Carrara: arte que complace a los jefes. Y al alcalde que está con ellos, en detrimento de los ciudadanos


Consideraciones sobre las Semanas del Mármol de Carrara, un acontecimiento artístico que publicita eficazmente a los industriales del mármol.

Hace unos días os hablé de la olvidable exposición que organizó laAcademia de Bellas Artes de Car rara en el marco de las Semanas del Mármol. Merece la pena dedicar un post precisamente a las Semanas del Mármol, consideradas la exposición de arte de Carrara más importante del año. Y de hecho lo es, porque es el evento artístico que más dura y que más visitantes consigue atraer. Eso si queremos evaluar la importancia de un acontecimiento en términos cuantitativos.

Pero si queremos evaluar la importancia desde el punto de vista cualitativo, habría mucho que pensar. Realmente da que pensar que la página web presente, inmediatamente después de la información general sobre el evento, el enlace a la página con las empresas de mármol. Un enlace que viene incluso antes que el dedicado a las exposiciones. ¿Quizás las empresas del mármol son más importantes que las exposiciones? Eso parece, a juzgar también por los paneles que acompañan a las obras expuestas para la ciudad: el nombre de la empresa que ha suministrado el mármol aparece antes que el nombre del artista. Lo decíamos en el post sobre la exposición en la Accademia: es como si en la Galleria dell’Accademia de Florencia alguien hubiera tenido la buena idea de colocar junto al David un cartel que dijera "DAVID - Marmi Cava di Fantiscritti - Artista: Miguel Ángel".



Y que se trata de un arte que complace a las empresas del mármol, a los propietarios de las canteras que hacen poco o nada para frenar los estragos medioambientales y laborales en Carrara y sus alrededores, también se puede comprobar observando las obras diseminadas por la ciudad. Uno tiene la sensación de ver un arte que no tiene nada que decir, que a menudo huele a puro decorativismo, que se repite: ni siquiera el homenaje al 400 aniversario de la muerte de Miguel Ángel Buonarroti fue más allá de la repetición cansina y vacua de la habitual Piedad de Miguel Ángel. O mejor dicho, copias: porque obviamente, a pesar del título tomado de un verso de Miguel Ángel, A sculpir qui cose divine, no hay nada en la exposición que haya sido creado por la mano del gran artista del Renacimiento. Francamente, tampoco basta con la retórica miguelangelesca utilizada para justificar la extracción del mármol: además, sólo un ínfimo porcentaje del mármol extraído se utiliza con fines artísticos.

Se trata en esencia de una revista publicitaria: no hay obra que no esté presentada por una empresa marmolista y no hay artículo de periódico dedicado a la revista que no mencione al menos a una empresa. De hecho, hay artículos en los que se presenta la lista de empresas y no la de artistas participantes. Otra prueba de que los propietarios del mármol, al final, cuentan más que los artistas. Y, como era de esperar, ninguna obra que haga la menor referencia a la destrucción de los Alpes Apuanos. A pesar de que en la ciudad hay artistas que hablan y querrían hablar de ello. ¿Un ejemplo? La instalación de Robo y Romeo Buffoni montada provocativamente al principio de las Semanas del Mármol, y rápidamente retirada por las autoridades. Mejor que los habitantes de Carrara no reflexionen: su tarea es celebrar a los maestros del mármol y contar a sus familiares o amigos en el bar, en la playa, en el trabajo, “qué bonitas son las Semanas del Mármol este año”.

¿Y qué hacen las instituciones? Siempre hemos oído que las instituciones deben promover la cultura, que deben estar del lado de los ciudadanos a los que representan, que deben romper barreras, estimular el diálogo y el debate, incluso sobre los temas más difíciles. Como, precisamente, el tema de las canteras de mármol y el daño que están haciendo al medio ambiente y al empleo(aquí hay un enlace para quien quiera profundizar en el tema). La respuesta es sencilla: las instituciones no hacen nada. O mejor dicho: promueven las Semanas del Mármol e hipotetizan medidas perjudiciales para los ciudadanos con el fin de salvaguardar los intereses de los amos del mármol.

Algunos artículos aparecidos en el diario Tirreno en los últimos días no pueden explicarse de otra manera. Pero vayamos por orden. El viernes 4 de julio, el diario Tirreno publicó una cita de Angelo Zubbani, alcalde de Carrara: “Más impuestos para menos ingresos del mármol”. En laentrevista publicada por el diario, el alcalde explicaba que para compensar los 8 millones de euros (entre 2012 y 2013) que faltan en el presupuesto municipal, habrá que adoptar una maniobra que “consiste en un endurecimiento de los impuestos a los ciudadanos” y que “afectará a Tasi e Irpef”. Declaraciones que llegan en plena investigación sobre el mercado negro de las canteras: en otoño se llegó a especular con que los controles reportarían más ingresos al Ayuntamiento. Sin embargo, nos preguntamos: pero si las investigaciones constataran que la economía sumergida en las canteras es una realidad y no sólo una suposición, ¿por qué tendrían que pagar los ciudadanos?

Zubbani, più tasse per i cittadini

Pero eso no es todo. Apenas dos días después de la publicación de la entrevista, Il Tirreno volvía a publicar un artículo con datos sobre los presupuestos de 2013 de los"peces gordos de la estatuaria" (la estatuaria es el tipo de mármol más valioso), en el que se hablaba de “presupuestos récord” y aumentos porcentuales de dos dígitos en la facturación. Así que si un ciudadano de Carrara se siente ligeramente engañado por las declaraciones de su alcalde, quizá tenga algo de razón. Pero la indignación no es un sentimiento común en Carrara, así que el alcalde seguirá en su puesto a pesar de su voluntad de subir los impuestos a los ciudadanos, y ello a pesar de la investigación sobre la economía sumergida en las canteras y a pesar de los aumentos en la facturación (y, de paso, uno se pregunta dónde ha ido a parar el socialismo de un alcalde que pertenece al PSI). Tras declaraciones como éstas, la petición de su dimisión debería haber salido automáticamente de toda la ciudadanía, unida. Pero no fue así: evidentemente a mis conciudadanos les gusta pagar más impuestos para no tocar los intereses de los amos del mármol. Espero, sin embargo, que nadie se queje entonces del alcalde y diga que todo va bien en Carrara.

Y puede que muchos de mis conciudadanos también se alegren de las Semanas del Mármol de los patrones. Embellece la ciudad“, dicen. Tal vez: no se trata de gustos personales. ”Y trae gente al centro“, dicen. Tal vez, aunque habría que evaluar los efectos económicos. Desde luego, las repercusiones culturales son mínimas. Es, de hecho, un acontecimiento publicitario. De hecho, les contaré un secreto: es el propio alcalde Zubbani quien lo ha admitido. En la entrevista citada, la última pregunta del periodista era ”¿puede la presencia de empresas del mármol en iniciativas como las Semanas del Mármol y otras acercar las canteras a la ciudad?“. ¿La respuesta del alcalde? Aquí está: ”Las buenas iniciativas son bienvenidas, pero las acciones puntuales no bastan para salvar todas las conciencias". ¿Hace falta más confirmación?


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