LaAGTA - Associazione Guide Turistiche Abilitate (Asociación de Guías Turísticos Cualificados) envió una nota para desmarcarse totalmente de la carta abierta enviada ayer por la ANGT - Associazione Nazionale Guide Turistiche (Asociación Nacional de Guías Turísticos ) al Primer Ministro Giuseppe Conte. En la carta, la ANGT proponía poner a disposición las competencias de los guías turísticos durante la emergencia del coronavirus “en colaboración con las Regiones, en el patrimonio cultural, las bibliotecas, los archivos, de forma compatible con las medidas de seguridad”, argumentando que este acto podría representar un “gesto noble que da dignidad, para decir gracias a Italia”.
AGTA, en un comunicado firmado por su presidenta Isabella Ruggiero, no es de la misma opinión, afirmando que al igual que un guía turístico requiere una cualificación especial para serlo, del mismo modo también “cada trabajo en el patrimonio cultural (archivero, bibliotecario, etc.) requiere competencias diferentes”, y “el trabajo (también) en el patrimonio cultural está remunerado”.
“Aquí no nos enfrentamos a la inundación del Arno, donde miles de personas deben apresurarse para salvar obras y manuscritos”, dice Ruggiero. “Los archiveros y bibliotecarios están ahí, nos faltan los fondos y la capacidad política para contratar personal en lugar de explotar a voluntarios o personal mal pagado (¿recuerdan el fenómeno de los scontrinisti y otros similares denunciados por Mi Riconosci?) Entonces, ¿qué sentido tiene la propuesta de ANGT? Al principio, al leer el comunicado, estábamos confusos, porque nos parecía que pretendían ofrecer que los guías trabajaran gratis. Pero hoy, leyendo las explicaciones y los comentarios escritos de los miembros de la Ejecutiva de ANGT en Facenppl, tanto en la página pública de ANGT como en el Grupo cerrado de Coordinación de Guías, hemos entendido lo que querían decir: como los guías permaneceremos en el puesto durante un periodo más largo que otras profesiones, al menos un año si no dos, entonces ANGT propone al Gobierno que trabajemos en varios lugares culturales para que nos den un subsidio de 600-800 euros durante un periodo muy largo, en lugar de sólo unos meses. En otras palabras, piden un subsidio que les permita sobrevivir durante los muchos meses en que no habrá turismo, ofreciéndoles a cambio trabajo en el ámbito del patrimonio cultural”.
Según Ruggiero y AGTA, este tipo de voluntad por parte de la ANGT no es aceptable: “No estamos de acuerdo, en absoluto”. Estas son las razones: ’primero, porque una cosa es el subsidio que da el gobierno a todas las categorías en crisis y otra es la indemnización laboral. El gobierno está dando el subsidio a todas las categorías, incluidos los que trabajan ilegalmente, para asegurarse de que nadie no pueda salir adelante. Es una política de limosnas. Las cantidades son bajas y similares para todos, porque no corresponden a lo que uno gana, sino a lo que necesita para sobrevivir. Nos alegramos de que los guías también puedan recibir este subsidio. Sin embargo, no estamos de acuerdo con que un profesional trabaje en bibliotecas y archivos por 600-800 euros al mes, incluso después de la “crisis COVID-19”.
Para AGTA, no hay medias tintas: “consideramos esta propuesta indecente hacia nuestros colegas del patrimonio cultural, a los que expresamos toda nuestra solidaridad. Proponer trabajar en archivos y bibliotecas por 600-800 euros equivale a que un guía abusivo quite un servicio a un guía autorizado aceptando la mitad de la tarifa. Años de luchas por los honorarios, tanto de los guías como de Mi Riconosci y los sindicatos de las distintas categorías barridos por una carta”.
Pero hay más: “el mensaje que parece desprenderse de la carta de ANGT es que en tiempos de crisis todo el mundo puede hacer de todo. Casi todos los guías en activo son titulados universitarios. Así que los que tienen otras aptitudes además de la licencia pueden decidir seguir otros caminos profesionales. Si algunos consiguen encontrar otro trabajo, queremos que lo hagan con las aptitudes adecuadas requeridas en ese campo, no que se las arreglen por un tiempo. Cuando entonces, dentro de dos o tres años, es de esperar que la crisis haya terminado, y quizás el turismo vuelva a ser el sector motor de nuestro país en el que todos quieran lanzarse, ¿qué dirá el presidente de ANGT si los bibliotecarios y archiveros, en la profunda crisis de su sector, piden que se les permita trabajar como guías turísticos aunque no tengan la titulación?”. Y de nuevo, continúa la nota, “la propuesta de ANGT corre el riesgo de ser una bomba para el sector del patrimonio cultural, al introducir una mano de obra con una remuneración muy baja, en un sector en el que las asociaciones y los profesionales ya llevan años luchando para que se reconozcan sus derechos. A nadie le gusta vivir del asistencialismo, y menos a los autónomos, pero no se gana un subsidio de 600 euros por ser voluntario en el ámbito del patrimonio cultural. La batalla contra el voluntariado ha sido uno de nuestros pilares durante años y no vamos a negarlo ahora”.
“Como AGTA”, continúa la nota, “nunca aprobaremos que ningún guía vaya a competir con otros profesionales del patrimonio, a quitar trabajo a otros, a arruinar la batalla por una retribución justa y a aceptar como salario/compensación una cantidad que es en cambio una dieta de subsistencia”. AGTA se ha implicado en labores sociales durante este periodo: apoyamos la donación de sangre cuando había escasez y muchos de nuestros miembros participan activamente en organizaciones que prestan asistencia. En esta tragedia, estas son las actividades que queremos hacer gratuitamente para ayudar a Italia y a todos los que están en el frente sanitario a luchar contra la enfermedad sin los medios adecuados".
Por último, AGTA pide al gobierno “un fuerte apoyo, pero no a costa de los demás. Ahora el peor riesgo es hacer la guerra entre nosotros, los profesionales del turismo y del patrimonio cultural. Todos estamos desprotegidos, casi todos venimos de titulaciones sin salidas laborales o con salidas laborales baratas, donde nos obligaban a hacer voluntariado, donde nos miraban mal si nos atrevíamos a solicitar una remuneración. Algunos de nosotros, después de años de esta vida, nos pasamos al turismo, alguien encontró una salida en la enseñanza, alguien con más suerte consiguió entrar en las Superintendencias, alguien se quedó en un empleo precario. Ahora les ruego a todos que se mantengan unidos. Porque lo peor que nos puede pasar es dejar que nos dividan. Ya somos débiles. En los últimos años hemos logrado unirnos en muchas batallas. Sigamos así. Con la convicción de que ninguno de nosotros es una casta porque todos venimos de la misma base. La casta es la de quienes nos han gobernado durante décadas, reduciendo el patrimonio cultural a una ruina y el turismo a un botín a repartir; la de quienes nos han condenado a los profesionales a un fondo INPS de gestión separada en el que, tras toda una vida de trabajo, recibiremos 400 euros al mes, la mitad de la renta de ciudadanía. Estas son las verdaderas batallas en las que debemos luchar unidos”.
En la foto: Guías turísticos de AGTA en la manifestación del 6 de octubre de 2018. Ph. Crédito Finestre Sull’Arte
AGTA: "Indecoroso que los guías turísticos se las apañen durante la emergencia: no debemos ser okupas |
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