Los efectos de la pandemia de coronavirus Covid-19 en los trabajadores de la cultura son devastadores. La asociación ¿Me reconoce? Soy un profesional del patrimonio cultural realizó una encuesta entre 1.889 trabajadores entre el 13 de marzo y el 3 de abril de 2020 y dio a conocer los resultados ayer. Mientras tanto, la composición de la muestra: el 38% trabaja en turismo cultural, el 30% en patrimonio cultural, el 12% en los dos sectores que acabamos de mencionar, el 17% en entretenimiento y producción creativa, mientras que el 3% restante trabaja en dos o más de los sectores antes mencionados. En cuanto a los contratos, tenemos un 38% de titulares del IVA, un 16% de trabajadores precarios que trabajan de forma ocasional o con retención en la fuente, un 14% con contratos de duración determinada, un 12% con contratos indefinidos, un 7% con contratos a la carta, un 4% con contrato, mientras que el 3% restante tiene otro tipo de contratos (prácticas, aprendizaje, trabajo temporal, etc.).
La cifra más llamativa es el número de trabajadores que ya han sufrido consecuencias: un 79%, frente a un 18% que teme sufrirlas en un futuro próximo y sólo un 3% que no ha sufrido ninguna consecuencia en el trabajo ni en sus ingresos, ni teme sufrirlas en el futuro. Hasta un 56% habla de haber sufrido paros laborales, o ingresos nulos o a la baja. El 61% de los trabajadores cree haber perdido al menos 800 euros, pero casi la mitad de los encuestados afirma que la pérdida corresponde al 100% de sus ingresos previstos durante el periodo de las medidas restrictivas, mientras que para el 20% la pérdida de ingresos corresponde al 50% de sus ingresos previstos. También hay datos dramáticos sobre la sostenibilidad de este bloqueo: hasta el 51% cree que podrá aguantar sin un giro o sin ayuda económica no más de dos meses (el 16% tres meses, el 13% seis meses, el 5% un año, mientras que el 12% dice que tiene otros ingresos o puede recibir ayuda). El 80%, en esencia, no ve perspectivas más allá de seis meses.
En cuanto a los trabajadores que siguen en activo (la encuesta se refiere a los que siguieron trabajando tras los decretos del 9 y el 11%), sólo el 47,20% afirma que siempre puede trabajar a una distancia mínima de dos metros de sus compañeros y que puede seguir todas las normas indicadas por el Ministerio de Sanidad. Esto es posible sobre todo para el 15,03% de los trabajadores, en menor medida para el 10,14%, mientras que hay un preocupante 27,62% que no trabaja en condiciones de seguridad.
En cuanto a las perspectivas de futuro, 1.027 trabajadores temen la contracción de todo el sector a medio y largo plazo, 952 temen una disminución de los pedidos y 531 temen una reducción de la plantilla. También están los que piensan que habrá revisiones a la baja de los salarios y compensaciones (480), hundimiento de las inversiones públicas (396), hundimiento de las inversiones privadas (303) y revisión a la baja de los derechos y protecciones en el lugar de trabajo (247). En cuanto a las medidas del Gobierno para hacer frente a la emergencia laboral y social en el sector cultural, el 78% no las considera suficientes, frente al 22% que aprueba lo hecho por el Gobierno Conte. La medida más solicitada es la extensión del fondo de despido y otros amortiguadores sociales a un público más amplio, por ejemplo a los trabajadores con contratos cortos o autónomos (789), contratos más sólidos y vinculantes para proteger a los trabajadores del sector (751), desgravaciones fiscales para las empresas culturales (738), inversiones estatales para ayudar a las fundaciones y empresas a salir de la crisis (660), ampliación de la renta de ciudadanía a quienes no puedan trabajar a causa de los decretos (635), incentivos para fomentar la contratación (573), aumento de la contratación pública y estatal (465), incentivos y restricciones para mantener los niveles de empleo previos a la emergencia (443), inversiones estatales para ofrecer empleos remotos a quienes los hayan perdido (228), límites a la revisión de contratos y monti ore (94).
“Ante semejante panorama, que calificar de desastroso y dramático es quedarse corto”, reza la conclusión del informe publicado por Mi Riconosci, “cualquier medida que pretenda tapar los problemas en lo inmediato, sin abordar las causas estructurales de esta situación, parece en gran medida inadecuada”. La encuesta revela claramente que, si bien una minoría de trabajadores se encuentra ya en un estado de indigencia absoluta, la gran mayoría se encontrará en la misma situación en los próximos seis meses. La situación más dramática, con diferencia, es la del sector del turismo cultural, pero todo el sector cultural, desde las bibliotecas hasta los teatros, atraviesa una crisis ya estructural que en modo alguno se resolverá con el fin o la ralentización de la emergencia sanitaria. Las necesidades expresadas por los que trabajan son, en primer lugar, sentar las bases para que no vuelva a ocurrir nada parecido, extendiendo los amortiguadores sociales a los autónomos y trabajadores más precarios, y estableciendo contratos más estables y protegidos. Esto no excluye el apoyo a las empresas, que de hecho es deseado por muchos de los entrevistados, pero que debe contextualizarse en un marco de profunda reforma del sistema que regula el trabajo en el sector".
Foto: Restaurador trabajando en la basílica de Sant’Eustorgio de Milán. Foto Crédito Giovanni Dall’Orto
Efectos devastadores del coronavirus en los trabajadores de la cultura: 8 de cada 10 ya están afectados, 3 de cada 10 no trabajan con seguridad
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