Dos céntricas calles de Bolonia, Via Farini y Via Santo Stefano, situadas en el corazón de la ciudad, han sido asfaltadas . En ambas calles, el asfaltado no es una novedad: la Via Farini y la Via Santo Stefano, flanqueadas a ambos lados por una larga secuencia de pórticos, se cuentan de hecho entre las principales arterias transitadas del centro histórico. Pavimentadas inicialmente con grandes adoquines (y en algunos tramos con adoquines), con el paso del tiempo se han visto sometidas a la presión de los vehículos de transporte, por lo que hasta hace poco estaban en un estado que distaba mucho de ser óptimo, y podían verse grandes parches de asfalto cubriendo las zonas más deterioradas. El tramo afectado por las obras (Via Santo Stefano es en realidad una continuación de Via Farini) es el comprendido entre Piazza Minghetti y Via Guerrazzi. El tramo peatonal de Via Santo Stefano, el que va desde las dos torres hasta la basílica, no se verá afectado.
La intervención en las dos vías es consecuencia de los problemas sufridos por la torre Garisenda: Después de que el Ayuntamiento detectara el pasado otoño oscilaciones anómalas en la torre simbólica de la ciudad que ponían en serio peligro su seguridad, la zona de la Garisenda fue transfugada para permitir el inicio de las obras de seguridad y el tráfico que normalmente circula alrededor de la torre fue desviado en parte hacia la Via Farini y la Via Santo Stefano, agravando así los problemas de estanqueidad de las dos arterias.
Inmediatamente, comerciantes y ciudadanos protestaron por el resultado: dos calles que solían estar pavimentadas con elegantes adoquines se encuentran ahora cubiertas de asfalto. Por supuesto, algunos dicen que las dos calles son ahora menos peligrosas para quienes las recorren en moto o coche (antes estaban llenas de baches y el consiguiente parcheado), pero el impacto estético ha despertado la preocupación de bastantes boloñeses. El Comitato per Bologna Storica e Artistica (Comité para la Bolonia Histórica y Artística), una asociación con una larga tradición activa desde 1899, habla de un salto atrás en el tiempo: “El recentísimo y mortal asfaltado de las calles -escribe el Comité en una nota- es, en cierto modo, una ’máquina del tiempo’ urbanística: nos lleva muchas décadas atrás, a cuando el centro de Bolonia era transitado por todo el mundo (autobuses, camiones, coches), antes de que se abandonara por completo la cultura de la conservación, que había creado una apariencia de calidad urbana”.
“Podemos rebautizar la Via Farini”, añade irónicamente el Comité BSA, “con el nombre de ’Via dell’asfalto (antes Via Farini)’, como se hacía antiguamente con los topónimos que recordaban acontecimientos poco propicios para la ciudad, o ’Via 27 Agosto 2024’ para recordar otra batalla perdida para proteger la ciudad”. La fealdad y tosquedad de la intervención son alarmantes. Es el último episodio de una tendencia a intervenir fuertemente en todo (edificios, zonas verdes, calles, plazas, etc.) con un deterioro general que está a punto de hacerse irreversible. Ante la imposibilidad de reparar los adoquines destruidos por el paso de los autobuses, la solución adoptada ha sido asfaltarlo todo. El objetivo es claramente crear “pistas” alternativas a las carreteras cerradas por las obras, por las que los autobuses puedan circular libremente. Pero no sólo eso: al eliminar los adoquines, desaparecerá el mantenimiento continuo de las carreteras (bastarán unas paladas de alquitrán). El ahorro en mantenimiento es probablemente una de las razones del asfaltado general. El siguiente paso será el asfaltado de Via Rizzoli y las calles adyacentes para dar cabida al moloch del transporte público que, recordemos, ya ha arruinado la Garisenda (aunque todos se apresuren a negarlo). Después de contemplar el arcaico asfalto, invitamos a los lectores a buscar en Internet páginas que sigan engrandeciendo a Bolonia como “ciudad sostenible, regenerada, etc., y llena de proyectos para un futuro brillante”.
Para el Ayuntamiento de Bolonia, sin embargo, se trata de una intervención provisional para “permitir el paso seguro del transporte público y privado por un eje viario que actualmente se encuentra especialmente congestionado debido a los desvíos provocados por las obras de Garisenda”, según ha dado a conocer Palazzo d’Accursio en una exigua nota publicada en Facebook. La cuestión, sin embargo, es que actualmente no está previsto repavimentar la calzada con adoquines: “En este momento -explica el ayuntamiento- no es posible repavimentar la calzada con adoquines, porque sería necesario cerrar durante mucho tiempo una vía fundamental para la red viaria de la ciudad”. La intervención definitiva, concluye el comunicado, tendrá lugar “sólo después de que se hayan terminado las obras del tranvía y se haya reabierto la via San Vitale”.
La respuesta, sin embargo, no satisface a los ciudadanos: no está claro si la intervención definitiva se hará con adoquines o de nuevo con asfalto, y si está previsto algún cambio en el plan de tráfico del centro (un usuario, de hecho, sugiere prohibir los grandes autobuses que circulan a diario entre las dos calles y adoptar en su lugar otro tipo de movilidad pública, que favorezca a los vehículos más pequeños y menos pesados). En cualquier caso, en sus comentarios, el ayuntamiento hizo saber que actualmente no hay previsiones sobre el calendario de la intervención definitiva.
Foto: Comité para la Bolonia Histórica y Artística
Bolonia, asfaltado de las céntricas vías Farini y Santo Stefano. Protesta ciudadana |
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