Un enorme cartel de Black Lives Matter fue pintado en el asfalto frente a la Torre Trump de Nueva York, en la Quinta Avenida. Justo debajo del despacho de Donald Trump. Y es, además, una iniciativa oficial, porque la idea partió de la administración neoyorquina: de hecho, hasta el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, echó una mano a los veinte artistas callejeros locales contratados para la creación y a los voluntarios, presentándose con un rodillo para darle una mano de pintura junto a todos los demás.
Naturalmente, Trump montó en cólera, reprendiendo a de Blasio por lo que el presidente considera un despilfarro de dinero: “La ciudad de Nueva York ha recortado 1.000 millones de dólares a la policía”, tuiteó Trump, “y el alcalde está a punto de pintar un carísimo cartel amarillo de Black Lives Matter en la Quinta Avenida, denigrando esta lujosa avenida”. El presidente pidió entonces a la policía que ’no permita que este símbolo de odio se fije en la calle más grande de Nueva York’.
La respuesta de De Blasio no se hizo esperar: “El presidente Trump -dijo en su discurso de investidura- ha dicho que estamos denigrando el lujo de la Quinta Avenida. Permítanme decir esto: no estamos denigrando a nadie. Estamos liberando la Quinta Avenida. Estamos elevando la Quinta Avenida. Y cuando decimos que las vidas negras importan, no hay declaración más americana, más patriótica, porque no hay América sin la América negra”. A continuación, De Blasio respondió directamente a Trump a través de Twitter: “Lo que usted no entiende es que los negros construyeron la Quinta Avenida y gran parte de esta nación. Tu lujo proviene de su trabajo, por el que nunca fueron debidamente compensados. Les estamos honrando. El hecho de que veáis esto como una denigración de vuestra calle es la definición de racismo”.
La idea de De Blasio no es original, ya que en varias otras ciudades estadounidenses han aparecido largas pancartas de Black Lives Matter en las calles: la más famosa es probablemente la de Washington, donde ya en junio se hizo una colosal, con letras de diez metros de largo cada una. Sin embargo, también hay quienes, dentro del propio movimiento Black Lives Matter, no ven con buenos ojos esta forma de llevar a cabo la lucha: En relación con la inscripción de Washington, la rama local del movimiento había tachado la obra de simple “gesto performativo”, declarando que sólo servía al alcalde para contentar a los liberales blancos mientras ignoraba las demandas negras (en este caso concreto, la demanda era Defund the police, uno de los caballos de batalla del BLM: recortar los fondos policiales para reinvertirlos en desarrollo social).
Sin embargo, la acción de De Blasio no se detiene: de hecho, el alcalde está enluciendo la ciudad con carteles similares (aunque menos llamativos).
Enorme cartel de Black Lives Matter pintado frente a la Torre Trump: idea de un alcalde |
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