Adiós a Paolo Giorgio Ferri, el juez que luchó contra los criminales del arte

El magistrado Paolo Giorgio Ferri falleció en Roma el 14 de junio. Murió repentinamente de un ataque al corazón, según informa su familia. Ferri era conocido por sus muchos años de actividad en la lucha contra los delincuentes del arte: durante unos veinte años había perseguido con éxito a traficantes, saqueadores de tumbas, comerciantes corruptos, vallistas y directores de museos turbios. Su mayor intuición fue llevar la batalla contra los depredadores del arte a los tribunales , y gracias a esta innovación permitió devolver muchas obras a sus legítimos propietarios.

Nacido en Roma en 1947, se licenció en Derecho en la Universidad de la Sapienza de Roma e ingresó en la judicatura en 1977. Su gran pasión por el arte y la historia le llevó a especializarse en delitos contra el patrimonio cultural. Como fiscal adjunto del Tribunal de Roma, había llevado a cabo numerosas investigaciones. Entre sus muchos logros figuraban la captura del comerciante Giacomo Medici, que había exportado ilícitamente de Italia miles de objetos etruscos, griegos y romanos, y el juicio contra Marion True, conservadora del Museo Getty de Los Ángeles. El proceso prescribió en 2011, pero desencadenó una oleada de restituciones por parte de muchos museos estadounidenses (entre ellos el Metropolitan de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Boston y el propio Getty): el temor a nuevos juicios era fuerte. Según el periodista Fabio Isman, amigo suyo, Ferri ha “abierto un camino que ahora ojalá se siga”.

“Ha pasado a la historia por haber escrito una de las páginas más importantes en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes del patrimonio arqueológico, histórico y artístico”. Según Alessandro Garrisi, presidente de la Asociación Nacional de Arqueólogos, "Ferri comprendió muy bien que el comerciante no era más que una pieza dentro de un sistema mucho más amplio que va desde el simple tombarolo que llega, con la intermediación del traficante, hasta los museos públicos y las colecciones privadas de todo el mundo. Mientras lloramos su fallecimiento, nuestro mayor deseo es que su testigo sea prontamente recogido por arqueólogos y magistrados de igual sensibilidad, para que la lucha contra los delitos contra el patrimonio no sufra retrocesos y continúe con convicción para proteger nuestro patrimonio común.

Adiós a Paolo Giorgio Ferri, el juez que luchó contra los criminales del arte

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