Cattelan también gana en apelación la causa contra el escultor que realizó sus obras

Maurizio Cattelan también ha ganado en apelación la batalla legal que le enfrentaba a Daniel Druet, el escultor que le demandó para reclamarle la paternidad de varias obras que ejecutó, entre 1999 y 2006, a petición del propio Cattelan, quien luego las expuso por todo el mundo con su nombre. En primera instancia, Cattelan ya había ganado en una sentencia del Tribunal de París de 8 de julio de 2022: los jueces de la Sala III del Tribunal habían recordado que Druet no reivindicaba “la condición de coautor de una obra en colaboración o compuesta, sino la condición de autor único de las obras en cuestión”. Sin embargo, Cattelan, según estableció el tribunal, había proporcionado a Druet indicaciones precisas sobre el aspecto y las dimensiones de las obras, y el abogado de la galería que representaba al artista paduano, Perrotin, reiteró que toda la concepción de la escultura debía atribuirse, en todos sus detalles, exclusivamente a Cattelan. Así, el tribunal reconoció que “es indiscutible que las directrices precisas para la colocación de las efigies de cera en una configuración específica, relativas en particular a su posicionamiento dentro del espacio de exposición destinado a jugar con las emociones del público (sorpresa, empatía, diversión, repulsión, etc.), fueron prescritas por [Cattelan] con el fin de crear una atmósfera específica en el espacio de exposición.), fueron prescritas únicamente por [Maurizio Cattelan], sin que Daniel Druet pudiera -ni pretendiera- arrogarse la más mínima participación en las elecciones relativas a la disposición escenográfica de la presentación de dichas efigies (elección deledificio y las dimensiones para adaptarse al carácter del personaje, la dirección de la mirada, la iluminación, incluso la destrucción de un techo de cristal o de un suelo de parqué para hacer más realista y sugestivo el decorado) o al contenido del posible mensaje que se pretende transmitir a través de este decorado”.

Ahora bien, el tribunal de apelación también confirmó lainadmisibilidad de las pretensiones de Druet, remitiéndose al Código de la Propiedad Intelectual francés, donde se establece en el artículo L. 113-1 que “la condición de autor pertenece, salvo prueba en contrario, a la persona o personas bajo cuyo nombre se divulga la obra”. No obstante, la presunción de titularidad puede modificarse si otras personas demuestran que realmente han contribuido a la creación de la obra. Para los jueces, sin embargo, este no es el caso: Druet, de hecho, según el tribunal de apelación, no podía participar en las decisiones relativas a la disposición de las esculturas de cera porque todas las directrices, y en particular las relativas a la colocación dentro del espacio de exposición (siempre destinadas a suscitar una emoción en el público), procedían exclusivamente de Cattelan.

Cabe recordar que el tribunal se pronunció principalmente sobre las opciones de diseño de la exposición debido a que Druet no demandó directamente a Cattelan, sino a su galerista Perrotin y al Musée Monnaie de París, donde se había celebrado una gran exposición de Cattelan en 2016. “Al no haber citado en persona a Maurizio Cattelan, el presunto autor”, recordaba ya el tribunal de primera instancia, “Daniel Druet debe ser declarado inadmisible en todas sus demandas por infracción de derechos de autor.”

Las esculturas creadas por Druet entre 1999 y 2006 a instancias y por encargo de Cattelan son The Ninth Hour (1999), The Revolution is Us (2000), Little Cattelan from Rotterdam (2000), Him (2001), Frank and Jamie (2002), Stephanie (2002), Betsy (2003) y Now (2004).

Cattelan también gana en apelación la causa contra el escultor que realizó sus obras

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