Doscientos cincuenta años después de la importante restauración dieciochesca del Baldaquino de la Basílica de San Pedro y exactamente cuatrocientos años después de que comenzaran los trabajos para su realización, la obra maestra será restaurada con vistas al próximo Jubileo de 2025. Fue Urbano VIII, en el verano de 1624, quien confió la superintendencia de la obra al joven de veintiséis años Gian Lorenzo Bernini, su arquitecto y escultor de confianza, que contó en esta empresa con la ayuda de Francesco Borromini y de un nutrido grupo de talentosos escultores, fundidores, carpinteros y obreros especializados. Se trata, pues, de una “restauración de gran valor simbólico”, “exigente y necesaria”, como se afirmó durante la rueda de prensa de presentación de las obras, que concluirán en diciembre de 2024, poco antes de la apertura de la Puerta Santa. La restauración cuenta con el apoyo total de laOrden de los Caballeros de Colón, y está en continuidad con el proyecto de valorización y nueva iluminación de la necrópolis vaticana, también apoyado por los Caballeros de Colón.
El proyecto, señala la Santa Sede, será una actividad particularmente compleja y articulada debido a la importancia de la documentación, la logística, la investigación de archivos, las investigaciones científicas, el andamiaje, la organización de la obra en conjunción con las actividades y la vida litúrgica de la basílica y los diversos trabajos de conservación. No obstante, los trabajos provisionales y de obra no impedirán que las celebraciones papales tengan lugar en el altar mayor. El plazo previsto para la intervención es de diez meses, incluido el tiempo de adquisición, montaje y desmontaje de las obras provisionales. El inicio de los trabajos está previsto para la segunda semana de febrero.
“El Baldaquino, única obra en la que se aprecia la colaboración entre Bernini y Borromini, es una asombrosa ’máquina’ de inspiración procesional, única por su monumentalidad”, explica el ingeniero Alberto Capitanucci. “Casi 30 metros de altura y más de 60 toneladas de peso total, zócalos de mármol de unos 2,5 metros de altura y columnas de bronce decoradas en oro de unos 11 metros que sostienen cornisas decoradas y cortinajes en los cuatro lados. El techo es de madera, adornado con elementos de bronce dorado. Los ángeles del coronamiento miden casi 4 metros de altura, y las cuatro volutas tripartitas que se desprenden de la parte superior del ático sostienen en su vértice las cuatro grandes abejas, decoración de la base del globo terráqueo rematado por la Cruz”.
“El examen del estado de conservación del Baldaquino -continúa Capitanucci-, en la medida de lo posible, parece excluir un deterioro importante del metal, pero, por otra parte, no puede dejar de revelar la presencia de pesadas pátinas oscuras debidas a sustancias grasas y a partículas atmosféricas ahora incorporadas a las pátinas. Un estado similar se observa en los elementos de las lápidas, con partículas adheridas a las superficies, incrustaciones de mármol en proceso de desprendimiento y pátinas grises debidas a la oxidación de los agentes protectores aplicados. La techumbre de madera, analizada gracias a la refinada campaña de prospección fotográfica asistida por drones recientemente concluida, muestra una amplia desconexión del sistema de tablones que cubren la cornisa y, allí donde los elementos ya están desprendidos, son evidentes las acumulaciones de residuos particulados y semicoherentes. El ”cielo“ del Baldaquino, con el Espíritu Santo radiante, muestra numerosas desconexiones y desprendimientos del entarimado, y las superficies policromadas y el dorado están plagados de estratificación y desprendimiento generalizados. Recordando cómo el avance de la degradación a lo largo del tiempo responde a una lógica si no de progresión geométrica, ciertamente más que lineal, hay que concluir que hoy en día una intervención de restauración es, más que una buena práctica, una verdadera necesidad para la conservación del bien”.
La intervención se divide en las siguientes fases
- OBRAS E INSTALACIONES PROVISIONALES Diseño del andamiaje de trabajo y de las instalaciones de la obra en planta y en alzado (FM eléctrica e iluminación, sistemas hidráulicos y de elevación de cargas, apantallamiento de superficies). El diseño preveía el uso exclusivo de materiales y componentes de “primer servicio”, y adoptó un esquema estático que permitía que la aproximación desde el suelo se limitara únicamente a las columnas hasta una altura de unos 6 m por encima de la tarima del altar. Las superficies exteriores del andamiaje alrededor de las columnas, las de los entablamentos medio y superior, así como el intradós del andamiaje bajo el techo del baldaquino, estarán completamente apantalladas con lonas. En la parte trasera de las dos columnas occidentales se han previsto escaleras de subida.
- DIAGNÓSTICOS PRELIMINARES Y EN CURSO - DOCUMENTACIÓN GRÁFICA Y FOTOGRÁFICA. Las prospecciones e investigaciones -ya previstas a partir de la última semana de noviembre para las partes accesibles- contarán con la colaboración del Laboratorio de Investigación Científica de los Museos Vaticanos y afectarán a todas las partes y componentes de la obra que difieran en cuanto a material y/o método de ejecución. Antes de la obra, cuando se monten los andamios, se llevará a cabo una documentación gráfica y fotográfica del estado actual. A continuación, se realizará una documentación específica de cada fase del avance de los trabajos. La información recopilada durante las obras se registrará fotográficamente. También está prevista una campaña de fotografía por fluorescencia ultravioleta.
-OBRAS DE RESTAURACIÓN
a) Restauración de superficies metálicas (bronce y hierro). Las capas actuales de impurezas y suciedad se eliminarán con disolventes y compresas, sin afectar a la pátina ni al dorado originales, con el objetivo de liberar el bronce, en parte bruñido y en parte dorado, de las capas suprayacentes que oscurecen su esplendor. La operación será totalmente manual. Al final de la limpieza, se realizarán los tratamientos de conservación y protección, el equilibrado de los colores y, en su caso, las reintegraciones.
b) Restauración de las superficies de piedra. Los depósitos de polvo inconsistentes se eliminarán con aspiradoras y cepillos suaves, después los depósitos parcialmente adheridos se eliminarán con compresas de agua desionizada, los depósitos adheridos se eliminarán con resinas de intercambio iónico o con medios mecánicos manuales y equipos de ultrasonidos. Se eliminará la lechada antigua cuando su composición o deterioro sea incompatible con su función conservadora o estética. Por último, se volverán a pegar las escamas y fragmentos, se rejuntará con mortero de cal y polvo de mármol y se protegerá la superficie con cera microcristalina tirada con un paño.
c) Restauración de estructuras de madera. En lo que respecta a la estructura, después de asegurar los tablones rotos o desconectados, se eliminarán las partículas sedimentadas en las superficies y en los huecos, se realizará un tratamiento biocida preliminar y, a continuación, se llevará a cabo una consolidación con resinas y abrazaderas. Los elementos de muro desconectados o semidesconectados se desmontarán y volverán a montar, con corrección y refuerzo de los sistemas de soporte. Las partes que falten a lo largo del marco mixtilíneo del soporte se reconstruirán con nuevos elementos cortados y moldeados. Las pequeñas porciones lacunares se reconstruirán en madera modelada. Los tratamientos de conservación de la superficie consistirán en primer lugar en la consolidación readhesiva con resinas de las partes protegidas por acristalamiento previo. Los fondos cromáticos se limpiarán por absorción y frotamiento en seco, se eliminarán los repintes estratificados sobre las policromías y dorados juzgados impropios y se restaurarán las lagunas de profundidad. A continuación, se procederá a la reintegración y el equilibrado de los colores, así como a la aplicación de una última capa de barniz protector.
Además de la logística general, la coordinación del transporte y los accesos, la Fabbrica di San Pietro se encargará de la preparación y protección del Altar y la predela, la preparación de las zonas para el almacenamiento temporal de materiales y componentes, y la habilitación de zonas adecuadas para que el personal de las empresas externas pueda cambiarse de habitación y guardar el material fungible. Además de la Dirección de Obra, la Fábrica también se encargará de la coordinación de la seguridad tanto en la fase de diseño como en la de ejecución.
En la obra de Baldacchino se adoptará un enfoque innovador en cuanto a la gestión de la documentación técnica, tanto la que se adquirirá durante la construcción (fotografías, investigaciones de laboratorio, notas sobre los consumibles utilizados, etc.) como la que ya existe. Gracias a la colaboración con Microsoft y el Cuerpo Nacional de Bomberos italiano, relativa a la digitalización completa del complejo de la Basílica, ya ha sido posible extrapolar un sólido levantamiento geométrico del Baldacchino, que constituirá la base BIM-H (Building Information Modeling - Heritage) para el archivo y la gestión del edificio. Heritage) para el archivo y la gestión de los datos, tanto con vistas a la gestión de la conservación del bien, como para los estudios científicos y de profundización que, en una perspectiva de implicación natural del mundo de la investigación, enmarcarán y seguirán la intervención.
"Generalmente han sido intervenciones puntuales, realizadas de forma parcial y a veces determinadas por daños causados por descuidos en las labores de mantenimiento que requerían intervenciones urgentes, añadió el Dr. Pietro Zander. “Más raramente se han llevado a cabo ”obras extraordinarias de mantenimiento“ de forma completa y sistemática. Entre ellas, merecen especial atención las ”restauraciones“ del siglo XVIII, elocuentemente documentadas por los valiosos papeles del Archivo Histórico de la Fabbrica di San Pietro. La última intervención importante y radical en el baldaquino de San Pedro se remonta al año 1758: un gran equipo de obreros y artesanos especializados trabajó en él durante unos tres meses (hasta sesenta personas al día). El baldaquino se limpió a fondo, se eliminaron las numerosas oxidaciones, se consolidaron y aseguraron diversos componentes, se restauraron y rehicieron las partes dañadas o que faltaban y, sobre todo, se restauró o rehizo ampliamente el dorado. Es evidente que la orientación crítica de la intervención deberá ocuparse de las modificaciones y añadidos que se produjeron en estas intervenciones, ahora historizadas, y evaluar de vez en cuando su conservación o supresión, a la luz de una búsqueda de equilibrio global del monumento en sí mismo y del monumento en relación con su contexto arquitectónico”.
Mallio Falcioni también llevará a cabo la documentación fotográfica necesaria antes, durante y después de las obras de restauración. Además de los estudios fotográficos multiespectrales, también tomará fotografías en blanco y negro y en color para documentar los “bastidores” de esta importante intervención.
En el proyecto de restauración desempeñará un papel fundamental el valioso apoyo científico de la Dirección de los Museos Vaticanos con el Gabinete de Investigación Científica Aplicada a los Bienes Culturales para las indispensables investigaciones de diagnóstico.
Foto de Eric Drost
El Baldaquino de San Pedro será restaurado con vistas al Jubileo de 2025. Restaurado por última vez en el siglo XVIII |
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