AGTA - Associazione Guide Turistiche Abilitate (Asociación de Guías Turísticos Cual ificados) expresa su posición sobre la introducción, a partir de hoy, del billete nominativo para acceder al Parque Arqueológico del Coliseo y las nuevas medidas destinadas a contrarrestar el “bagarinaggio” en el Coliseo. “La noticia”, se lee en un comunicado enviado por la asociación, “se dio a conocer sin discusión previa con los operadores (operadores turísticos, agencias de turismo y asociaciones de guías), sólo dos días antes de la entrada en vigor de las nuevas normas, y sin proporcionar los detalles necesarios, limitándose a escribir ”Las modalidades de reserva de las entradas nominativas para los operadores turísticos se comunicarán en los próximos días, para no obstaculizar su actividad profesional“. Evidentemente, esto sumió en el caos a las agencias y operadores, sobre todo extranjeros, que se encontraron esta mañana con la nueva situación sin la información adecuada”.
De la nueva normativa, los guías turísticos celebran la reapertura de las taquillas de la Salara y la duplicación del número de entradas a la venta in situ al público, para todos aquellos que no compraron con antelación por Internet o en el centro de llamadas. “De hecho, el método de venta en taquilla, sólo a los visitantes no ”intermedios“ (es decir, al usuario final y no a los operadores del sector) protege al ”consumidor“ de cualquier posible acaparamiento in situ”, señala AGTA, que sin embargo pretende señalar “que el aumento del número de entradas a la venta in situ es proporcional a la disminución de las vendidas en línea y en el centro de llamadas, porque el número de entradas totales es siempre el mismo. Como una manta demasiado corta, se aumenta por un lado y se quita por otro”. Según AGTA, “de mucho mayor alcance” es la medida vinculada a la introducción de entradas nominativas, que según la asociación “teóricamente debería limitar fuertemente el acaparamiento de entradas”.
Sin embargo, según AGTA, la medida “corre el riesgo de no ser eficaz por varias razones”: “Las entradas nominativas en sí mismas”, explica la asociación, “no son una novedad en el Coliseo: ya se utilizan para el Metro (y para la velada ’Luna sobre el Coliseo’) desde junio de 2022. Fueron introducidas por la Dirección del Parque para contrarrestar el problema de las entradas de Metro inalcanzables (y vendidas a precios estratosféricos), pero no ha sido así. La demanda es tan alta en comparación con la oferta que el sistema nominal no ha sido suficiente para contrarrestar o siquiera arañar el problema. Que funcione en el caso del resto de billetes -todos esperamos que sí- depende de varios factores. En primer lugar, los controles. Las normas funcionan si se establecen controles serios y eficaces. Incluso en los conciertos con decenas de miles de personas hay entradas nominativas, pero sólo se comprueba la coincidencia entre el nombre y el documento de un porcentaje muy pequeño de las personas. Si realmente se quisiera comprobar el nombre en la entrada y el nombre en el documento de cada visitante que entra en el Coliseo con el personal disponible actualmente y con las pocas puertas abiertas, se formarían colas de horas. Así pues, o se está dispuesto a emplear mucho más personal y a abrir más entradas, o por ahora sólo se piensa en controles ”puntuales“. Pero si los controles no son más que serios, toda la medida será inútil, porque algunos individuos deshonestos contarán con poder salirse con la suya. Sobre todo, la eficacia de esta medida no puede estar ligada a la discrecionalidad del controlador y a la decisión del custodio particular sobre a quién seleccionar y a quién no. En segundo lugar, el tipo de billete. Actualmente, los nombres de los billetes del metro pueden cambiarse porque están en formato pdf (mediante un programa especial de edición). El personal encargado del control (que no pertenece a la empresa concesionaria, que es la responsable de tomar las reservas y emitir los billetes) observa la correspondencia entre el nombre escrito en el billete (independientemente de que esté impreso o en dispositivos electrónicos) y el documento que el visitante que llega muestra en ese momento, por lo que es posible cambiar los nombres respecto a los facilitados en el momento de la reserva. Si piensa utilizar el mismo tipo de billete, es una batalla perdida. El único sistema serio que no permitiría cambios y, de hecho, ayudaría a realizar controles muy rápidamente es el que se utiliza en las tarjetas de embarque de las compañías aéreas, en las que el código de barras contiene los datos del pasajero y permite compararlos inmediatamente con los del pasaporte” (nota del editor: el 19/10, Coop Culture nos envió una aclaración escribiendo: “La taquillera informa que, exactamente igual que el sistema en uso para las tarjetas de embarque de las compañías aéreas, el código de barras asociado a nuestra entrada al Coliseo contiene los datos personales introducidos en el momento de la compra por el visitante, datos que no pueden ser modificados de ninguna manera y que pueden ser comparados inmediatamente con los del documento de identificación. Esta modalidad hace innecesaria cualquier falsificación del nombre que figura en la entrada”).
No obstante, AGTA invita a los visitantes a esperar unos meses antes de poder evaluar la eficacia de la nueva medida. De hecho, ya en estos días, antes de la entrada en vigor de la nueva normativa, había muchos billetes disponibles en la web para la segunda quincena de noviembre, “simplemente porque”, según AGTA, “al disminuir los flujos turísticos, las plataformas secundarias de venta de billetes compran menos billetes”. En agosto se produjo el mismo fenómeno: hubo quien se alegró de una abundancia de entradas sin precedentes, atribuyéndola al inicio de la investigación antimonopolio. Pero se trataba simplemente del descenso fisiológico del flujo de visitantes que registramos todos los años en agosto, y de hecho en septiembre y octubre fue imposible comprar entradas en la web oficial. En cualquier caso, las entradas nominativas no resolverán la situación, porque el problema fundamental es que la demanda supera a la oferta en el Coliseo. El verdadero problema, que la gente sigue sin querer afrontar, es la desproporción entre el número de accesos diarios previsto por la actual dirección y la demanda, teniendo en cuenta además el flujo turístico en constante aumento. Desde hace muchos años existe un límite máximo de 3.000 visitantes al mismo tiempo, calculado en función de las salidas de emergencia, la zona visitable y otros elementos diversos. De hecho, estas entradas no son suficientes".
El problema de la falta de entradas, concluye AGTA, sólo puede solucionarse “aplicando un conjunto de medidas, entre las que destaca, de manera crucial, el aumento del número de entradas, que, si se desea, puede conseguirse a través de múltiples opciones: - Ampliación del horario de apertura, adelantándolo al menos a las 7.00 h.7.00/7.30 de la mañana y retrasar una hora el cierre en verano, cuando la temperatura es horrible (no tiene mucho sentido anticiparlo ahora a las 8.30 en invierno, cuando hay menos visitantes y no hace calor). Se ha hecho en varios monumentos italianos, creemos que también se puede hacer en el Coliseo si hay voluntad; - Aumentar el límite máximo de 3.Aumentar el límite máximo de 3.000 personas al mismo tiempo, igual que desde hace años, añadiendo una salida de emergencia y ampliando la zona abierta al público; - Reabrir la entrada de la Popa (u otras cercanas) y habilitar dos recorridos diferentes al mismo tiempo, uno muy corto (sólo por la planta baja, con medio círculo alrededor de la Arena por el lado del Celio) y otro más largo (el actual con planta baja y primer piso); esto aumentaría mucho el aforo pero no la afluencia de público, al contrario descongestionaría el monumento al diversificar los recorridos”.
AGTA, por último, afirma que lleva “meses, en parte desde el año pasado, solicitando sin éxito todas estas opciones, presentando diversas propuestas a la Dirección”, precisando que “siempre ha recibido negativas”, y reitera “la petición de una Mesa Técnica permanente en el Ministerio con los principales representantes de los operadores del sector -touroperadores, agencias y asociaciones nacionales de guías turísticos- que llevan años ocupándose de la problemática del monumento”.
AGTA Guías Turísticos: "La introducción de la entrada nominativa en el Coliseo corre el riesgo de no ser efectiva |
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