Contener elcontagio luchando duramente contra Covid-19 y, al mismo tiempo, no cerrar la cultura, evitando así humillar a museos, cines y teatros con largos cierres perjudiciales para el público, los trabajadores y las instituciones. El caso de España demuestra que se puede hacer: España es, de hecho, el único de los grandes países europeos que durante la segunda y tercera oleada no impuso cierres indiscriminados de espacios culturales sino que, por el contrario, dejó todo abierto en la medida de lo posible, dejando a las Comunidades Autónomas (homólogas de nuestras regiones) la posibilidad de intervenir quirúrgicamente donde fuera necesario, si las cosas iban mal. Este enfoque conciliaba las necesidades de contener el contagio del coronavirus y de evitar imponer una represión total de la cultura: y los resultados han sido excelentes, ya que las cifras de España no se han desviado de las de los principales países europeos y, de hecho, en comparación con algunos, incluso han sido mucho mejores. Señal de que, evidentemente, el cierre de espacios culturales no ha tenido un impacto significativo en la contención del contagio y, viceversa, dejar abiertos museos, teatros y cines no ha producido brotes.
Hay lugares en España donde no se han cerrado lugares de cultura desde el verano pasado. En Madrid, por ejemplo, donde los museos estatales y varios locales no han sufrido ni un solo día de cierre por el virus. Y las cosas, con el contagio, no han ido tan mal. ’Nos tranquiliza’, dijo el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, en una nota oficial, ’mirar después de unos meses y demostrar que hemos tomado la decisión correcta de reabrir los espacios de cultura’. Una decisión, por otra parte, avalada por la responsabilidad mostrada por compañías, artistas, público y todos los que trabajan en el sector, a los que quiero expresar mi agradecimiento’. En Madrid, el Teatro Real fue el único gran teatro de ópera que no cerró durante la pandemia. Y desde el 17 de junio, los Teatros del Canal de Madrid, los primeros grandes teatros en reabrir al público en España (desde el 17 de junio), han acogido más de 100 representaciones, recibiendo a más de 70.000 personas, sin que se haya producido ningún brote entre los espectadores, informa la Comunidad de Madrid. ¿Cómo ha sido posible y qué medidas se han tomado?
Una representación en el Teatro Real de Madrid, a principios de marzo, con actores enmascarados. Dr. Javier del Real |
España ha vivido dos grandes oleadas desde el verano pasado. La primera se desató en otoño y alcanzó su punto álgido el 27 de octubre, cuando se alcanzaron los 23.122 casos diarios, y con la ocupación hospitalaria en su peor momento, con una media del 28% de las plazas disponibles. Italia también superó los 20.000 casos diarios durante el mismo periodo, pero aún no se había alcanzado el pico (40.902 casos en noviembre). España, sin embargo, experimentó una tercera oleada peor que la nuestra, cuyos pródromos se dejaron sentir tras las vacaciones de Navidad: así, a finales de enero, los contagios volvieron a subir (tras una reducción progresiva entre noviembre y diciembre) hasta alcanzar un nuevo máximo el 15 de enero, con 39.529 casos diarios (nuestra tercera oleada alcanzó su máximo el 12 de marzo, con 26.824 casos). La respuesta durante la tercera oleada fue diferente en las distintas Comunidades Autónomas: en España, las autoridades locales tienen márgenes de autonomía más amplios que en Italia, y las medidas de respuesta al virus son decididas por cada Comunidad dentro de un marco establecido por el Gobierno central. Así, ha habido Comunidades Autónomas que han cerrado bares y restaurantes por completo, pero también otras que los han dejado abiertos, otras que han suspendido la asistencia a clase donde en otras Comunidades permanecía abierta, etc.
El diario El Correo, el 14 de enero (es decir, la víspera del pico de la tercera oleada, sobre cuyas razones los expertos están divididos: unos lo atribuyen a la relajación navideña general, dado que España fue uno de los pocos países europeos que no endureció las medidas durante las fiestas, porque, al contrario, las suavizó, y otros que, en cambio, ponen en duda la variante inglesa) resumía las distintas medidas tomadas con diversos espejos. En Navarra, por ejemplo, bares y restaurantes abiertos pero sólo hasta las 21.00 horas, centros comerciales y tiendas abiertas pero con el aforo reducido al 30% de lo normal, prohibición de fumar al aire libre y toque de queda de 23.00 a 6.00 horas. En la Comunidad de La Rioja se ordenó el cierre total en tres localidades (Logroño, Lardero y Villamediana), mientras que en el resto del territorio se impuso el toque de queda de 22.00 a 6.00 horas, para las actividades consideradas no esenciales se estableció un horario de cierre a las 17.00 horas y sólo se recomendó el autoconfinamiento a los ciudadanos, especialmente a los mayores de 65 años. La Comunidad de Castilla y León fue una de las que aplicó medidas más restrictivas: bares y restaurantes cerrados (salvo el servicio de comida para llevar), gimnasios cerrados, visitas al hospital limitadas a una persona. Medidas severas también en Extremadura: cierre de todas las actividades (restaurantes, bares, comercios, pero también actividades culturales) en todas las localidades de más de 5.000 habitantes, toque de queda de 22.00 a 6.00 horas y cierres municipales generalizados. Es interesante el caso de Baleares, donde se ordenó el cierre de gimnasios, centros comerciales y restaurantes (aunque sólo en las islas de Mallorca e Ibiza), pero no de la cultura, para la que la Comunidad Autónoma sólo impuso un aforo máximo del 30%.
En esencia, en gran parte del país, las medidas fueron comparables a las de nuestras zonas amarillas (e incluso se percibieron como estrictas), y en algunos casos fueron incluso más suaves (para los museos, por ejemplo, Italia decretó un cierre total los fines de semana, y España no). Y ahora, España también ha dejado atrás la tercera ola: los casos de contagio en los últimos días rondan los 3-4.000 diarios, y la incidencia es baja en casi todo el país. El número de contagios por cada 100.000 habitantes en siete días calculado por comarcas (unidad territorial equiparable a nuestra provincia) alcanza su máximo en la semana del 18 al 24 de marzo en la comarca de Araba-Álava (107,68), seguida de Navarra (100,88), Lleida (94,50), Almería (87,75) y Madrid (87,70). Los distritos mejor situados son los de Albacete (3,86), Alicante (5,70) y Castellón (7,93), los únicos por debajo de los 10 casos por cada 100.000 habitantes. Para hacernos una idea, hoy, 29 de marzo, en Italia, las provincias mejor situadas son Trapani y Cerdeña Sur (ambas con 46 casos por 100.000 habitantes), seguidas de Isernia (51), Messina (77), Oristano (78), Sassri (83), Reggio Calabria (85), seguidas inmediatamente de provincias como Catania (95), Campobasso (97) y Pescara (110), que, aunque se encuentran entre las provincias italianas donde la situación es mejor, tienen tasas similares a las de las provincias españolas que están peor. Las tasas más altas de Italia son las de Cuneo (457), Udine (439) y Prato (431). Los datos de España pueden consultarse mediante gráficos y tablas muy sencillos e intuitivos en la página web Covid del Centro Nacional de Epidemiología.
Segunda y tercera oleadas, comparación del número de infecciones diarias por millón de habitantes de media 7 días, España frente a Italia |
Segunda y tercera oleadas, comparación del número de muertes diarias por millón de habitantes, España frente a Italia |
Segunda y tercera oleadas, índice RT, España vs. Italia |
A pesar de que España fue azotada por dos olas especialmente importantes, que en algunas zonas del país casi hicieron saltar por los aires los hospitales, la cultura estuvo casi siempre abierta: los únicos cierres fueron quirúrgicos y se ordenaron de forma local allí donde la situación empeoraba mucho, pero la tendencia era mantener abiertos tantos hospitales como fuera posible si la situación lo permitía. El planteamiento, en resumen, era completamente distinto al de Italia. Al contrario: en España, era el Ministerio de Cultura y Deporte el que animaba a los españoles a ir al museo o al teatro. A mediados de octubre, el ministerio lanzó una campaña social, llamada La cultura es segura (“Culture is safe”: aquí está el vídeo de lanzamiento), en la que invitaba a la gente a visitar los espacios culturales. Con la campaña, declaró el 13 de octubre el Ministro español de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, el país pretendía demostrar que puede haber un compromiso entre las razones para contener el contagio y las razones para la cultura. Se trataba de “avanzar en la labor de concienciación ciudadana”, dijo el ministro, “así como apoyar y dar visibilidad a la gran labor realizada en todos los ámbitos de la cultura en la aplicación de la normativa sanitaria, permitiendo al público volver a vivir la cultura”. La pandemia, continuó Rodríguez Uribes, “nos ha enseñado que la cultura es un bien que hay que proteger para resistir cualquier crisis”.
Cinco meses después, España está satisfecha con el desarrollo de la campaña. Al contrario: tres eurodiputados españoles, Ibán García Del Blanco, Marcos Ros Sempere y Domènec Ruiz Devesa, quieren señalarla como modelo a seguir en Europa. El pasado 27 de enero, cuando la tercera ola española comenzaba a remitir, los tres eurodiputados presentaron una pregunta en la que informaban de que "considerando que los sectores de la cultura y la creatividad se encuentran entre los más afectados por la pandemia, el Gobierno español lanzó la campaña La cultura es segura #culturasegura para apoyar la cultura. La experiencia española demuestra que los teatros y las salas no son lugares de contagio, porque respetan los protocolos. También demuestra que la campaña proporciona alivio a teatros y salas, así como a su público, en estos tiempos excepcionalmente difíciles. La Comisión tiene previsto elaborar directrices sobre una visión consensuada de lo que es la cultura, junto con orientaciones para apoyar a los sectores de la cultura y la creatividad...".
Y también hay satisfacción entre los iniciados. La campaña La cultura es segura", declaró a la agencia Europa Press María López Insausti, presidenta de la Asociación Aragón Escena, con motivo del Día Mundial del Teatro, "ha sido fundamental para que los teatros sigan abiertos. Somos el único país que ha mantenido los teatros abiertos y no porque en España nos divirtamos más, sino porque hemos hecho un ejercicio de responsabilidad, para definir, elegir y establecer los protocolos necesarios para que las actividades teatrales sean seguras’. El público, dijo López Insausti, ’ha colaborado, ha sido solidario con el sector, y lo hemos notado sobre todo a partir de enero, cuando se fijó el aforo máximo en el 50 por ciento, aunque esperamos que cuanto antes podamos llegar al 75 por ciento de aforo’.
Ministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes |
Presentación de la campaña La cultura es segura |
Un fotograma del vídeo de presentación de la campaña La culturaes segura |
El 12 de febrero, cuando España salía de la tercera ola, Ventanas al Arte dedicó un largo artículo a los museos españoles, dando cuenta de las declaraciones de tres instituciones (dos grandes, el Prado y el Thyssen-Bornemisza, y una mediana, el Museo de Cáceres en Extremadura, Comunidad Autónoma muy afectada en la tercera ola). La idea era no cerrar nunca, salvo en casos excepcionales (como el Museo de Cáceres, cerrado por la situación epidemiológica de Extremadura), porque los museos contribuyen al bienestar de la población. "El Ministerio de Cultura y los museos -explicó Carlos Chaguaceda, director de comunicación del Prado de Madrid- creen que, en esta difícil situación, permanecer abiertos es un signo de esperanza, de normalidad, una forma de ofrecer una vía de escape, una oportunidad de reflexión y de evasión para los ciudadanos, que tienen muy limitadas sus posibilidades de movimiento. Permanecer abiertos a pesar de las dificultades es también una oportunidad para reivindicar el papel de la cultura. Nuestra contribución al bienestar de todos es la posibilidad de ofrecer a los ciudadanos un lugar donde primen la belleza y el arte". Y en el mismo sentido se pronunció el director del Thyssen-Bornemisza, Evelio Acevedo: ’Se ha demostrado que los museos no son lugares de riesgo, y hemos salvaguardado la posibilidad de seguir cumpliendo nuestra misión hacia todos nuestros públicos, tanto los presenciales como los que llegan a través de nuestra oferta digital. Además, la actividad cultural aporta, psicológicamente, un efecto saludable entre las personas en tiempos de crisis".
Sin embargo, los inconvenientes para los museos que tuvieron que cerrar fueron limitados. El Museo de Cáceres, cerrado el 21 de enero, pudo reabrir sus puertas el 12 de febrero, e incluso inauguró una exposición a partir de esa fecha. Paradójicamente, los museos estatales madrileños permanecieron cerrados durante el fin de semana del 8 de enero, pero no por Covid, sino por la alerta meteorológica (en esos días España se vio azotada por una fuerte ola de frío que llevó la nieve a varios puntos del país, incluida la capital). En estos momentos, sin embargo, los museos están experimentando un importante descenso en el número de visitantes, en parte porque sólo son visitados por ciudadanos y no por turistas, a pesar de que España lleva unos días recibiendo de nuevo a turistas internacionales (aunque con mucha polémica interna: hay partidos políticos que acusan al Gobierno y a la Comunidad de Madrid de fomentar lo que se llama "turismo de borrachera", es decir, el turismo de jóvenes llegados del extranjero, especialmente de Francia, con el único objetivo de salir de fiesta y emborracharse, porque en los últimos días se han dado situaciones realmente extremas).
La tendencia es considerar los museos como lugares seguros. ’Somos espacios seguros, los espacios culturales son seguros por definición’, dijo ayer en una entrevista José María Luna, director de la entidad que gestiona la Casa Picasso de Málaga, uno de los museos más visitados del país, que está sufriendo mucho el descenso de visitas por la ausencia de turistas. “Los hábitos, las normas de comportamiento en un lugar de cultura ya predisponen a una mayor capacidad de prevención. El arte cura, y no es una frase que me invente. El arte no es una medicina, sino una cura. La cultura en general cura a nivel mental. Ya lo decían los romanos, mens sana in corpore sano. La cultura nos ha ayudado a anclarnos a la realidad y a evadirnos del lado feo de esa realidad, eso es lo que ha hecho siempre la lectura, la pintura, la música, el cine”. Por último, Luna calificó el año 2020 de " paréntesis", y espera que 2021 sea el cierre del paréntesis. Y eso es lo que todo el mundo espera.
El Rey de España, Felipe IV, el Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el Director del Museo del Prado, Miguel Falomir, visitan el museo el 20 de julio, más de un mes después de la reapertura |
Reunión en el Museo Reina Sofía de Madrid el 5 de marzo |
Visitantes del Museo Nacional de Arte de Cataluña |
El 27 de marzo, los teatros celebraron el Día Mundial del Teatro. En Italia, fue el segundo consecutivo con teatros cerrados. En España, no: los teatros estaban abiertos. Somos un país privilegiado", declaró a CatalunyaPress el actor Josep María Pou. ’Con todas las limitaciones de aforo y precauciones sanitarias, hemos conseguido mantener teatros abiertos, algo que no ocurre en otros países’. Pou puso como ejemplo el Teatro Real de Madrid y el Liceo de Barcelona, de los pocos teatros del mundo que han mantenido su programación de ópera: ’tenemos que estar contentos de haberlo conseguido’, dijo Pou. Los operadores teatrales están casi todos de acuerdo y, con motivo del Día Mundial, muchos hicieron saber que, efectivamente, en España hay mucho que celebrar, ya que los teatros cierran en todas partes. Tenemos que ser optimistas", declaró a Noticias de Navarra Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real de Madrid. Tenemos motivos para serlo, teniendo en cuenta lo que está pasando. En España, el teatro ha sabido resistir y está recuperando una cierta normalidad, con las evidentes limitaciones de capacidad para garantizar la seguridad’.
Se ha demostrado -añadió Matabosch- que no era imprescindible cancelar actividades para garantizar la seguridad. Y mantener los teatros abiertos garantizando toda la seguridad es muy complicado, pero no imposible". La receta es la misma que en otros países que han intentado reabrir en verano: espaciamiento, mascarillas obligatorias, higienización de las manos, higienización de los locales y, en algunos casos, reserva obligatoria. Sin embargo, no todo el mundo está contento: por ejemplo, el director del Teatro Principal de Zamora, Daniel Pérez, hablaba de un desastre, que las reaperturas sólo han remediado parcialmente. Y desde las páginas del diario El Confidencial, el presidente de la Red Española de Teatros, Carlos Morán, dice que la cultura es un sector que no ha recibido suficientes subvenciones del Gobierno.
La Comunidad de Madrid intentó demostrar, datos en mano, que la cultura está a salvo. Desde el 17 de junio hasta enero se celebraron en la Comunidad de la capital 3.876 actos culturales y no se registró ningún brote de Covid-19 asociado a alguno de estos eventos. La Comunidad atribuye el resultado a las medidas de seguridad implantadas en los recintos culturales, y a la responsabilidad de los expositores, trabajadores y público que las respetaron y aplicaron.
Actuación en el Liceu de Barcelona el pasado 27 de febrero. Foto Antoni Bofill |
Público en el Teatro Olympia de Valencia el 9 de diciembre |
Los cines, que, como en Italia, son mucho más populares entre la población que los museos y los teatros, son también, en consecuencia, el sector que más ha sufrido, aunque nunca ha habido un cierre total como en Italia (en Italia, los cines no han vuelto a abrir desde finales de octubre), e incluso en el momento álgido de las dos oleadas, muchos cines españoles siguieron funcionando. A principios de febrero, en la fase menguante de la tercera oleada, el diario La Vanguardia informaba, citando datos de la consultora Comscore, de que el 39% de los cines del país estaban abiertos. Muchas cadenas, aun pudiendo abrir, preferían mantener sus puertas cerradas porque a veces resultaba más barato que mantener abierto sólo el 50% del aforo. Y los resultados no han sido ilusionantes: en Cataluña, por ejemplo, se han registrado descensos del 80-90% respecto al mismo periodo de 2020 (recordemos que febrero de 2020 aún estaba en pleno apogeo). ’Hay un público muy fiel’, asegura Pilar Sierra, directora general del Gremi d’Empresaris de Cinemes de Catalunya, asociación que agrupa a las empresas del sector, ’que sigue acudiendo al cine cada semana. La gente está muy tranquila y aprovecha la oportunidad porque las salas son lugares seguros’. El público es el de los aficionados, en definitiva: para la recuperación, sin embargo, todos confían en el verano.
Las señales, sin embargo, son alentadoras: la semana pasada, la Federación de Cines de España (FECE) calculó que el 80 por ciento de las salas abrirán en Semana Santa, lo que supone el mayor índice de apertura desde el pasado mes de enero. Y los exhibidores, para convencer al público de que vaya al cine, no dejan de recordar que, en los diez meses de pandemia, no se ha registrado ningún brote en las salas españolas, por lo que ir a ver una película al cine es una de las opciones consideradas más seguras para el tiempo libre. Esto se debe también a los protocolos de seguridad que han acostumbrado a los españoles al distanciamiento físico, el uso obligatorio de mascarillas, la higienización de las manos, etc. Además, existe un régimen de reserva obligatoria en los cines. Sin embargo, los españoles están volviendo al cine: la FECE informó de que el pasado fin de semana, el del Día del Padre, la taquilla total en el país superó el millón de euros. Números que serán difíciles de replicar en Semana Santa porque las Comunidades Autónomas han endurecido algunas de las restricciones, pero en cualquier caso se podrá ir al cine en casi todo el país.
En definitiva, España ha demostrado que se puede vivir en pandemia sin renunciar a la cultura. Y ahora el país se prepara para pasar la Semana Santa tratando de minimizar los riesgos, hasta el punto de que, ante el tradicional aumento de la movilidad en los días de Semana Santa, las Comunidades Autónomas han decidido endurecer las medidas de seguridad. Nada que ver, sin embargo, con lo que ocurre en Italia, donde en Semana Santa estaremos todos en zona roja: en España las medidas para Semana Santa son aún más suaves que en nuestra zona amarilla, y a pesar de ello hay políticos de la oposición que incluso dicen que son demasiado estrictas y que el Gobierno está intentando endurecerlas. Hay algunos casos localizados de cierre (por ejemplo, en Andalucía, donde 26 municipios registran una incidencia de más de 500 casos por 100.000 habitantes en 14 días), aunque bastante suaves: por ejemplo, la hostelería sólo cierra si se supera el umbral de 1.000 casos por 100.000 habitantes en 14 días. En el resto de la Comunidad, los restaurantes abren hasta las 22.30 horas en las grandes ciudades como Sevilla, Córdoba, Jaén, Málaga, Huelva, toque de queda de 23.00 a 6.00 horas, los comercios abren hasta las 22.30 horas.
También en Cantabria, bares y restaurantes abiertos hasta las 22.30 horas, toque de queda de 23.00 a 6.00 horas y, como en casi todas las demás Comunidades Autónomas, prohibición de entrar y salir del territorio regional. En la Comunidad de Castilla y León, los restaurantes abren hasta las 23 horas (última entrada a las 22 horas), los centros comerciales abren con el aforo reducido a un tercio del normal. En Extremadura, no hay límites horarios para los restaurantes: sólo de aforo. La cultura, en cambio, abre prácticamente en todas partes.
En una situación que permite mirar al futuro con confianza, España también puede permitirse experimentar. El sábado pasado, en el Palau de Sant Jordi de Barcelona, se celebró el primer concierto post-Covid sin espaciamiento: un concierto del grupo de rock español Love of Lesbians al que asistieron 5.000 espectadores, todos ellos con las obligatorias máscaras FFP2. Al concierto asistió un equipo de médicos del Hospital Germans Trias i Pujol de Barcelona, que sometió a todos los asistentes a una prueba antigénica, y que pretende analizar el concierto como un caso de estudio.
Sin embargo, hubo mucha polémica antes del evento: se señaló con el dedo a las pruebas rápidas, consideradas poco fiables, a la conveniencia de organizar un concierto sin distracción en un momento como el actual, etc. Pero el objetivo de los organizadores sigue siendo demostrar que los conciertos siguen siendo seguros. Periódicos de todo el mundo cubrieron el concierto, y ahora fuera de España hay una gran atención por ver cómo fue.
Público en el concierto de Love of Lesbian el 27 de marzo de 2021 |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.