La AsociaciónItaliana de Editores (AIE) presentó a las instituciones su propuesta de Ley de Régimen del Libro y de Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR). Nuestra propuesta", dijo el presidente de AIE , Ricardo Franco Levi, “pretende ser una contribución responsable a un proyecto global para el crecimiento del país, un crecimiento que sólo puede venir a través de la cultura y la educación, verdaderas bazas estratégicas para un desarrollo sostenible y duradero que alinee a nuestro país con el resto de Europa al tiempo que reduce las disparidades territoriales”. Garantizar un acceso equitativo al conocimiento mediante la asignación de nuevos fondos para el derecho al estudio, apoyar la demanda de libros para hacer crecer la lectura en Italia y fomentar aquellos procesos de innovación que puedan hacer que la cadena de suministro editorial sea más eficiente, inclusiva, sostenible e internacionalizada son algunos de los puntos principales.
Para el derecho al estudio y la lucha contra la pobreza educativa, AIE pide un aumento del Fondo para el derecho al estudio para cubrir la compra de libros para todas las familias con dificultades económicas y la simplificación de los procedimientos para garantizar que los fondos estén realmente disponibles antes de septiembre, incluso mediante una información eficaz a las familias e instrumentos de pago fáciles de usar. También se propone la creación de una tarjeta electrónica para la compra de libros de texto universitarios que se distribuirá entre los estudiantes ya becados, que hoy no cubren estos gastos.
"El crecimiento de los niveles culturales de la población -continúa Levi- descansa en la educación escolar y universitaria, pero para tener éxito necesita también de otras intervenciones, entre ellas el fomento de la lectura, especialmente para quienes no tienen detrás familias que puedan, sobre todo por limitaciones económicas, facilitarles un acceso adecuado a los libros". Por ello, en relación con el apoyo a la demanda y el fomento de la lectura, AIE pide que las medidas actualmente en marcha se conviertan en permanentes y estructurales. Se pide que se confirme y estabilice el 18App con una dotación de 500 euros anuales por beneficiario. Además, se propone que se estabilice la dotación de 16 millones de euros anuales para la Tarjeta Cultura (bonificación de 100 euros por compra de libros) y que los beneficiarios sean familias con hijos a punto de empezar la escuela (5-6 años), momento crucial para crear lectores. También debería confirmarse el fondo para la compra de libros en librerías locales activado en 2020, con una dotación de 30 millones de euros anuales.
El apoyo a las empresas, concluye Levi, debe ser central, y “en línea con las políticas nacionales y europeas detalladas en el Fondo de Recuperación, proponemos intervenciones para que la cadena de suministro de libros sea aún más innovadora, ecológica, inclusiva e internacional”.
En cuanto a la innovación, las propuestas se refieren a incentivos para la digitalización de los catálogos editoriales; para la producción de contenidos, herramientas y plataformas para la enseñanza digital en escuelas y universidades; para la eficiencia de la logística de distribución (elemento clave para sostener la competencia de las grandes plataformas de comercio electrónico); para el tratamiento de datos bibliográficos y comerciales a lo largo de las cadenas de distribución (editores/promotores/distribuidores/mayoristas/tiendas de libros); para las aplicaciones de inteligencia artificial en las distintas fases de producción, distribución y promoción de libros; para la gestión de los derechos de autor, también para hacer frente a los retos que plantean la aplicación de la Directiva sobre derechos de autor y el mercado único digital; para las tecnologías de lucha contra la creciente piratería digital.
En cuanto a la sostenibilidad, AIE pide una desgravación fiscal por el uso de papel procedente de bosques sostenibles desde el punto de vista medioambiental, como forma de apoyar a las empresas en la transición ecológica. En cuanto a la accesibilidad, el apoyo a las producciones digitales de los editores para aumentar la disponibilidad de libros electrónicos y otros recursos accesibles de forma nativa a las personas con discapacidad, empezando por los ciegos y deficientes visuales, para quienes la Fundación LIA, creada por AIE y la Unión Italiana de Ciegos y Deficientes Visuales (UICI), ha adquirido un liderazgo consolidado y reconocido a escala europea y mundial.
Por último, en el ámbito de la internacionalización, los principales instrumentos en los que se apoya la industria italiana del libro son las traducciones y las coediciones, a su vez facilitadas por la venta de derechos de autor. Por ello, la AIE pide aumentar los fondos para las traducciones de libros italianos en el extranjero, haciendo también más eficaces los procedimientos para acceder a ellos; crear un Fondo para las traducciones al italiano que, incentivando los intercambios con el extranjero, permita una mayor presencia del libro italiano en el exterior.en el extranjero, permitiría reforzar la presencia internacional de la edición italiana; apoyar la presencia de las editoriales italianas en el extranjero y el sistema de ferias del libro en Italia, que siempre han sido útiles escaparates para las editoriales extranjeras.
Asociación Italiana de Editores: el crecimiento cultural y económico empieza con los libros |
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