Biblioteca Medicea Laurenziana, sin cierre: habrá un acuerdo entre el Estado y la parroquia


La Biblioteca Medicea Laurenziana no cerrará la sala de los eruditos. Habrá un acuerdo entre el Estado y la parroquia: interviene monseñor Marco Domenico Viola, prior de San Lorenzo.

En los últimos días se había temido el riesgo de cierre de la sala de estudio de la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia: una sala de importancia fundamental para los estudiosos, equipada para consultar los manuscritos antiguos que constituyen la parte más preciosa del patrimonio de la Biblioteca. En particular, se había difundido la noticia, luego relanzada de manera irresponsable en las redes sociales (tanto que muchos, malinterpretando, llegaron a pensar en un cierre de la Biblioteca), de la cancelación del contrato de alquiler que el Ministerio de Bienes y Actividades Culturales debía pagar a la parroquia de San Lorenzo por la ocupación de la sala, de propiedad eclesiástica.

Biblioteca Medicea Laurenciana
Biblioteca Laurenciana de los Médicis. Foto Crédito Francesco Bini

El riesgo, conjurado gracias a la voluntad de la Basílica de San Lorenzo, que permitió a los estudiosos seguir utilizando la sala a pesar de que el Estado había rescindido el contrato de arrendamiento, era el de obligar a los usuarios a renunciar a la sala a la espera de un eventual traslado. Un riesgo que ahora podemos decir que se ha evitado definitivamente. Nos pusimos en contacto con monseñor Marco Domenico Viola, prior de San Lorenzo, además de vicario episcopal de la archidiócesis de Florencia. “La sala”, nos reitera monseñor Viola, “fue cancelada por el Ministerio hace un año, y aunque ha transcurrido este lapso de tiempo, siempre hemos permitido que la Biblioteca continúe su labor. Junto con el director, hemos intentado mantener relaciones con el Ministerio, aunque debido a traslados y jubilaciones no siempre ha sido fácil mantenerlas”.

En las dificultades para mantener relaciones con el Estado también han insistido las noticias que se han difundido en los últimos días. Pero en las últimas horas se han producido reuniones encaminadas a resolver la cuestión, y monseñor Viola ha confirmado que se llegará a un acuerdo entre el Estado y la parroquia de San Lorenzo para que los estudiosos puedan seguir utilizando la sala para la lectura y el estudio de manuscritos. “Se ha decidido que encontraremos un acuerdo”, tranquilizó el prior de San Lorenzo. “La Basílica -añadió- está dispuesta a ceder la sala en propiedad al Estado, y el Estado probablemente cederá a la Basílica algunas salas que no utiliza. Así que habrá un intercambio, no una venta. Hemos entablado relaciones con el nuevo funcionario, que vendrá a hacer una inspección en los próximos días. En principio, el acuerdo, que luego deberá ser ratificado oficialmente, preverá la voluntad de la Basílica de San Lorenzo de ceder al Estado la propiedad de la sala, y por parte del Estado la voluntad de ceder a la Basílica salas que no necesita”.

En resumen: todo hace pensar que el asunto terminará de la mejor manera posible, porque el diálogo avanza bien y porque las partes se muestran decididas. Las tranquilizaciones del prior, además, siguen a las de la directora general de bibliotecas del MiBACT, Nicola Macrì, que ya había reiterado el hecho de que la sala de los eruditos permanecerá en la Biblioteca Laurenciana. “Para confirmar el acuerdo”, concluyó monseñor Viola, “sólo hace falta la buena voluntad de ambas partes, y creo poder decir que la buena voluntad existe tanto por nuestra parte como por parte del ministerio”. Sólo queda, pues, esperar la noticia del acuerdooficial: de momento, sin embargo, podemos sentirnos capaces de tranquilizar a quienes estaban preocupados por la suerte de la Biblioteca, debido a un sensacionalismo injus tificado que había acompañado los relanzamientos de la noticia. La Biblioteca, en buena sustancia y tal como habíamos previsto, no cerrará la sala a los estudiosos, que podrán seguir desarrollando tranquilamente su trabajo.


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