Adiós a Carl Andre, gran pionero del minimalismo


Carl Andre, considerado uno de los pioneros del Minimalismo, artista que redujo la escultura a sus elementos esenciales fabricados con materiales industriales, ha fallecido en Manhattan a los 88 años.

Carl Andre, uno de los pioneros más influyentes de la escultura minimalista de la década de 1960, falleció el miércoles en Manhattan a la edad de 88 años. La triste noticia fue confirmada por Steven Henry, socio principal de la galería Paula Cooper de Nueva York, que representaba a Andre. Andre fue una de las principales figuras del movimiento minimalista, que redujo la escultura a sus elementos esenciales y la transformó en formas sencillas realizadas con materiales industriales. Su obra ayudó a redefinir el concepto de arte, desplazando la atención del expresionismo abstracto hacia formas rudimentarias y materiales industriales. El artista trabajó principalmente con metales elementales, granito, madera y ladrillos, creando obras de formas puramente geométricas y sin ninguna intención emocional.

Carl Andre es recordado sobre todo por su audaz exploración de la forma y el material, que influyó en generaciones de artistas posteriores. Nacido en Quincy, Estados Unidos, el 16 de septiembre de 1935, Carl Andre tuvo una infancia que él mismo describió como “salvaje”, pero gracias a sus buenas notas en la escuela, obtuvo una beca para la Phillips Academy de Andover, iniciando así su formación artística. Durante una estancia en Inglaterra en 1954, Andre tuvo la oportunidad de explorar Stonehenge, un momento que tendría un profundo efecto en su carrera artística, inspirándole a dedicarse a la escultura. Tras un año de servicio militar, se trasladó a Nueva York en 1957, donde se unió a un círculo artístico que incluía al cineasta vanguardista Hollis Frampton y al pintor Frank Stella. Las obras de Stella, con sus rayas sobre lienzos perfilados, influyeron enormemente en Andre, abriéndole nuevos horizontes en su exploración artística. La epifanía artística de Andre le condujo hacia una búsqueda de formas muy simplificadas, abandonando la teatralidad tradicional del zócalo y experimentando con el espacio escultórico horizontal de forma innovadora. Este enfoque único atrajo la atención de las galerías de arte, que empezaron a interesarse por su obra. En 1958, Andre entabló una fuerte amistad con Frank Stella, trabajando juntos para ampliar los límites de sus respectivas formas artísticas.



En uno de esos momentos, Stella sugirió al artista que utilizara unas maderas que había encontrado en su estudio. Andre cogió una de las vigas y, con un mazo, moldeó rudimentariamente una forma que recordaba vagamente a una famosa escultura de Constantin Brancusi. Cuando mostró el resultado a Stella, ésta reconoció la originalidad del planteamiento de André y observó que había creado algo completamente nuevo en el campo de la escultura.

Prefería identificarse como materialista más que como minimalista, ya que su práctica artística hacía hincapié en una estricta dedicación a los materiales, intentando que se expresaran de la forma más sencilla posible. En una de sus declaraciones, expresó su deseo de crear una escultura desprovista de asociaciones humanas, una obra que permitiera a la materia comunicarse de forma autónoma, aspirando a algo casi primordial, casi neolítico. Sin embargo, a diferencia de otros artistas minimalistas como Donald Judd y Dan Flavin, la obra de Andre se caracterizaba por una cualidad dura, férrea, severa. En una reseña de una de sus exposiciones, el crítico Peter Schjeldahl no dudó en declarar que “Andre no es especialmente divertido”.

La reticencia de Andre a conceder entrevistas contribuyó a reforzar la imagen de un artista incisivo cuya obra reflejaba su propia psique. La serie Elements de Carl Andre de 1960, compuesta por esculturas de bloques de cedro rojo dispuestos en diversas configuraciones, sigue siendo reconocida como un icono del minimalismo. Lo mismo cabe decir de sus obras Plains y Squares, realizadas con planchas de acero, aluminio y magnesio, cuyo aspecto industrial era fundamental en su planteamiento artístico. Aunque los historiadores del arte han identificado paralelismos entre sus obras y el constructivismo ruso, el propio André rechazó muchas de las teorías que rodeaban su arte. Lo que hace únicas a sus obras es su inusual presentación: expuestas directamente en el suelo, sin pedestales, desafiaban el concepto tradicional de escultura e invitaban al espectador a interactuar físicamente con ellas. Andre quería que sus creaciones se percibieran como parte integrante de su entorno, y no como objetos para ser admirados pasivamente.

En 1969, durante la fundación de la Coalición de Trabajadores del Arte, André propuso una “propuesta razonable y práctica”, en la que invitaba a los artistas a desvincularse de las galerías y dejar de exponer sus obras, con la excepción de los amigos íntimos. Esta iniciativa reflejaba su visión crítica del mundo del arte y su deseo de reformarlo radicalmente. El Museo Guggenheim de Nueva York le dedicó una exposición individual en 1970, que incluía no sólo esculturas, sino también poemas del artista. Estos poemas, a menudo ricos en referencias históricas y autobiográficas, revelan un aspecto más íntimo de la sensibilidad artística de Andre. Su carrera dio un giro brusco en 1985, cuando fue detenido y acusado de la muerte de su esposa. Aunque fue absuelto en 1988, el caso siguió suscitando polémica e influyendo en la percepción de su obra. A pesar de ello, Andre continuó mostrando su obra en prestigiosas exposiciones de todo el mundo, demostrando una extraordinaria resistencia ante los retos personales y profesionales. Su influencia en el arte conceptual fue profunda, empujando el arte cada vez más hacia el terreno de las ideas en lugar del puramente visual. El propio Andre ha descrito su obra como “cercana a cero”, destacando su predilección por el arte no representativo y desprovisto de sentimentalismo, pero intrínsecamente ligado a la esfera conceptual.

“Carl Andre ha redefinido los parámetros de la escultura y la poesía mediante el uso de materiales industriales inalterados y un enfoque innovador del lenguaje”, escribió la galería Paula Cooper en una nota. “Ha creado más de dos mil esculturas e igual número de poemas a lo largo de sus casi setenta años de carrera, impulsado por un compromiso con la materia pura en lúcidas disposiciones geométricas”.

Adiós a Carl Andre, gran pionero del minimalismo
Adiós a Carl Andre, gran pionero del minimalismo


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