En Brasil construyen una réplica de la Fontana de Trevi en medio de palmeras


En Brasil, en la ciudad de Serra Negra, el gobierno local quería construir una réplica a escala de la Fontana de Trevi. Pero, ¿qué sentido tiene?

¿Tiene sentido copiar obras de arte? O mejor dicho, ¿tiene sentido copiar obras de arte, ya sean esculturas o pinturas o edificios, y utilizar la copia en su propio contexto para embellecerla como en su emplazamiento original? La pregunta surge espontáneamente estos días después de que Brasil haya construido una copia de la Fontana de Trevi a escala reducida: de hecho, tiene el 40% del tamaño de la auténtica (11 metros de alto y 20 de ancho). Un poco como Totó y Peppino, alguien debió de comprarles la famosa fuente monumental para llevársela a... Serra Negra, cerca de São Paulo. Que luego, ’cerca’ en Brasil comparado con Italia es otro concepto. Pero ningún Fellini vendrá a Serra Negra a rodar una película simplemente porque la nuestra es la sociedad que premia y valora lo original, la primacía. El artista que tuvo la idea y la realizó primero. Sin embargo, la motivación oficial de la administración municipal brasileña es precisamente ganar publicidad y atraer turismo combinando la idea de la fuente más famosa del mundo con el hecho de ser un balneario.

“Serra Negra ha ganado una obra inspirada en uno de los monumentos romanos más famosos”, tuiteó el viernes pasado la Secretaría de Turismo de São Paulo con una gran inauguración, quizá con la esperanza de repetir el éxito de ciudades nacidas de la nada como Las Vegas a base de copias de monumentos famosos. “La obra es una réplica exacta de uno de los monumentos más visitados del mundo, aumentará el flujo de turistas a Serra Negra y generará empleo y beneficios como resultado. Además, es un homenaje a la cultura italiana, con la que nuestro municipio mantiene fuertes lazos gracias a la inmigración masiva procedente de Italia en el siglo pasado”, explicó Tarcio Cacossi, Director de Comunicación de la Prefectura de Serra Negra. La construcción duró un año y costó unos 300.000 euros. ¿Poco o mucho comparado con el proyecto del arquitecto del siglo XVIII Nicola Salvi? Digamos de entrada que las estatuas se hicieron, en cambio, con impresiones de silicona y yeso, recubiertas de fibra de vidrio.



Y la cuestión es la siguiente: en la era de la tecnología digital en la que, entre impresoras 3D y programas gráficos, se puede reproducir una escultura o un cuadro gracias a un ordenador sin ninguna aportación intelectual ni habilidad de las propias manos, podemos preguntarnos ¿qué es lo que da valor al arte? ¿Qué da valor a una piedra tallada o a un lienzo coloreado? ¿El autor? ¿La habilidad en la ejecución? ¿La primogenitura de la idea?

¿Por qué la copia del David de la Piazza Signoria es menos valiosa que la de la Accademia? ¿Por qué ha de valer menos el Cristo Velado de Nápoles hoy reproducido por una máquina en copia exacta con igual belleza? Si es por el resultado cromático de un cuadro tanto el lienzo original de Tiziano como el de una estampa deberían ser iguales ¿no? ¿Quizás el valor también lo da el sentido con el que el hombre hace lo que hace?

Cuando estuve en una de mis primeras visitas a Siena, el guía me explicó que en la fachada del Duomo hasta los ángeles más pequeños del tímpano tenían piedras preciosas en los ojos. Y desde abajo era imposible verlos. Lo hacían por el valor total del significado de lo que estaban construyendo. Aquel guía me contó este ejemplo. Imagínate en la Edad Media cuando lo estaban construyendo. Polvo y sudor sobre los obreros que trabajaban con la cabeza gacha. Preguntaron a uno: “¿Qué haces?”, “¿No lo ves?”, respondió el hombre, groseramente, sin levantar siquiera la cabeza. “Me estoy matando de cansancio”. Siguiendo adelante, preguntó a un segundo trabajador que estaba rompiendo piedras como el primero y le hizo la misma pregunta: “¿Qué haces?”, “¿No lo ves? Trabajo de la mañana a la noche para mantener a mi mujer y a mis hijos”. Hizo la misma pregunta a un tercer hombre, que le respondió sonriendo con orgullo: “¿No lo ves? Estoy construyendo una catedral”. Quizá lo que cambia el significado de todas las cosas y su valor es el espíritu con que las hacemos.

En la foto: la réplica de la Fontana de Trevi. Foto: Circuito das águas paulistas

En Brasil construyen una réplica de la Fontana de Trevi en medio de palmeras
En Brasil construyen una réplica de la Fontana de Trevi en medio de palmeras


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