EE.UU., vándalos pintarrajean antiguas tallas rupestres con escritos racistas

Algunas antiguas tallas rupestres de pueblos nativos han sido desfiguradas por vándalos con inscripciones racistas que alaban la supremacía blanca: ocurrió en Moab, una localidad de Utah (Estados Unidos), y los daños afectaron en particular a Birthing Rock, una roca muy conocida en la zona precisamente por estar decorada por nativos con dibujos y grafitis de distintas épocas, realizados por los pueblos Pueblo (0-1275 d.C.), Fremont (450-1250 d.C.) y Ute (1200-1880 d.C.).C.), Fremont (450-1250) y Ute (1200-1880). La noticia, de la que se hicieron eco inmediatamente varios periódicos, fue difundida el 27 de abril por la emisora local KSL News Radio. Y fue un guía turístico que llevaba a un grupo al yacimiento el pasado lunes quien se percató de los daños. Algunas inscripciones vulgares y un eslogan del “Poder Blanco” de los supremacistas blancos fueron rastreados en las antiguas tallas. Otras dos de las cuatro caras de la roca con grabados antiguos también resultaron dañadas.

La prensa local informa de que el Bureau of Land Management, la agencia de gestión de tierras del Departamento de Interior de EE.UU., ha ordenado que un guardabosques vigile la roca, lo que también servirá para que los arqueólogos trabajen en la estimación del alcance de los daños sufridos por la Birthing Rock, llamada así por sus diseños que parecen aludir a la celebración del nacimiento y la creación. La desfiguración adquiere así un significado aún más odioso ya que, según afirma el antropólogo Angelo Baca en Smithsonian Magazine, parece un acto perpetrado contra las mujeres nativas.

El lugar sólo está protegido por una valla, y los vándalos simplemente tuvieron que saltarla para llevar a cabo su acto. La Roca del Nacimiento, además de ser un “testimonio único, antiguo, que no puede ser sustituido” (según Mary McGann, concejala del condado de Grand, del que Moab es capital), es también una importante fuente económica para el territorio, ya que muchos turistas viajan expresamente a Moab para ver los grabados nativos. “Es devastador, desgarrador y horrible”, declaró McGann a KSL News Radio. “El vandalismo ha crecido exponencialmente con el aumento de visitantes. El consejo del condado está trabajando muy duro y el ayuntamiento de Moab está haciendo lo mismo para intentar encontrar formas de mejorar el comportamiento de los turistas y de la gente que visita el condado.”

El problema, sin embargo, es que estos lugares están situados en un vasto territorio, en pleno desierto, entre poblaciones habitadas por unos pocos miles de personas, por lo que es imposible vigilar constantemente toda la zona. Lo que se necesita, según McGann, es, si acaso, el compromiso de toda la población “para poner fin a estos episodios destructivos, de lo contrario tendremos que hacer algo dramático y que nadie quiere, y es cerrar las zonas y no permitir que la gente se acerque, pero no queremos eso. Queremos que la gente los quiera y los aprecie tanto como nosotros. Pero si no podemos protegerlos, es la única solución”.

El incidente de Moab, recuerda Smithsonian Magazine, no es un hecho aislado: otros yacimientos nativos han sido dañados en los últimos tiempos. Ha ocurrido en Oregón, en Georgia e incluso en el propio Utah. A veces también son accidentes: por ejemplo, todavía en Moab, el pasado mes de marzo un escalador de Colorado, al escalar una pared rocosa, dañó algunas inscripciones nativas en los cantos rodados.

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