX y desfigurar también la vista del edificio sagrado.
“No han pasado demasiados meses desde que los ciudadanos florentinos se vieron sorprendidos por la tala de los pinos históricos de la Piazza della Stazione, la última perspectiva de verdor urbano del siglo XX bien dentro del contexto urbano creado por el Grupo Toscano de arquitectos que giraba en torno a Michelucci en los años 30”, escriben en una nota Italia Nostra Firenze y la Coordinamento Cittadino Tutela delle Alberature. “Después del engaño, el engaño. El engaño es precisamente ese ”bosque de postes" de metal -como han recordado recientemente los periódicos- y esa maraña de cables, que se han materializado recientemente a la vista, no de los turistas distraídos, sino de los residentes, esos florentinos que conocen bien su ciudad y cuyas peticiones nunca se han tomado en serio (piénsese en el desoído referéndum sobre el tranvía de hace diez años).
También fue muy duro el superintendente Andrea Pessina. Contactado por el diario La Nazione, habló de un “impacto muy fuerte”, añadiendo que si el proyecto de la plaza se hubiera presentado bajo su mandato (de hecho, la aprobación del proyecto se remonta a un periodo en el que Pessina aún no era superintendente en Florencia), no habría recibido el nulla osta. “Me preocupé enseguida”, añadió Pessina, “hace unos diez días, cuando vi que empezaban a plantar los postes: el efecto que tiene ahora me angustia no poco”. Sin embargo, cualquier intervención parece ahora imposible: “No se puede deshacer un trabajo que acaba de terminarse. Aunque espero que pronto iniciemos una mesa de diálogo con la administración sobre esta cuestión para poder introducir al menos algunos cambios”. Y de cara al futuro, Pessina espera que el proyecto pueda reelaborarse para aminorar el impacto de los postes: se está estudiando la propuesta de un tranvía a pilas en el tramo entre Santa Maria Novella y la estación. La idea es combinar la utilidad del proyecto tranviario con la protección de la belleza de la ciudad.
Las críticas también llegaron del mundo político. Silvia Noferi, líder del grupo del Movimiento 5 Estrellas en el ayuntamiento, reitera que su partido ya había insistido hace tiempo en la necesidad de alimentar el tranvía en batería en los tramos donde tendría mayor impacto, y considera grave el silencio de la Unesco y de sus representantes en la ciudad.y lanza una acusación contra el Partido Demócrata por haber “cambiado para siempre la faz de Florencia, desfigurando barrios enteros, sin la menor sensibilidad por el valioso contexto histórico y arquitectónico en el que trabajaba para encontrar una solución a la movilidad y la contaminación cuando existían soluciones más sencillas y menos costosas”. De “daños incalculables al patrimonio urbano y arquitectónico de Florencia” habla en cambio el vicepresidente del Consejo Regional de Toscana, Marco Stella, que es también el coordinador florentino de Forza Italia, y que señaló que era posible idear un sistema de baterías o inalámbrico con alimentación desde abajo, como ocurre en otras ciudades. Por su parte, Sergio Givone, filósofo y ex concejal de Cultura del Ayuntamiento de Florencia, señaló que “se ha oscurecido la belleza” y confió en que la plaza pueda liberarse pronto de esta engorrosa presencia.
En el lado opuesto de la barricada, el concejal de Obras Públicas, Stefano Giorgetti, pidió esperar al final de las obras para juzgar el resultado, y aunque precisó que no decía “que los postes y las líneas de contacto no sean invasivas”, quiso señalar, en un post en su página de Facebook, “que otros, antes que nosotros, han evaluado el impacto, considerándolo adecuado y dando las aprobaciones y autorizaciones pertinentes”. El alcalde Dario Nardella, respondiendo a las críticas de Italia Nostra, también dijo que sería mejor no tener los postes que tenerlos, pero se defiende afirmando que el proyecto está aprobado por todas las autoridades competentes desde hace años.
Foto: Orlando Caponetto (vía Facebook)
Florencia, el bosque de postes del tranvía desfigura Santa Maria Novella. Fuertes críticas de las asociaciones y del superintendente |
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