Cimabue de gira


Un artículo contra la posible exposición del Crucifijo de Cimabue en EE.UU. con motivo del Año de la Cultura Italiana en EE.UU.

La iglesia de San Domenico se encuentra en uno de los rincones más bellos de Arezzo: bajando desde la Catedral por Via Ricasoli, giramos a la derecha y, tras unas decenas de metros, vemos abrirse una plaza arbolada, poco frecuentada, al final de la cual observamos laaustera fachada del edificio, flanqueada por la característica espadaña típica de esta zona. Una fachada sin adornos, pero admirable a pesar de su severidad. Una iglesia tan desnuda por fuera, sin embargo, alberga en su interior una de las mayores obras maestras del arte italiano: el conocido como Crucifijo de San Domenico, obra de Cimabue.

Se trata, como dijimos en el episodio de nuestro podcast dedicado precisamente a Cimabue, de una obra que data de alrededor de 1270 (aunque los estudiosos discrepan en las fechas) y, sobre todo, es la obra más temprana conocida de Cimabue, un pintor cuya obra es muy reducida. Pero la singularidad de esta obra va más allá: es, en efecto, la única cruz pintada por Cimabue que se ha conservadoíntegramente1 (la otra, el Crucifijo de Santa Cruz, quedó medio destruida durante la inundación de Florencia de 1966) y, según algunos estudiosos, es también la única obra de Cimabue que conocemos pintada antes de su marcha a Asís2.



Esta semana, a través de la oficina de prensa del Ayuntamiento de Arezzo, se difundió un comunicado oficial, fechado el 21 de junio3, en el que se informaba de la celebración de una reunión entre el alcalde de Arezzo, Giuseppe Fanfani, el concejal de Cultura, Pasquale Macrì, y el agregado cultural de la Embajada de Italia en Washington, Renato Miracco: una reunión para tratar la posibilidad de enviar el Crucifijo de Cimabue a Estados Unidos con motivo del Año de la Cultura Italiana en EE UU, 2013. A continuación, el comunicado fue recogido por varios periódicos y sitios web que difundieron la noticia4. Además, en el portal web ArezzoNotizie5, también se informa de que, además del Crucifijo de Cimabue, también estaría listo para partir hacia Estados Unidos el Sátiro Danzante de Mazara del Vallo: este último es un bronce que data del siglo III o II a.C. (hablamos de arte griego), hallado en el mar de Mazara del Vallo en 1998 y que ahora se conserva en la misma ciudad siciliana, en el Museo del Sátiro Danzante.

Mientras tanto, no entendemos cuál es el vínculo que une ambas obras, suponiendo que lo haya, y tampoco entendemos por qué el préstamo del Crucifijo de Cimabue “para Arezzo representaría un gran reconocimiento”, como reza el comunicado oficial (en mi opinión debería ser más bien lo contrario, es decir, debería ser un reconocimiento para Estados Unidos). Esperamos que el Ayuntamiento de Arezzo vuelva sobre sus pasos y el Crucifijo de San Domenico no sea enviado a los Estados Unidos. Lejos de mí, sin embargo, entrar en los méritos de las políticas municipales de Arezzo: después de todo, es agradable que el alcalde se preocupe por promocionar su ciudad, porque Arezzo es uno de los lugares más maravillosos no sólo de la Toscana, sino de toda Italia, y entre otras cosas, es una ciudad que milagrosamente sigue estando al margen de los itinerarios del turismo de masas.

Sin embargo, creemos que ésta no es la forma correcta de promocionar la ciudad. En primer lugar, el Crucifijo de San Domenico es una obra de arte frágil, y ya he explicado un poco más arriba las razones de su singularidad: y precisamente porque esta obra es tan singular, habría que reflexionar mucho sobre ella antes de tomar cualquier decisión (y, repito, esperamos que la decisión final sea mantener la cruz pintada dentro de la iglesia de San Domenico). En segundo lugar, no entiendo por qué la ciudad de Arezzo debería beneficiarse de la exposición de una de sus obras maestras en Estados Unidos: no creo que existan datos que confirmen que exponer las obras de una ciudad en otro país traiga grandes flujos turísticos al lugar de origen de la obra expuesta, ni que las empresas del país de acogida sean más propensas a entablar relaciones económicas con la ciudad donde se expone la obra maestra por este motivo. Y si existen esos datos, tendría mucha curiosidad por conocerlos, también porque así sabría que estoy equivocado. :-)

En el comunicado de prensa también se afirma que “los actos previstos para el Año de la Cultura tendrán formidables reflejos mediáticos en América” y que, por tanto, Arezzo estaría “en el punto de mira”. Desgraciadamente, este parece ser el papel de la historia del arte hoy en día: garantizar los “reflejos mediáticos”. Esto va en detrimento no sólo de la emoción que puede proporcionarla observación de la obra en su contexto original, sino también de la función educativa de las obras de arte: está claro que si una obra se convierte en una herramienta mediática, se la vaciará de sus valores, dado que los educativos serían sustituidos por los económicos y, repito, no creo que sea posible demostrar que la exposición del Crucifijo de Cimabue en los EE.UU. pueda tener un impacto significativo en el turismo de Arezzo y en la economía de la ciudad.

Sería entonces interesante saber qué opina la Superintendencia de Arezzo sobre esta operación, dado que en ninguna de las noticias (o al menos en ninguna de las que he leído) se menciona la opinión de expertos sobre la posible exposición. Concluyo reiterando nuestra oposición a la operación y esperando no sólo que el Ayuntamiento de Arezzo reflexione bien sobre esta posibilidad, sino también que el Crucifijo permanezca donde está, mostrándose tal vez a los ojos de los viajeros extranjeros que han venido a Arezzo gracias a las políticas culturales encaminadas a dar a conocer al mundo no sólo la gran belleza, sino también la integridad de un patrimonio cultural enmarcado en un contexto histórico-artístico del que pocos lugares del mundo pueden presumir. Por último, invito a todos los que deseen saber más sobre el arte de Cimabue a escuchar el episodio de Finestre sull’ Arte dedicado al gran artista toscano.


Notas

1. Véase Enrico Castelnuovo, La Pittura in Italia: il Duecento e il Trecento, Elemond, 1989 (p. 367) .
2. Eugenio Battisti, Cimabue, Istituto Editoriale Italiano, 1963 (p. 21) .
3. Puedes leerlo completo pinchando en este enlace.
4. Consulte Adnkronos, InformArezzo, Arezzo Notizie.↑.
5. Cimabue en América junto con el Sátiro Danzante - Oportunidad única para Arezzo.

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