El Papa recibe a los trabajadores de los museos eclesiásticos: "todos tienen derecho a la belleza, especialmente los pobres


Ayer, el Papa Francisco recibió a los operadores de los museos eclesiásticos italianos y habló del papel del patrimonio y de la sensibilidad que hay que tener por el arte contemporáneo.

El papa Francisco recibió ayer en audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, a los trabajadores de los museos eclesiásticos, representados por 400 miembros de la Asociación de Museos Eclesiásticos Italianos (AMEI). En primer lugar, el Pontífice agradeció a los trabajadores de los museos eclesiásticos su compromiso y, a continuación, dirigió un mensaje sobre lo que considera el papel del patrimonio. Según el Papa, el patrimonio cultural y natural son “parte de la identidad común de un lugar y la base para construir una ciudad habitable”, pero también cómo, al mismo tiempo, este patrimonio está amenazado.

Para responder a las amenazas, es necesario “integrar la historia, la cultura, la arquitectura de un lugar determinado”, y hacer que el patrimonio sea accesible a todos. En esta situación, el museo desempeña un papel clave: “se trata -dijo el Papa Francisco- de ayudar a las personas a vivir juntas, a vivir bien juntas. En esta perspectiva, es normal colaborar con museos de otras comunidades religiosas. Las obras de arte y la memoria de tradiciones y estilos de vida diferentes hablan de la humanidad que nos hace hermanos”. Según el Pontífice, los museos pueden mejorar la calidad de vida de las personas, crear espacios de relación y de comunidad, tanto en las grandes ciudades como en las pequeñas. La labor de los trabajadores de los museos es importante porque “todos tienen derecho a una cultura bella”, “especialmente los más pobres y los últimos, que deben disfrutarla como un don de Dios”.

Por último, el Papa subrayó la importancia del diálogo con los artistas contemporáneos, una labor “de sabiduría y apertura, no siempre apreciada”, pero indispensable para que la Iglesia siga teniendo una relación duradera y estable con el arte, como ha sido siempre a lo largo de los siglos: “el arte contemporáneo -declaró el Pontífice- transpone los lenguajes a los que están acostumbrados sobre todo los jóvenes”. Los católicos no deben olvidar su sensibilidad por el arte contemporáneo, recordando que “puede ser un lugar importante de confrontación y diálogo con la cultura actual”.

El Papa recibe a los trabajadores de los museos eclesiásticos:
El Papa recibe a los trabajadores de los museos eclesiásticos: "todos tienen derecho a la belleza, especialmente los pobres


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