La Universidad Howard de Washington decidió el 16 de abril cerrar el Departamento de Estudios Clásicos, una decisión que está suscitando un gran debate en Estados Unidos por varias razones. En primer lugar, porque se trataba de un departamento histórico de la universidad, que formaba parte de la Howard University desde su fundación en 1867. En segundo lugar, porque era el último Departamento de Estudios Clásicos activo en una “HBSU”, Historically black college and university (“Universidad históricamente afroamericana”: se trata de universidades estadounidenses que atienden mayoritariamente a minorías o, en cualquier caso, a quienes normalmente no pueden mantener una educación de alto nivel). En tercer lugar, porque la decisión se tomó como consecuencia de los “esfuerzos de priorización” de la universidad, es decir, en un intento de combatir la desigualdad social.
“La Universidad Howard”, reza una nota, “ha decidido cerrar el Departamento de Clásicos como parte de sus esfuerzos de priorización y actualmente está negociando con la facultad de Clásicos y otras unidades de la Facultad sobre cómo reposicionar y reciclar nuestros programas y personal. Las conversaciones han sido cordiales y la facultad espera que el departamento pueda permanecer intacto a cierto nivel, con los cursos y programas todavía en marcha”.
Así pues, el departamento cerrará, pero lo más probable es que las asignaturas sigan estudiándose, aunque los cursos pasen a pertenecer a otras instalaciones (de modo que nadie ha cancelado, ni es probable que cancele, ningún curso). A nivel simbólico, sin embargo, la medida de la Universidad Howard tiene un peso enorme, hasta el punto de que los estudiantes protestaron oficialmente en una carta abierta, que también se puede firmar: “ninguna palabra en inglés, latín o griego antiguo”, escriben los estudiantes, “puede expresar adecuadamente el impacto que el Departamento de Estudios Clásicos y sus profesores han tenido en tantas carreras y tantas vidas, por lo que enviamos este alegato con la esperanza de transmitir la pasión que nos lleva a estar en desacuerdo con el plan que la Universidad Howard ha preparado para disolver el Departamento de Estudios Clásicos.” En el campo de los Estudios Clásicos, afirma la carta, “la falta de representación negra es dolorosamente obvia, razón por la cual nuestros profesores están constantemente activos en la búsqueda de prácticas, ofertas de trabajo, becas y oportunidades de investigación para sus estudiantes. Los profesores del Departamento de Clásicas han ayudado a los estudiantes a obtener becas predoctorales en la Universidad de Tufts, programas predoctorales de inmersión en griego en colaboración con la Universidad de California en Santa Bárbara, puestos de trabajo como profesores de latín en escuelas independientes como la Phillips Exeter Academy, y muchos otros sólo en el último año”.
Según los estudiantes, el “Departamento de Clásicas ha devuelto la vida al mundo antiguo a través de sus cursos de antigüedad, civilizaciones antiguas y mitología, pero ha dado a los estudiantes, a los estudiantes negros, la oportunidad de explorar un campo de estudio notoriamente reservado a los más ricos, los más blancos y los pocos más educados”. La Universidad Howard es la única universidad históricamente afroamericana que tiene un departamento de clásicas, y no sólo sería un flaco favor a los estudiantes suprimir este departamento, sino que iría directamente en contra de todo lo que nuestra universidad defiende en su misión de ’Veritas et Utilitas’".
La preocupación de los estudiantes no es, pues, que dejen de estudiarse el griego y el latín: se trata esencialmente de dos cosas: la ausencia de una estructura específicamente dedicada a las materias clásicas, lo que, según los estudiantes, hará más difícil encontrar un empleo o proseguir estudios en este campo, y la dispersión de los cursos, que hará que los estudiantes de la Universidad Howard corran el riesgo de no proseguir sus estudios clásicos, convirtiéndose además en un peligroso bumerán para los afroamericanos, que pueden tener menos posibilidades de hacer carrera como estudiosos de las materias en cuestión.
Un artículo del New York Times recogía algunas impresiones, como las de la estudiante Alexandria Frank, que afirma que esta medida “impedirá que los estudiantes negros entren en los campos académicos de los estudios clásicos”, y que la medida no sólo perjudica a los estudiantes, “sino a todo el campo, que necesita desesperadamente una voz”. Explicando las razones de la universidad estaba el decano Anthony K. Wutoh, quien declaró: “Obviamente creemos que el contenido que ofrecemos en las asignaturas clásicas es importante, pero también tenemos que hacer que las enseñanzas sean contemporáneas, con aplicaciones prácticas”. Wutoh hizo hincapié en el hecho de que la esperanza de la universidad es hacer que la enseñanza de las asignaturas clásicas tenga un enfoque más interdisciplinar. Además, Wutoh afirmó que otra de las razones de la supresión es la “escasa matriculación y el poco interés de los estudiantes” en la materia, así como los escasos recursos asignados a estas asignaturas.
Sin embargo, las explicaciones de Wutoh no bastan para acallar las protestas. Por ejemplo, un editorial del filósofo afroamericano Cornel West, coautor del artículo junto con Jeremy Tate, fundador del sistema de evaluación “Classic Learning Test”, está causando un gran revuelo: El editorial afirma que la supresión del departamento es una “catástrofe espiritual”, porque los clásicos están en la base de las luchas por los derechos civiles de los afroamericanos (se pone el ejemplo de Martin Luther King, que se galvanizó leyendo a los clásicos y en particular a Sócrates, o el de Frederick Douglass, que se arriesgó a severos castigos e incluso a la muerte por querer estudiar a Cicerón, Catón, los filósofos griegos). ¿Estará dispuesta la Universidad Howard a reconsiderar su decisión?
EE.UU., la Universidad Howard cierra el Departamento de Estudios Clásicos. Los estudiantes protestan |
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