Estados Unidos e Israel abandonan la Unesco: ¿qué consecuencias tiene ahora?

La noticia es de hace unas horas: Estados Unidos ha decidido abandonarla Unesco, la organización de Naciones Unidas que protege la cultura. La decisión estadounidense de retirarse de la Unesco se hará efectiva el 31 de diciembre de 2018: después, se convertirán en meros observadores permanentes. Estados Unidos, que bajo la presidencia de Obama ya había decidido dejar de financiar a la Unesco tras la inclusión de Palestina como miembro en 2011, se retira debido a su preocupación, según el comunicado oficial, por “el creciente retraso de la Unesco, la necesidad de reformas radicales dentro de la organización y su continuo sesgo antiisraelí”. A Estados Unidos nunca le han gustado las decisiones de la Unesco sobre la ciudad de Jerusalén: la organización, en concreto, declaró este verano que, en lo que respecta a Jerusalén Vieja y Jerusalén Este, Israel es una potencia ocupante, y que algunos lugares santos son patrimonio exclusivo del Islam. Sin embargo, no es la primera vez que EE.UU. abandona la Unesco: ya ocurrió en 1984, y en aquella ocasión el motivo fue un supuesto sesgo favorable a la Unión Soviética. EE.UU. se reincorporó entonces en 2002. Israel también ha anunciado que seguirá el ejemplo estadounidense.

La Directora General de la Unesco , Irina Bokova, expresó su decepción por la elección estadounidense, pero las declaraciones de pesar llegaron de muchas partes del mundo. Para el gobierno alemán se trata de una decisión que envía una señal equivocada, para Rusia es una “triste noticia”, Francia está en la misma línea, y el Secretario General de la OUN, Antonio Gutierres, expresó su “profundo pesar”. El pesar también llegó desde las propias instituciones culturales estadounidenses. “La decisión del presidente Trump sobre la retirada de la Unesco”, dijo el director general del Museo Metropolitano de Nueva York, Daniel H. Weiss, “daña el papel histórico de Estados Unidos como líder en este empeño y debilita nuestra posición como firme defensor de la preservación cultural”. Aunque la UNESCO no sea una organización perfecta, ha sido un líder importante y un socio fuerte en esta labor vital. El Met sigue profundamente comprometido a mantener una relación productiva con la Unesco y con colegas de todo el mundo que comparten este importante objetivo".

La decisión llega además en un momento especialmente delicado para la Unesco, ya que está en marcha la votación para elegir al nuevo Director General (el mandato de Irina Bokova expira), que actualmente está empatada entre el candidato qatarí, el diplomático Hamad Bin Abdulaziz Al-Kawari, ex ministro de Cultura de su país, y la ex ministra francesa de Cultura, Audrey Azoulay. De momento, Al-Kawari lleva la delantera: las acusaciones de antisemitismo contra el ex ministro qatarí proceden de Estados Unidos, y precisamente Qatar ha desempeñado un papel destacado en las decisiones relativas a Jerusalén.

¿Qué consecuencias cabe esperar ahora? Sin duda, una exacerbación de la tensión en las relaciones entre EEUU y laONU: de hecho, no es la primera vez que EEUU, bajo la administración Trump, arremete contra la organización de Naciones Unidas. Ya en septiembre, Trump había declarado que quería reformar la organización, a la que declaró “obsoleta” durante un discurso ante la Asamblea General, en el que utilizó palabras no precisamente amables con la ONU. Abandonar la Unesco representa la primera ruptura real con las Naciones Unidas. De nuevo, es una decisión que distancia a Estados Unidos de sus aliados, y llega tras la ruptura por el acuerdo climático de París. Por último, la decisión avergüenza a la propia Unesco, que, al perder a uno de sus miembros más importantes (en la Lista del Patrimonio Mundial, Estados Unidos ocupa el décimo lugar con 23 sitios, desde el Parque Nacional del Gran Cañón hasta la Estatua de la Libertad, pasando por el parque de Yellowstone o los lugares misioneros de San Antonio), corre el riesgo de ver debilitada su actividad en la protección de la cultura en todo el mundo.

En la foto: Sede de la Unesco en París. Créditos

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