Recientemente se ha publicado en Francia un interesante estudio sobre el sector de las exposiciones culturales: La investigación ha sido realizada porOPIIEC - Observatoire des métiers du numérique, de l’ingénierie, du conseil et de l’évènement (Observatorio de las profesiones digitales, de la ingeniería, del asesoramiento y de los eventos), organización formada por varias asociaciones profesionales. Se trata de un estudio importante porque ha permitido identificar por primera vez el peso de las exposiciones culturales en Francia y estudiar, dentro de este ecosistema, las profesiones y competencias prioritarias que deben desarrollar los agentes del sector. En el marco delestudio (Etude sur les métiers de la conception et du suivi de réalisation d’expositions culturelles, descargable en la página web de la OPIIEC), se definió una “exposición cultural” como “un dispositivo intelectual y espacial, practicado por los visitantes y cuyo objetivo es favorecer su encuentro con obras humanas o naturales, temas (históricos, sociológicos, científicos, etc.), patrimonios (materiales e inmateriales)), patrimonios (materiales e inmateriales) o territorios”. Existen diferentes tipos de exposiciones: permanentes (aquellas cuya duración no es fija, pero se ha observado que por término medio duran entre 5 y 10 años), temporales (duración media entre 3 meses y 2 años), semipermanentes (duración media entre 3 y 5 años), itinerantes (exposiciones temporales que se trasladan a diferentes espacios), virtuales.
El objetivo del estudio era permitir al sector identificar las acciones que deben llevarse a cabo en materia de empleo, competencias y formación para apoyar las evoluciones y transformaciones que se están produciendo en las empresas y los trabajadores, y proponer líneas de actuación. Más concretamente, los objetivos de este estudio eran situar la cadena de suministro en el ecosistema de las exposiciones culturales en Francia; cuantificar el impacto económico del ecosistema y sus producciones; hacer un inventario de las competencias relacionadas con las exposiciones culturales y los lugares de exposición cultural en Francia; hacer un balance de las competencias esperadas por los profesionales en materia de exposiciones culturales para todas las profesiones, de 3 a 5 años; cartografiar y evaluar la oferta de formación inicial y profesional existente en Francia; poner en perspectiva las competencias esperadas con la oferta de formación actual y su evolución prevista de 3 a 5 años.
El estudio consistió enidentificar a todos los actores, cuantificar su peso en el sector y evaluar la evolución de la profesionalidad y las competencias de los profesionales implicados en el ámbito de las exposiciones culturales. Para ello, la OPIIEC determinó en primer lugar el número de exposiciones culturales en Francia, a partir de bases de datos especializadas, verificadas y referenciadas mediante pruebas de control de calidad, después encuestó a todas las empresas del sector, incluidas las organizaciones profesionales que organizan y federan a las empresas y profesionales del sector de las exposiciones culturales, en particular las que son miembros de federaciones, y a continuación evaluó la evolución de la profesionalidad y las competencias de los profesionales que intervienen en las exposiciones culturales. Tras definir la lista de profesiones de los profesionales, se realizaron entrevistas exploratorias con ellos; a continuación, se envió una encuesta en línea a las empresas del sector para recabar opiniones más detalladas.
En pocas palabras, surgió un panorama compuesto por 12.300 exposiciones (las cifras corresponden a 2019, año de referencia del estudio), que movieron a 117 millones de visitantes (67 millones de ellos a museos), con un impacto económico directo e indirecto de 4.800 millones de euros, es decir, el 10% del peso económico de todas las actividades culturales en Francia. La atención a las empresas se centró en 400 empresas con 1.000 trabajadores asalariados, lo que supondría un volumen de negocios, sólo para el sector de la exposición, estimado en 100 millones de euros sin impuestos. Se trata, pues, de un sector compuesto principalmente por pequeñas estructuras (una media de 2,5 asalariados por empresa). Estas cifras, sin embargo, no tienen en cuenta a los museógrafos, escenógrafos y otros profesionales que trabajan con los museos en el marco de contratos nacionales diferentes de los que se han tenido en cuenta en la encuesta.
A continuación, se evaluó el ecosistema de la exposición en función de cuatro tipos de factores diferentes: sociales, económicos, medioambientales y tecnológicos. En cuanto a los factores sociales, “la exposición cultural”, señala el resumen del informe, “a menudo ya tiene una función educativa o al menos despierta la curiosidad. La exposición del mañana también debe transmitir los valores de ciudadanía y solidaridad y convertirse en un espacio por excelencia para la creación de vínculos sociales”. Más allá de la misión puramente objetiva de conservación del patrimonio, muchos profesionales e intelectuales sostienen que el museo del mañana contribuye activamente “a la dignidad humana y a la justicia social”". Según el estudio, los museos, al igual que las exposiciones en general, son percibidos a veces como poco atractivos por cierto público, especialmente por los jóvenes, niños o adolescentes, a pesar de figurar entre los visitantes más representados. Menos del 15% de las personas visitan el museo solas y las familias con niños representan una cuarta parte de las visitas. Cada vez más museos se dirigen a este público joven. Además, con la democratización del acceso a la información y los contenidos culturales en línea, la gente espera de una exposición algo más que una experiencia puramente contemplativa. Hay muchas maneras de diseñar exposiciones culturales más experienciales y atractivas (multisensoriales, participativas y/o gamificadas...).
Siguiendo con el tema de los factores sociales, se ha descubierto que, dado que las luchas sociales son un fenómeno en constante cambio, la “exposición comprometida” debe acompañar a las nuevas causas. En los últimos años, hemos asistido a la aparición de movimientos feministas, antirracistas, LGBTQIA+, ecologistas, que también han tenido su reflejo en las exposiciones. Sin embargo, según el informe, el número de exposiciones culturales dedicadas a estos nuevos temas sigue estando por debajo de las expectativas del público. Los espacios expositivos tradicionales pueden constituir una ventana de expresión para estas nuevas luchas.
En cuanto a los factores económicos, el informe constata que, ya sea por parte de los municipios, las regiones o el Ministerio de Cultura, la financiación pública global de la cultura en Francia está estancada. Este estancamiento se traduce en una disminución de las subvenciones a los museos y pone a los patrocinadores en dificultades financieras. Esto afecta tanto al número de encargos como a las condiciones de trabajo de los proveedores de servicios (aumento de la carga de trabajo, presupuestos limitados, etc.). No todos los establecimientos se ven afectados en la misma medida por esta disminución de las subvenciones. De hecho, los lugares de exposición pequeños mencionan problemas financieros con más frecuencia que los grandes. Por lo tanto, sólo algunos grandes museos disponen de capacidad de inversión suficiente para adaptarse a las nuevas tendencias y aplicar plenamente las innovaciones previstas. Este fenómeno puede ampliar la brecha entre París y el resto de Francia, ya que la capital puede llegar a ser aún mayor, tanto en presupuesto como en asistencia a exposiciones culturales. Este escenario de reducción de subvenciones favorece la aparición de nuevos actores privados. Estos últimos, especialmente en forma de organizaciones vinculadas a grandes grupos internacionales, disponen de una capacidad de inversión superior a la de muchos museos de tamaño medio. La aparición de una fuerte competencia internacional es también una realidad cada vez más palpable en Francia con el recurso creciente a empresas anglosajonas y alemanas, así como de otros países.
En cuanto a los factores medioambientales, la puesta en marcha de una estrategia de sobriedad energética para reducir el consumo de energía (más de un 15% de aquí a 2050) también repercute en el sector ferial. Al promover el ecodiseño, los agentes del sector también quieren ahorrar dinero, sobre todo mediante la reutilización de mobiliario y equipos. Sin embargo, el ecodiseño también implica costes (reciclaje, instalación, conocimientos técnicos, etc.). Esta dimensión se incluye cada vez más como criterio en las licitaciones.
Las empresas especializadas en apoyar el diseño y la producción responsables ofrecen tanto herramientas para calcular el impacto ecológico de los actores como consejos para hacerlo mejor. En cambio, este enfoque, según el informe, sigue siendo muy poco utilizado en comparación con otros sectores como la construcción o la industria pesada. Para hacer frente a este nuevo reto, cada vez más profesionales y artesanos adoptan nuevas prácticas (soluciones de reciclaje, recuperación, alquiler de muebles, etc.). Para facilitar la realización de una exposición cultural ecodiseñada, se están poniendo en marcha medios para poner en común las colecciones, los préstamos, pero también el transporte de las obras.
En cuanto a los factores tecnológicos, la OPIIEC constató que el uso de contenidos multimedia se ha democratizado ampliamente en los lugares de exposición cultural. En general, estos contenidos enriquecen una exposición y favorecen la transmisión cultural de las obras. Su integración se desarrolla con la intervención de expertos desde el principio del diseño del recorrido escénico. La tecnología digital está ampliando el universo de posibilidades en el campo de la comunicación. Al mismo tiempo, las nuevas tecnologías (realidad aumentada, NFT, etc.) permiten crear nuevas formas de interacción con las obras; su uso es aún minoritario en el sector, pero este tipo de tecnología permite superar ciertas barreras logísticas e interactuar así con las “obras físicas”. Sin embargo, este tipo de exhibición sigue siendo minoritario según los datos recogidos por la OPIIEC. Los formatos y su lugar tienden a estructurarse y establecerse. En general, lo digital está ampliando el universo de posibilidades en el campo de la comunicación. Las redes sociales se utilizan cada vez más para dar a conocer una exposición cultural y destacar en el mercado, pero también para fidelizar al público. Esto constituye una actividad de desarrollo de una oferta cultural propia paralela a su actividad expositiva (podcasts, vídeos, serious games, etc.).
En cuanto a las entrevistas con profesionales del sector, las encuestas identificaron 19 profesiones. 9 de las 19 profesiones evaluadas por los entrevistados se consideran estables en términos de empleo y al mismo tiempo en evolución en términos de competencias a movilizar, mientras que 7 profesiones se consideran en crecimiento y 1 en declive. Por tanto, se espera que la población activa aumente globalmente en los próximos años, pero en una medida razonable. Las profesiones que se espera que crezcan más son las relacionadas con la transición medioambiental (consultor medioambiental/diseño ecológico) o con la creciente integración de la tecnología digital (productores de contenidos audiovisuales, multimedia y digitales, ingenieros de equipos audiovisuales, multimedia y digitales, ingenieros técnicos). Por otra parte, las profesiones consideradas en mayor evolución son, en general, las profesiones más tradicionales de la exposición (comisario de exposiciones, museógrafo, escenógrafo, diseñador de contenidos audiovisuales, multimedia y digitales, programador, consultor en conservación preventiva, consultor medioambiental, diseñador gráfico y diseñador (maquetación de exposiciones, servicios, etc.). Las profesiones con mayor repercusión en el sector son (por orden de importancia señalado): museógrafo; escenógrafo; diseñador audiovisual/multimedia; conservador; ingeniero audiovisual/multimedia; programador; ingeniero técnico (climatización, ventilación, etc.); diseñador de iluminación; economista; gestor de proyectos; diseñador gráfico; consultor de conservación preventiva; consultor medioambiental; diseñador (instalaciones, servicios, etc.); diseñador de sonido; asesor jurídico.
En general, sigue habiendo certificaciones y formación inicial que permiten acceder a las profesiones. Para algunas profesiones, en cambio, las formaciones parecen ser menos conocidas, ya que si bien varios profesionales han citado, por ejemplo, la falta de certificación/formación inicial para el diseñador de iluminación, en realidad existen algunas (por ejemplo, el diploma expedido por el ENSATT de Lyon). En cuanto a la formación continua, aparte de las profesiones técnicas no específicas de las exposiciones (técnico de sonido, diseño multimedia, etc.), se denuncia una oferta a menudo insuficiente. Los encuestados también destacan que se forman asistiendo a conferencias, mesas redondas y contactos con otros profesionales, pero rara vez a través de la formación en el sentido tradicional. Se identificaron seis bloques de competencias prioritarias para hacer frente a las nuevas tendencias del sector: gestión de cuestiones medioambientales; cuestiones reglamentarias y administrativas; gestión y dirección de proyectos; gestión presupuestaria; experimentación con innovaciones digitales; y comprensión de las expectativas del público.
El informe de la OPIIEC concluye con algunas recomendaciones para que todos los agentes implicados en eventos culturales y pertenecientes al sector se estructuren de la mejor manera posible, de modo que puedan apoyar a los profesionales a lo largo de su formación. Los retos identificados giran en torno a 3 ejes: Proseguir la estructuración del sector y de sus profesiones y realizar, como prolongación de esta acción, un estudio sobre la evolución del ecosistema global de las exposiciones, en colaboración con el Ministerio de Cultura, teniendo en cuenta la elaboración anual de estadísticas sobre el sector; Dar visibilidad a las diferentes formaciones e itinerarios que conducen a las profesiones de la exposición, desarrollando políticas de colaboración entre escuelas y empresas para promover las profesiones relacionadas con la exposición; Promover el desarrollo de competencias clave a adquirir para afrontar los grandes retos del mañana, financiando acciones ad hoc, creando una biblioteca de recursos gratuitos en línea (vídeos, podcasts, artículos, etc.) para informar sobre la normativa, las innovaciones tecnológicas, etc.) para informar sobre normativa, innovaciones tecnológicas, métodos de gestión de equipos, etc., y promover la oferta de acciones colectivas organizando un seminario web con empresas del sector.
En la foto: el Louvre
En Francia hicieron una encuesta sobre el sector de la exposición. He aquí los resultados |
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