El gasto público queItalia reserva a la cultura es de los más bajos de Europa. Así lo afirma la edición 2021 del informe BES (Benessere Equo e Sostenibile - Bienestar Justo y Sostenible)del Istat. En cuanto al gasto público, que incluye las actividades de protección y valorización del patrimonio, los datos se refieren a 2018: hablamos de 5.100 millones de euros, poco comparado con lo que gastaron Francia y Alemania (14.800 y 13.500 millones respectivamente) pero menos incluso que España, que destinó 5.300 millones a la cultura. En relación con el Producto Interior Bruto, Italia gasta sólo el 2,9 por mil, frente al 4 por mil de media de la UE. Esto nos sitúa en el puesto 23 de los 28 Estados miembros en esta particular clasificación (sólo Rumanía, Portugal, Irlanda, el Reino Unido y Grecia están peor que nosotros, mientras que los cinco primeros puestos de la clasificación los ocupan Hungría, Letonia, Estonia, Malta, la República Checa y Croacia, como puede verse en la Fig. 1). Por otro lado, hay buenas noticias: somos el país que más gasta en protección de la biodiversidad y el paisaje (2 900 millones frente a los 1 900 millones de Francia y los 1 700 millones de Alemania), aunque la suma ha disminuido un 23 % desde 2010.
El informe también examina el gasto de los municipios en la gestión de bienes y actividades culturales: 19,4 euros per cápita en 2018, 0,6 euros más que en 2017, pero 2,9 menos que en 2010 (una caída del 10% respecto a ocho años antes, frente a un crecimiento del 8,5% del gasto corriente global). En el presupuesto de las administraciones municipales, señala el Istat, el de cultura bajó del 3,4% al 2,8% del gasto corriente entre 2010 y 2013 y se ha mantenido estable desde entonces (gráfico 2). La brecha entre el Centro-Norte y el Mezzogiorno sigue aumentando: en 2018, un municipio del Mezzogiorno gasta una media de 8,9 euros per cápita en cultura (el 45,9% de la media italiana y algo más de un tercio de un municipio del Centro-Norte), mientras que en 2010 gastaba 11,6 euros (el 52% de la media italiana y cerca del 40% de los municipios del Centro-Norte). En la comparación entre regiones se observan desigualdades muy marcadas: de 4,5 euros per cápita en Campania a 33,1 en Emilia-Romaña, entre las regiones con estatuto ordinario, y de 9,3 euros per cápita en Sicilia a casi 60 en la provincia de Bolzano entre las regiones autónomas y las provincias. Las cinco regiones en las que el gasto es mayor son la provincia de Bolzano, la provincia de Trento, Friul-Venecia Julia, Emilia-Romaña y Toscana, mientras que aquellas en las que el gasto es menor son, empezando por la parte inferior de la clasificación, Campania, Apulia, Molise, Calabria y Abruzos (fig. 3).
Siguiendo con el tema de la cultura, el Istat constata elaumento de la frecuentación de los museos, sobre todo en el sur, pero también la concentración de flujos. En Italia hay 4.880 instalaciones de exposición permanente abiertas al público (1,6 por cada 100 kilómetros cuadrados entre museos y galerías, áreas arqueológicas y parques, monumentos y complejos monumentales), que acogieron a casi 130 millones de visitantes durante 2019. Desde 2015, sin embargo, el número de estructuras encuestadas ha disminuido (-1,9%). Istat también observa un aumento continuo del flujo de visitantes (+17,5%, y +22,7% en el Mezzogiorno), aunque en 2019 el crecimiento se ralentizó considerablemente en comparación con el año anterior (+1% frente a +8%). La mitad del flujo de visitantes, sin embargo, se concentra en el 1% de las instalaciones más importantes, y la asistencia aumenta especialmente en las instalaciones más importantes (+33,5% en aquellas con una media de más de 2.500 entradas al día). El indicador de densidad y relevancia del patrimonio museístico muestra una distribución territorial muy concentrada. Por último, sólo hay cuatro regiones, destinos favoritos del turismo internacional, que superan la media italiana (1,62 estructuras por 100 km2): Lacio, Toscana, Campania y Véneto (fig. 4).
“Si el aumento de la frecuentación es en sí mismo un dato positivo (y particularmente alentador para el Sur)”, señala el ISTAT, “no lo es tanto la tendencia a la concentración de los flujos, que corre el riesgo de volverse insostenible para los grandes polos de atracción del turismo cultural y exige una estrategia de reequilibrio”.
Fig. 1. Gasto público general para la clase 05.4.1 de la Clasificación Internacional del Gasto Público por Funciones (Cofog) |
Fig. 2. Izquierda: Gasto corriente de los municipios para la protección y puesta en valor de los bienes culturales y paisajísticos (a). Años 2010-2018. Euro per cápita y valores porcentuales. Derecha: Gasto corriente per cápita de los municipios para Protección y puesta en valor de bienes y actividades culturales y paisajísticas (a) por desagregación geográfica. Años 2010-2018. Números índice, Italia=100 |
Fig. 3. Gasto corriente de los municipios para Protección y desarrollo de bienes y actividades culturales y paisajísticas (a) por región y desglose geográfico. Años 2010 y 2017-2018. Euro per cápita |
Fig. 4. Densidad y relevancia del patrimonio museístico por regiones y desagregación geográfica. Años 2015 y 2019. Estructuras museísticas ponderadas por el número de visitantes por cada 100 km2 |
Estamos entre los países europeos que menos gastan en cultura. El informe del Istat |
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