Arte que denuncia la destrucción medioambiental, pero que no gusta a las instituciones (por Carrara)


Dos artistas de Carrara, Robo y Romeo Buffoni, crearon una instalación contra la devastación de los Alpes Apuanos y las precarias condiciones de seguridad de los canteros. Y a las instituciones no les gustó.

Por fin se vio algo de arte de verdad en Carrara. Aunque duró muy poco y en Finestre sull’ Arte no llegamos a verlo a tiempo. Me refiero a la instalación Mármol R.I.P., concebida y realizada por los dos artistas Robo (nombre artístico de Roberto Alessandroni) y Romeo Buffoni, que duró aproximadamente una hora: el tiempo que se tardó en exponerla delante del ayuntamiento de Carrara, despertar la indignación de las instituciones y provocar la llegada de la policía para identificar a los artistas y, obviamente, de los trabajadores de la empresa local de gestión de residuos para retirar la obra y limpiar la calle.

La instalación consistía en un cubo (es decir, el apéndice de las excavadoras, que se utiliza para levantar, transportar y descargar material), sobre el que se roció pintura al temple roja para simular sangre. Lavable: “es la misma que utilizamos para los talleres que hacemos con los niños”, explican los artistas en La Nazione. Y dentro del cubo se colocó también el brazo amputado de un maniquí. Todo ello para denunciar, por un lado, las precarias condiciones de seguridad de quienes trabajan en las canteras de mármol, que se han cobrado numerosas víctimas a lo largo de los años, y por otro, los estragos medioambientales que se perpetran a diario en los Alpes Apuanos y a los que aquí, en Finestre sull’Arte, hemos dedicado varios artículos. Y por otro, el doblegamiento de la política a la lógica de los negocios locales.

La instalación se expuso al público el día de la inauguración de las Semanas del Mármol, el evento artístico que caracterizará el verano en Carrara. Y es una pena que la obra de arte probablemente más interesante (aunque obviamente creada fuera del circuito oficial del evento) fuera retirada precipitadamente. Quizá para no herir la sensibilidad de los ciudadanos. Tal vez, y más probablemente, para no “empañar” un acontecimiento a cuyo éxito contribuyeron también muchas de las empresas marmolistas más importantes de la ciudad. Tanto es así que incluso se ha dedicado una página a cada una de ellas en la web oficial de las Semanas del Mármol. Y quizá también para no provocar en los ciudadanos de Carrara incómodas reflexiones: es mejor que los ciudadanos de Carrara se exalten con la exposición veraniega patrocinada por quienes continúan a diario una actividad de extracción de mármol cada vez más insostenible.

Por otra parte, Robo y Romeo Buffoni ya habían expresado su opinión sobre estas cuestiones en un espléndido mural que desde hace unos años decora el Vicolo dell’Arancio, también en Carrara: una enorme picadora de carne trocea el mármol de las montañas, que sale en bloques cuadrados, mientras que tres palomas, que representan a los habitantes de Carrara, tienen que contentarse con las pocas migajas esparcidas sobre un limo grisáceo (probable alusión a la marmettola y, por tanto, a la contaminación producida por las canteras) por la mano de un empresario. Un bonito artículo escrito por la joven Valeria Strambi para un proyecto periodístico explica muy bien el mural de los dos artistas.

Una lástima, pues: la instalación de Robo y Romeo Buffoni podría haber suscitado una profunda reflexión sobre estas cuestiones. Esta era, después de todo, la intención declarada por los artistas a los periodistas de Tirreno: “Queremos proponer un momento de reflexión en la inauguración de la fiesta y celebración más discutida y discutible de la temporada [...]. El objetivo de la instalación es detenernos en el coste humano y medioambiental de tanta riqueza, desgraciadamente siempre relegada a un segundo plano cuando se habla de producción, exportación y pompa”. Pero este momento de reflexión duró lo justo para? ¡para eliminarlo! Así que es mejor que los habitantes de Carrara vuelvan a “festejar” y a “celebrar”, aunque haya muy pocos motivos para festejar y celebrar.

Carrara necesita artistas como Robo y Romeo Buffoni. Artistas capaces de desafiar, de mostrar a la gente que hay alternativas y que también se puede pensar por uno mismo. El verdadero arte, al fin y al cabo, sabe llegar al corazón de la gente, además de a su mente. Y esto es verdadero arte, porque induce a la gente a reflexionar sobre temas de actualidad espinosos y tristes. Pero también es arte incómodo, que sin embargo transmite el pensamiento de una gran parte de los ciudadanos de Carrara. Y también hay que tener en cuenta que la obra no es producto de la mente y la mano exclusivas de los dos artistas, sino que ha sido creada en colaboración con una asociación cultural, Gli artisti del borgo: señal de que los temas de Marble R.I.P. son debatidos a diario por la gente de la cultura de la ciudad. Sólo nos queda felicitar a los dos autores de la obra, esperando que sigan regalando a la ciudad momentos de reflexión tan importantes: Carrara necesita más Marble R. I.P. y menos Marble Weeks, más reflexión y pensamiento, y menos celebraciones y fiestas, más conciencia y menos autorreferencialidad.


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