El sector cultural italiano se recupera. Las cifras de Federculture para 2023

En 2023, el sector cultural en Italia mostró signos tangibles de recuperación tras la crisis post-Covid. La fotografía de la situación es el XX Informe Anual de Federculture "Impresa Cultura", el volumen que cada año hace balance del sistema cultural italiano a través de datos sobre consumo, financiación, empleo y turismo. Este año se ha constatado que la demanda de cultura por parte de los ciudadanos ha vuelto a crecer, ya que el gasto de los hogares en cultura, ocio y deporte ha aumentado un 10%, alcanzando los 101,27 euros al mes, frente a los 91,94 euros de 2022. Este aumento se produjo a pesar de un incremento de los precios del 5,9% que afectó al gasto global.

La participación en actividades culturales fuera del hogar experimentó un crecimiento significativo, con un aumento medio de una vez y media en comparación con 2022. En particular, la asistencia a conciertos casi se duplicó, pasando del 11,2% al 21,7%. Otras actividades culturales también registraron aumentos significativos: teatro (+63%), conciertos de música clásica (+50%), visitas a museos y exposiciones (+44%) y a yacimientos arqueológicos y monumentos (+43%).

El sector cultural también ha experimentado un repunte en el empleo, con 825.000 personas empleadas en 2023, igualando los niveles de 2019. El aumento interanual del 1,2% se debió principalmente al empleo en ocupaciones culturales en sectores no culturales, que creció un 5,5% en 2023 y un 7,7% interanual en 2019. La demanda turística internacional contribuyó a esta recuperación, con un aumento del 34,5% en el segmento del turismo cultural y superior al 40% en términos de gasto. El turismo cultural, además, representa más del 50% de nuestro mercado turístico, lo que confirma que la economía turística italiana depende en gran medida de los recursos que constituyen la riqueza cultural del país.

El panorama de la inversión en el sector cultural siguió siendo positivo, con aumentos de los presupuestos culturales en todos los niveles administrativos en comparación con 2019. El presupuesto del Ministerio de Cultura (MiC) se situó algo por debajo de los 4.000 millones de euros, mientras que los municipios y las regiones superaron los 2.300 millones y los 1.000 millones, respectivamente. Las inversiones de las provincias también crecieron, aunque disminuyeron un 15% en comparación con 2019. El apoyo privado a la cultura a través delBono Arte alcanzó nuevas cotas, superando los 900 millones de euros en abril de 2024, con un récord de más de 121 millones de euros en 2023.

A pesar del panorama general positivo, persisten diferencias regionales significativas en el disfrute cultural. Las regiones septentrionales y centro-septentrionales muestran niveles de participación cultural muy superiores a los de las regiones meridionales. Por ejemplo, en Trentino-Alto Adigio, entre el 30 y el 40% de los residentes asisten a teatros, museos o conciertos, mientras que en Calabria, Sicilia y Basilicata estos valores oscilan entre el 15 y el 20%. El gasto familiar en cultura también sigue una tendencia similar, siendo los valores en el Sur aproximadamente la mitad de los del Centro-Norte.

Las fundaciones culturales desempeñan un papel estratégico en el sistema cultural italiano. Con más de 650 fundaciones que se ocupan de diversos aspectos de la cultura, estas instituciones representan un componente clave del sector. Sin embargo, las fundaciones se enfrentan a problemas comunes, como ambigüedades en las relaciones con las administraciones públicas, dificultades para implicar a las partes privadas en la gobernanza y limitaciones de la autonomía operativa. Federculture ha iniciado un camino de reflexión y planificación hacia una Ley de Fundaciones de Participación para abordar estos retos y potenciar aún más su contribución.

En conclusión, 2023 marcó un importante año de recuperación para el sector cultural en Italia, con un crecimiento de la demanda, la oferta y la inversión. Sin embargo, persisten retos relacionados con las brechas regionales y la gestión de las fundaciones culturales, que requieren intervenciones específicas para consolidar y ampliar los progresos realizados.

“Hoy podemos decir que la crisis de la cultura, que vivimos con la pandemia, se está superando, aunque por supuesto no todo vuelve a ser como antes”, explica el presidente de Federculture , Andrea Cancellato. “Nos preocupa especialmente la gran fragmentación de la vida cultural en el país y por eso pronto formularemos propuestas para la consolidación del crecimiento cultural ’a coste cero’ para el presupuesto del Estado, con el fin de superar los desequilibrios y las lagunas en el disfrute cultural de los ciudadanos. En los últimos años, hemos insistido en que las intervenciones y reformas deben promulgarse con este objetivo, para aumentar la participación cultural de los ciudadanos, pero también para fortalecer a los actores de la gestión cultural, la creatividad y las empresas culturales. Entre las propuestas que hemos visto finalmente aceptadas en el primer año de esta legislatura se encuentra la normativa para las empresas culturales y creativas, que han encontrado su lugar como uno de los pilares de nuestra nación dentro de la ley Made in Italy. Este marco normativo nos exige ahora avanzar, también en la adopción de nuevas medidas para lograr un sistema de gobernanza de las instituciones culturales cada vez más eficiente y eficaz. Por ello, en el Informe de Federculture nos ocupamos de las Fundaciones de Participación, que, a pesar de ser el instrumento más innovador y más practicado entre las fundaciones culturales, aún no tienen un ámbito de aplicación definido en el Código Civil y hay partes de la interpretación de la norma que dejan lugar a ambigüedades sobre su funcionamiento y el papel que van asumiendo en la gestión de la cultura. Federculture considera que es necesario que las normas del Código Civil den por fin cabida a la ”Fundación de Participación“ para que su actividad sea más lineal y segura, teniendo en cuenta que una gran parte de las empresas culturales italianas han adoptado esta forma jurídica. Se necesitan normas precisas e inequívocas que permitan agilidad operativa, participación y recursos privados junto a los públicos, controles y transparencia en la gestión. Hemos iniciado un camino y ofrecemos un texto abierto, que el legislador y el Gobierno pueden utilizar como base para redactar una normativa largamente esperada”.

Imagen: Brescia, Pinacoteca Tosio Martinengo. Foto: Fondazione Brescia Musei

El sector cultural italiano se recupera. Las cifras de Federculture para 2023

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