De Caravaggio a Burri, así es la nueva Gallerie d'Italia de Nápoles

La inauguración de la nueva sede de las Galerías de Italia en Nápoles fue una oportunidad para que Intesa Sanpaolo hiciera balance de su labor en el ámbito cultural y su relación con la ciudad. Pero también supuso un gran reto: el de no hacer desaparecer la anterior sede del Palazzo Zevallos Stigliano, en la misma calle, vía Toledo, pero a pocas manzanas de distancia. Si bien la sede anterior era un punto de referencia para la cultura en Nápoles, basta pensar en las numerosas actividades culturales que lleva a cabo el museo, como los conciertos abiertos al público durante la pausa del almuerzo, el edificio en sí también era de gran interés: también con una importante historia bancaria a sus espaldas, el edificio del siglo XVII de Cosimo Fanzago contaba con numerosas intervenciones de los años veinte con decoraciones florales de la belle époque napolitana, como la enorme vidriera policromada del vestíbulo central.

El reto es, por tanto, acercar también con entusiasmo al público a la nueva sede, antigua sede del Banco di Napoli, institución incorporada posteriormente a lo que hoy es el grupo Intesa Sanpaolo. Diseñado por el arquitecto Marcello Pi acentini en la época fascista, entre 1939 y 1940, un periodo que cambió la fisonomía de la zona, con otros edificios de los mismos años, como la sede de la oficina central de correos y la jefatura de policía. El Palazzo Piacentini es un edificio con una historia ciertamente importante, pero quizás se percibía como un lugar frío y distante para los ciudadanos, por ser la sede de las oficinas bancarias. Sin embargo, no cabe duda del encanto de estas dependencias, que también es fuerte a nivel estético gracias a una cuidada elección de materiales: desde la piedra gris y el travertino de la fachada hasta el uso del metal dorado. Especialmente impresionantes son los grandes mármoles de colores utilizados en los interiores, sobre todo en el gran Salón de Actos y en la monumental escalera, con su mármol verde y las vidrieras de Luigi Parisio.

Itinerario de la exposición

En comparación con la ubicación anterior, el espacio expositivo de las Gallerie d’Italia de Nápoles se ha triplicado hasta alcanzar un total de aproximadamente cinco mil obras de arte y un aumento sustancial del número de obras de arte expuestas al público. El nuevo museo está situado a un tiro de piedra del centro histórico de Nápoles, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en una de las calles más turísticas, rodeado a un lado por la Piazza del Plebiscito y el teatro San Carlo, y al otro por los Quartieri Spagnoli y las recientes estaciones de arte del metro.

El museo está dividido en tres recorridos. El primer recorrido se encuentra en la segunda planta y se centra principalmente en la cerámica ática y de la Magna Grecia, iluminada y expuesta de forma muy atmosférica. Este itinerario está comisariado por Fabrizio Paolucci y muestra por primera vez al público la Colección Caputi, compuesta por más de 500 vasijas datadas entre los siglos V y III a.C.

La segunda secciónse encuentra en la primera planta, está comisariada por Fernando Mazzocca y es quizás la pieza central del museo. Compuesta por obras que abarcan desde principios del siglo XVII hasta principios del XX, incluye nombres prestigiosos como Artemisia Gentileschi con Sansón y Dalila, Luca Giordano con la Violación de Helena, Battistello Caracciolo con una Sagrada Familia, pinturas de Bernardo Cavallino San Francisco de Gerrit van Honthorst, Judith decapitando a Holofernes de Louis Finson a Gaspar van Wittel, padre del famoso arquitecto Louis (italianizado con el apellido Vanvitelli) y representado en la galería con dos hermosas vistas: la primera es una vista de la Piazza del Plebiscito, ’largo di Palazzo’ en aquella época, antes de la construcción de la iglesia de San Francesco di Paola, con la fuente del Gigante a la vista. La segunda es una vista del barrio de Chiaja, en aquella época lleno de palacios nobiliarios rodeados de vegetación. Verdaderos documentos históricos por la precisión con la que dan testimonio de una Nápoles que ya no existe. El recorrido continúa cronológicamente, acompañando al visitante a través del siglo XIX con obras de Anton Sminck van Pitloo, Giacinto Gigante y Domenico Morelli, hasta finales de siglo y principios del XX. Algunas obras de este periodo, como la hermosa Piazza Vittoria de Francesco Paolo Diodati (1893), transmiten el ambiente posterior a la unificación, todavía de una capital moderna extremadamente internacional, con algunos reflejos parisinos. El recorrido finaliza con dos salas, la primera parcialmente dedicada, y la segunda exclusivamente, a Vincenzo Gemito, donde dibujos, terracotas y bronces dan testimonio del tormento de este particular artista, en el cambio de siglo.

La estrella de esta sección, sin embargo, y de la galería interior, es sin duda la obra de Caravaggio, el Martirio de Santa Úrsula, pintado en mayo de 1610. La historia de esta obra es especialmente significativa porque, según nuestros conocimientos actuales, se trata de su última obra, pintada durante su estancia en Nápoles para el banquero genovés Marcantonio Doria, como atestigua un documento de los archivos familiares. La elección del tema estuvo probablemente vinculada a la propia familia, muy devota del Santo. Recordemos que Merisi se encontraba en Nápoles procedente primero de Malta y luego de Sicilia. Después intentaría llegar a Roma para ser indultado por el Santo Padre, el Papa Pablo V. Desgraciadamente, se sabe que nunca llegó allí, muriendo en el viaje a Porto Ercole en julio. Toda esta sección de la galería ha sido cautivadoramente bautizada “De Caravaggio a Gemito”, yuxtaponiendo a los dos grandes maestros, cuyas obras, como explicó el estudioso Antonio Iannuzzi, comparten el mismo fatalismo.

La tercera y última sección, en la segunda planta, es un sugestivo itinerario comisariado por Luca Massimo Barbero, compuesto por los grandes maestros del siglo XX hasta nuestros días como Lucio Fontana, Alberto Burri, Piero Manzoni, Enrico Castellani, Mario Schifano, Giulio Paolini, Alighiero Boetti, Michelangelo Pistoletto, Giosetta Fioroni, Carol Rama, Afro, Emilio Vedova, Gerhard Richter, Jannis Kounellis, Sol LeWitt, hasta llegar a Andy Warhol.

Además de estas secciones permanentes, los visitantes podrán admirar en la planta baja la exposición sobre el proyecto del Grupo, Restituzioni, que llega a su 19ª edición: un programa bienal de protección y valorización que Intesa Sanpaolo lleva a cabo en colaboración con el Ministerio de Cultura. La exposición reúne diferentes tipos de obras, desde frescos pompeyanos hasta la enorme campana roja de Luigi Mainolfi de 1979.

La galería se completa con una modernísima y elegante librería, una cafetería, un restaurante con estrellas de próxima apertura, una biblioteca y un amplio espacio para talleres educativos. Durante la inauguración, el presidente de Intesa Sanpaolo , Gian Maria Gros-Pietro, destacó la importancia de estos últimos espacios en particular, en relación con los visitantes más jóvenes, pero no sólo. De hecho, la estructura, dijo el Presidente, “deberá constituir un modelo de relación entre el museo y los ciudadanos basado en la creatividad, el bienestar social y la inclusión, poniendo de relieve la importante misión que el grupo tiene para con toda la ciudad”. Y, en efecto, la imagen misma de cerrar un banco para abrir un museo puede considerarse hoy un signo extremadamente positivo para el desarrollo y el crecimiento de una ciudad.

La inauguración

La inauguración corrió a cargo del Presidente Emérito del Grupo Intesa Sanpaolo , Giovanni Bazoli, quien recordó el importante compromiso de Gallerie d’Italia con la ciudad, que comenzó en 2007 con el Palazzo Zevallos y las antiguas raíces del Banco di Napoli. Bazoli también recordó cómo la misión de las Gallerie d’Italia en Milán y Turín también era revitalizar los centros históricos de las ciudades, motivo por el cual se eligieron zonas prestigiosas de la ciudad como sedes de las galerías.

En la inauguración intervino también el alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi, quien agradeció a Intesa Sanpaolo la gran inversión cultural realizada en la ciudad, en un momento en que la inversión en cultura parece esencial para resolver los problemas sociales. A continuación, recordó cómo la historia del edificio es en realidad mucho más antigua de lo que la mayoría de la gente imagina, ya que antes de ser reconstruido por Piacentini, el palacio era uno con el edificio que tiene detrás, el Palazzo San Giacomo, sede histórica del Ayuntamiento de Nápoles, y anteriormente albergó las oficinas de los ministerios borbónicos.

Michele Coppola, director de la Galleria d’Italia, intervino para subrayar el gran compromiso del grupo manifestado también en las obras del edificio, que duraron sólo veintidós meses, en plena sinergia con la Superintendencia, representada en la sala por el propio Superintendente Luigi La Rocca. A nivel expositivo, la obra de remodelación arquitectónica llevada a cabo por Michele De Lucchi, del Círculo AMDL, es sin duda una apuesta ganadora: sin desvirtuar la naturaleza misma del edificio, el arquitecto ha creado espacios extremadamente utilizables por el visitante, según criterios museográficos modernos. Muchos de los recorridos harán que el visitante se sienta como en uno de los museos más modernos de Italia, con las obras bellamente expuestas e iluminadas. El Martirio de Santa Úrsula, de Merisi, está ahora aún mejor resaltado que en su anterior ubicación y dialoga con las demás obras de Finson y Gentileschi, de un modo profundo y estimulante para el visitante. Pero lo que impresiona aún más son los espacios expositivos de la planta baja, las antiguas zonas de recepción del público y el gran vestíbulo, que se caracterizan por una majestuosidad fuera de lo común y que harán sentir al espectador que se encuentra en un espacio cultural de alcance internacional. Estos detalles transmiten realmente la pasión, el trabajo y la enorme inversión, no sólo económica, que el grupo ha realizado en el recinto, centrándose concretamente en el desarrollo cultural local.

El Ministro de Cultura , Dario Franceschini, clausuró la inauguración destacando el papel de la ciudad como capital permanente de la cultura y el turismo experiencial y el compromiso fundamental de no desvirtuar la autenticidad de los lugares. También informó de que en junio se reunirán en Nápoles todos los ministros de Cultura europeos y mediterráneos. Concluyó destacando precisamente cómo el Grupo Intesa Sanpaolo ha sabido interpretar los grandes retos del turismo en la ciudad y cómo el grupo, con su compromiso, ha mostrado el camino a muchas otras instituciones bancarias.

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