Estimado profesor Montanari, el verdadero problema de Eataly no es la banalización del Renacimiento


Una reflexión sobre Eataly a raíz del artículo de Tomaso Montanari sobre la banalización del Renacimiento por la cadena de Oscar Farinetti.

Como habrán adivinado los que siguen esta página desde hace tiempo, una de mis lecturas favoritas en lo que se refiere a la actualidad vinculada al patrimonio histórico-artístico es el blog de Tomaso Montanari, que ayer mismo publicó un post titulado Eataly, el Bignami del Renacimiento: la última idea para vender paccheri, en el que el historiador del arte florentino hablaba de la banalización del Renacimiento por parte de la famosa cadena de supermercados Eataly. Entonces descubrimos, por ejemplo, un significado totalmente nuevo atribuido al término "recorridomuseístico“: siempre había pensado que este término indicaba un itinerario entre diferentes museos, mientras que para Eataly, el ”recorrido museístico" no es más que una serie de paneles ilustrativos pegados a su sede en Florencia y que supuestamente explican el Renacimiento.

A continuación descubrimos los errores macroscópicos que aparecen incluso en la presentación del proyecto en la web oficial de Eataly: Piazza della Santissima Annunziata que se convierte en ’Piazza Annunziata’, Cosimo el Viejo transformado en ’soberano de Florencia’ y ’comerciante de arte’, ’el descubrimiento del tenedor’ (como si lo hubiera encontrado escondido en alguna parte) atribuido a Caterina de’ Medici, por no hablar de los errores ortográficos y el italiano aproximado utilizados en el texto. Y la perlita de ’el gran descubrimiento de las Américas por Cristóbal Colón’: podemos preguntarnos qué tenía que ver un genovés que trabajaba para los españoles con Florencia, pero evidentemente alguien en Eataly vio que los florentinos habían dedicado un lungarno a Colón, así que pensaron que podía haber una conexión animada. Y podríamos terminar con una perla más, la entrevista a Oscar Farinetti, presidente y fundador de Eataly, durante la inauguración de la tienda, una entrevista en la que Farinetti dice que mientras paseas por Eataly “si quieres puedes coger la audioguía -¡mira que estamos locos! - coges la audioguía, y piensa que es el primer supermercado del mundo al que vas con un carrito y una audioguía y te encuentras con Jacopo de’ Medici, etc.’. Así que hay dos casos, o es una guía extremadamente detallada, hasta el punto de dar información sobre personajes casi oscuros como este ”Jacopo de’ Medici“, o hay algo que falla en la presentación de Farinetti. Por no mencionar el hecho de que el visitante también tiene que ”cagarla“ con este ”Jacopo de’ Medici"... lo que sugiere que se trata de una experiencia tremendamente aburrida. Al final de la entrevista, Farinetti también dice que dentro de Eataly se pueden encontrar libros: no estaría mal que él mismo se comprara uno sobre la historia del Renacimiento.



Y esto para hacer un pequeño resumen. Por primera vez desde que escribo en este sitio y cito sus artículos, me gustaría dirigirme directamente a Tomaso Montanari: amable profesor, estoy totalmente de acuerdo con lo que ha escrito en su artículo, pero en este caso el verdadero problema no es tanto la banalización del Renacimiento. También porque no quiero creer que los turistas sean tan despistados como para que les expliquen el Renacimiento en una tienda de ultramarinos, cuando lo tienen de verdad a dos pasos. Sería un poco como ir de vacaciones a la playa y decidir tomar el sol en la terraza del hotel. Tampoco quiero creer que los turistas sean tan ingenuos como para creer que lo que encuentran dentro de Eataly es una “visita de museo”. Más que de los pensamientos de Eataly sobre el Renacimiento, deberíamos hablar de la cultura (?) empresarial de Eataly.

El pasado 21 de diciembre apareció en las páginas de Il Fatto Quotidiano una entrevista de Carlo Tecce a Oscar Farinetti, con el significativo título: “Farinetti: ’Trabajar por 8 euros la hora: el precio es justo’”. Puede encontrar el texto completo de la entrevista en el PDF de este enlace, en la página 29. Al periodista que preguntó a Farinetti si ocho euros de salario bruto por hora eran justos, Farinetti respondió: ’¡Justo! No me parece poco, ¡el coste de la empresa es una locura! ¿Cuánto te pagan por un artículo? Pero estoy furioso porque en Eataly no se gana menos de 1.000 euros por 40 horas semanales y domingos’. ¿Y se supone que tenemos que darle las gracias? Pero la cosa no acaba ahí. A continuación, el periodista pregunta, de forma un tanto provocadora, si los jóvenes con mil euros al mes pueden formar una familia. Farinetti responde: “No, claro que no. Tienen que hacer sacrificios. Sin embargo, si una pareja gana dos mil, puede hacerlo. Si el Estado quita algunos impuestos y hace que sea atractivo contratar, entonces también podemos aumentar los salarios’. Luego continúa con otra golosina: el periodista le pregunta a Farinetti por qué los dependientes de Eataly son cacheados al final de su turno. Farinetti responde que es porque ha ocurrido que alguien ha robado. Tecce responde preguntando por qué ocurre esto. Respuesta de Farinetti: ”Tienen bajos ingresos. Y quien tiene pocos ingresos y no tiene conciencia cívica se ve empujado a robar“. Aquí nos habrían gustado dos preguntas más: ”¿gracias a quién tienen bajos ingresos?“ y ”¿quién se encarga de contratar al personal sin conciencia cívica?“, pero tenemos que contentarnos. Los comentarios de Farinetti concluyen finalmente así: ”no le pongan a esta entrevista un título de mierda". A los lectores las consideraciones.

Profesor Montanari, de esta entrevista podemos extraer en primer lugar una invitación a la tolerancia: si la persona que escribió ese artículo sobre el Renacimiento recibe el salario por hora que se cita en la entrevista, probablemente ha hecho demasiado y no podemos esperar más. El problema, sin embargo, es que de esta entrevista se derivan también temores para el futuro: si esta es la cultura empresarial que le gusta a Matteo Renzi, que en un futuro no muy lejano podría meter mano en el Palazzo Chigi, no me atrevo a pensar qué será del trabajo en Italia. Sobre todo porque Farinetti, en la misma entrevista, se define como ’un camarada, desde siempre. Hijo de un partisano’. Con buena paz a los camaradas y a la izquierda.


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