Bugo, además de ser un gran músico, es un respetable artista. He aquí algunas de sus obras

Ahora, tras el Festival de Sanremo 2020, probablemente todo el mundo conozca a Bugo, o mejor dicho, a Cristian Bugatti, el cantante nacido en Novara en 1973, que cuenta con una larga y distinguida carrera en las filas de la música de cantautor y, desde hace una docena de años, del rock electrónico. Nueve álbumes, veinte años de carrera y los comentarios positivos de los críticos musicales más exigentes son la mejor tarjeta de presentación de sus dotes como gran músico. Pero no es de Bugo el músico de lo que queremos hablar: no todo el mundo, de hecho, sabe que Bugo es también un respetable artista (lea también nuestra entrevista con Bugo: “Te hablo de mi interludio como artista visual”).

Su relación con las artes visuales representó un afortunado interludio en su carrera musical, ya que, durante un paréntesis de discos y conciertos, entre 2008 y 2014 Bugo se dedicó por completo a la pintura, las instalaciones y las obras de arte. “Quería tomarme un descanso de la música”, dijo, “y así, a partir de 2008, ’traicioné’ a la música con su mejor amigo, ¡el arte!”. El paréntesis terminó en 2014, según su propia declaración, y le vio acercarse alarte conceptual, experimentando con diferentes lenguajes expresivos: pintura, fotografía, instalación, escultura, performance.

Bugo, alias Cristian Bugatti

Su primera exposición individual se remonta a 2009, en el Museo Faraggiana Ferrandi de Novara, y desde entonces algunas otras exposiciones en Roma, Milán, Sassari y la India, donde Bugo residió algún tiempo durante esos años. Y luego, una participación en la sección ’Lido’ de Artissima en 2011 y MiArt en 2012. El arte, en cierto modo, refleja su música: habla de lo cotidiano, es muy directo, tiene un aura vagamente ingenua, es ecléctico y no se deja encasillar fácilmente. Entre sus proyectos se encuentran Acid Times (2014), una obra de arte en forma de periódico creada como respuesta irónica e irreverente a los periódicos reales y a las noticias que en ellos se publican, la desorientadora Bearded Children, una serie fotográfica expuesta en MiArt 2012, el proyecto French fries killing lovers, un enorme cartel publicitario de seis por tres metros instalado al borde de una avenida en Ghaziabad, India (la obra forma parte de una serie realizada con recortes de periódico yuxtapuestos para crear frases de significado más o menos completo y capaces de suscitar las reacciones del observador), y de nuevo The sound of love, una fotografía de una parte de la galería que habría albergado la obra. Y luego las performances, como Sento tutti gli occhi addosso, una acción destinada a reflexionar sobre sentimientos como la incomodidad y la vergüenza, durante la cual varias decenas de actores contratados por Bugo miraron fijamente a los visitantes de la Galería VM21 de Roma, donde se celebró la performance.

Son varios los ámbitos en los que se ha movido la investigación artística de Bugo, aunque algunos elementos se pueden rastrear con cierta frecuencia: el deseo de elevar lo banal a contenido bueno para una obra de arte, la sorprendente yuxtaposición de elementos pertenecientes a distintos dominios semánticos, la reflexión sobre las palabras. Un arte que hunde sus raíces en ciertas experiencias de los años sesenta y setenta y que atrajo la atención del público y de la crítica. Un arte rapsódico y quizás dictado más por la necesidad del momento y la inspiración que por la investigación más tradicional, pero siempre coherente y capaz de despertar curiosidad e interés.

Luego, como se mencionó, en 2015 el regreso a la música y, desde entonces, dos álbumes publicados (incluyendo Cristian Bugatti, recién publicado, con el single Sincero que Bugo trajo con Morgan al 70 Festival de Sanremo), y el paréntesis artístico parece haberse cerrado. Pero quién sabe, ¡quizá pueda reabrirse en el futuro!

A continuación, una galería con las obras de Bugo mencionadas en este artículo. Para los que quieran profundizar, también hay un sitio donde se pueden ver más obras de Bugo.

Bugo y Luciano Baragiola, Acid Times #1 (2014; publicado en 100 ejemplares, 24 páginas, 31 x 45 cm, papel de periódico e impreso digitalmente en color)

Cristian Bugatti, Bearded Child (2010; fotografía, 24 x 17 cm)

Cristian Bugatti, Patatas fritas matando amantes (2014; cartel, 600 x 300 cm)

Bugo, El sonido del amor (2012; fotografía)

Cristian Bugatti, Sento tutti gli occhi addosso (2010; performance)

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