Florence, el gigante perdido del artista callejero Stormie Mills dañado


El mural Gigante perdido, del artista callejero australiano Stormie Mills, resultó dañado en Florencia. El artista está dispuesto a rehacerlo.

En Florencia, hace unos días resultó dañado el mural El gigante perdido en una barca con los colores de los Canottieri Firenze, creado por el artista callejero australiano Stormie Mills en una pared de Via Villamagna, en el distrito 3. El edificio alberga también la Filarmonica Rossini.

“El arte siempre ha sido un instrumento de civilización y de apertura de las conciencias y las mentes de las personas”, comentó Jacopo Celona, Director General de la Bienal de Florencia, que hace cuatro años promovió la creación de la obra. "Con este espíritu, la Bienal de Florencia, desde su fundación, ha promovido la más amplia difusión de las artes y la cultura también en las periferias urbanas y, en particular, en los lugares de agregación. No solo eso: a lo largo de los años, han nacido varios proyectos de arte urbano“, prosigue. ”En 2017, la primera mujer artista callejera de Afganistán, Shamsia Hassani, fue recibida con un mural (el único en Italia) que se colocó en el muro perimetral del Instituto Técnico Leonardo da Vinci de Florencia. En 2018 llegó a la ciudad el artista australiano Stormie Mills, cuyas obras se centran en la soledad de los suburbios que en muchas ciudades del mundo acogen a sus Gigantes perdidos en busca de hogar. Sus obras explotan un profundo sentimiento de aislamiento y, sin embargo, cada personaje parece llevar un mensaje de esperanza. Cada gigante perdido cuenta una historia más amplia, la obra se desarrolla y es creada por el artista en diálogo con la comunidad que lo acoge y se convierte en su custodio. Por eso la obra de Mills no sólo fue un importante legado artístico para la ciudad de Florencia, sino que también representó algo para la comunidad del Distrito 3 a la que fue donada“. Como hogar de este gigante perdido, que vestía una camiseta con los colores del equipo masculino Canottieri Firenze, se había elegido un lugar de encuentro juvenil, cerca de la escuela primaria Kassel y en un edificio que también alberga la Filarmonica Rossini. ”No es fácil comprender cuál ha podido ser el motivo de semejante gesto, tan deplorable como para golpear no sólo al artista y su obra, sino en particular a toda una comunidad y los valores que expresa“, añadió Celona. Una acción perpetrada gratuitamente, aparentemente sin explicación y sobre todo que no puede justificarse de ninguna manera. Si alguien se ha sentido afectado de alguna manera por esta obra o por los valores que pretendía transmitir, probablemente ha optado por una muestra de disconformidad absolutamente incívica, que demuestra que aún queda mucho por hacer para que nuestra sociedad y las personas que la componen sean capaces de compartir valores sanos de tolerancia y civilización. Lo lamentamos profundamente y como Bienal de Florencia ya nos hemos puesto a disposición del Ayuntamiento de Florencia y de las instituciones del Distrito 3 para colaborar una vez más, con la implicación del artista Stormie Mills, partiendo del mismo lugar que fue teatro de este triste e incomprensible suceso, con el objetivo de reafirmar la importancia del respeto y la tolerancia como valores fundamentales para un futuro sostenible”.

Al conocer la noticia, el artista, originario de Australia, también quiso comentar: "Cuando la Bienal de Florencia se puso en contacto conmigo para comunicarme lo que había ocurrido en el trabajo en el club de remo, me entristecí. No por lo que le hicieron a mi obra, el cuadro es sólo temporal, sino porque tenía buenos recuerdos de la creación de la obra. Para obtener el visto bueno de los concejales del Ayuntamiento de Florencia, asistí a reuniones en grandes edificios que nunca había visto y, cuando llegó el momento de pintar, la amabilidad y la acogida que me dispensaron los miembros del club de remo me hicieron sentir que estaba haciendo algo especial para ellos. A lo largo de los años, gente que conozco de todo el mundo ha ido a ese club de remo a hacerse fotos con ese gigante, compartiéndolas conmigo: una parte de la ciudad que los turistas normalmente no visitarían, otra conexión entre personas y lugares creada a través del arte. Estos recuerdos se han contaminado, pero no para siempre, no por mucho tiempo, porque si la situación general lo permite y los amigos de Florencia lo desean, a finales de año puedo volver y el mural puede renacer: podemos hacer de esta cicatriz un recuerdo mejor, que triunfe sobre todo, gracias a una conciencia aún mayor de los objetivos que hay que alcanzar".

Donata Meneghello, Presidenta de la Filarmónica Rossini, comentó:"El Gigante Perdido es un tipo sin edad, de aspecto apacible, en un barquito, con esa media sonrisa entre resignada y soñadora. El mural de un famoso artista internacional fue asfaltado por desconocidos con brutales pases de rodillo. Nos habíamos encariñado con aquella figura algo torpe pintada en el largo muro amarillo, guardián involuntario de nuestra plaza. Fue una amarga sorpresa para todos, músicos, deportistas, niños de nuestros locales, los niños de la escuela primaria de Kassel que la vislumbraban desde la verja de enfrente. Un gesto gratuito de desprecio: furia, censura, envidia, resentimiento social, o más sencillamente el efecto de un vacío existencial y cultural difícil de morir. Estamos ahí para contrarrestarlo. Además de los suburbios, hay que actualizar las culturas y los imaginarios, aumentar la conciencia cívica. Incluso con la música y el deporte esto puede hacerse".

Florence, el gigante perdido del artista callejero Stormie Mills dañado
Florence, el gigante perdido del artista callejero Stormie Mills dañado


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