El drama de la superintendente Eichberg: pierde a su hija por un mal trasplante. Nunca más


Margherita Eichberg, superintendente de Roma, perdió a su hija Lisa, de 17 años, por un mal trasplante de médula ósea. Ahora apela al ministro Speranza para que cambie los protocolos.

Los trasplantes de médula ósea no pueden convertirse en una ruleta rusa. Y por eso la arquitecta Margherita Eichberg, superintendente de Roma, Viterbo y Etruria Meridional, lanza un llamamiento para que no vuelva a ocurrir lo que le pasó a su hija Elisabetta (Lisa), que murió con sólo diecisiete años el mes pasado a causa de una mala infusión de médula ósea, que debería haber resuelto una patología benigna (una citopenia refractaria de la infancia y la adolescencia), que le diagnosticaron este verano: una afección que no ponía en peligro la vida, pero que, no obstante, era grave y debía tratarse. Lisa murió como consecuencia de una donación incorrecta e insuficiente de células hemopoyéticas (aunque de un donante compatible): la infusión le provocó una hemólisis masiva con consecuencias devastadoras en todos sus órganos, lo que le condujo a una muerte dolorosa. El calvario de la niña fue resumido el 6 de noviembre por su padre, Maurizio Federico, jefe del Centro de Salud Global del Istituto Superiore di Sanità, en un largo y detallado post en Facebook.

Ahora, los padres de Lisa hacen un llamamiento a la sociedad con una campaña de civilización para que no vuelva a ocurrir lo que le pasó a la niña: así, Margherita Eichberg y Maurizio Federico han lanzado una petición en Change. org en la que explican cuál es la situación de las personas en las condiciones de Lisa, y piden al ministro de Sanidad, Roberto Speranza, que cambie los protocolos. “Este calvario (y el trágico epílogo de la muerte)”, explican Eichberg y Federico, “sucedió porque no hay alternativa en caso de que la donación tuviera problemas cuantitativos/cualitativos”. Pues bien, en los días previos a la transfusión, el paciente recibe un acondicionamiento (quimioterapia) destinado a reducir la posibilidad de rechazo, pero esto le pone en la tesitura de no poder permanecer demasiado tiempo sin la infusión del material del donante, que entonces (según el protocolo) se le administra, independientemente de su calidad".



“Nuestra pregunta”, se preguntan los padres, “es: ¿es posible que no exista un plan B en caso de que el material donado resulte inadecuado? Pues no, hoy por hoy no lo hay, y por eso hemos iniciado esta petición. Por poner un ejemplo, todos sabemos que los aviones comerciales modernos están construidos de forma que si falla uno de los dos motores, la acción del segundo motor es suficiente para salvar vidas. El plan B es que el empuje del segundo motor baste por sí solo para hacer volar el avión. ¿Con qué frecuencia falla el motor de un avión? Afortunadamente muy pocas veces, pero eso no quiere decir que no se haya considerado, para salvar vidas, diseñar los aviones de manera que puedan volar con un solo motor. Del mismo modo: ¿cuántas veces la donación de médula ósea es prácticamente inservible? Muy pocas veces, pero eso no significa que no haya que pensar en un plan B para salvar vidas. En nuestro caso, y en todos los que tienen que ver con trasplantes de médula ósea, los protocolos deberían prever un plan B que podría consistir simplemente en avisar a un donante alternativo, quizá incluso con algún ’desajuste’ en el HLA (el riesgo a largo plazo de no tener una ’compatibilidad’ 10/10 es obviamente asumible en casos como éste), al que pedir ayuda rápida en caso de fracaso de la primera donación”.

Pedimos por tanto al Ministro de Sanidad Roberto Speranza“, concluye el llamamiento, ”que lleve a cabo las investigaciones necesarias para que se modifique el protocolo actual y no tengamos que repetir una tragedia como la que golpeó a nuestra querida Lisa". Quien desee firmar la petición, que ya ha superado las cincuenta mil firmas, puede pinchar en este enlace y añadir su rúbrica.

En la foto, Margherita Eichberg con su hija Lisa

El drama de la superintendente Eichberg: pierde a su hija por un mal trasplante. Nunca más
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