Con un vídeo colgado en su página de Facebook, el alcalde de Pisa, Michele Conti, relanzó hace un rato (a las 14.01 horas de hoy) la idea de demoler tres arcos del Acueducto de los Médicis para dar paso a la circunvalación noreste de la ciudad. El alcalde, sin embargo, no utilizó el verbo “demoler” como en su programa de mandato, sino que se limitó a hablar de desmontar y volver a montar los arcos.
“Aquí estamos a lo largo del acueducto”, dice el alcalde en el vídeo, “una infraestructura histórica propiedad del municipio de Pisa aunque aquí insistamos en estar dentro del municipio de San Giuliano. Esta es la gestión del PD y del centro-izquierda: estos andamios existen aquí desde principios de los años 90, y no se ha hecho nada para proteger esta estructura histórica. Ahora también surge la pregunta: ¿queremos construir la infraestructura para la circunvalación noreste o no? Cuando tengamos que pasar por aquí, ¿por dónde pasaremos? Creo que la propuesta del profesor Dringoli, que es un urbanista con cincuenta años de experiencia, de desmontar y volver a montar tres arcos es una visión moderna de la construcción de una infraestructura. Estamos en una zona baja, ganada al mar, con graves problemas hidrogeológicos. Construir un metro de quinientos metros creo que no es el caso. De todas formas, tenemos un debate: ”vamos a ver".
Ya hay quien objeta que intervenir en un acueducto para permitir el paso de una arteria viaria sería de todo menos moderno, pues una actuación similar ya se llevó a cabo en elacueducto Nottolini de Lucca, que entre los años 30 y los 60 sufrió la demolición de cinco arcos para permitir el paso de la autopista A11.
Pero eso no es todo: en el texto de presentación del vídeo, Conti propone también una posible ubicación para los arcos desmontados: “desmontar y volver a montar dos o tres arcos del acueducto, quizás colocándolos en el centro de una incipiente rotonda, creo que equivaldría a valorizar ese patrimonio”. El alcalde señala a continuación que existe un precedente en Pisa, el de la iglesia de Santa Maria della Spina, definida como uno de los “ilustres precedentes en Pisa de desmantelamiento y remontaje del patrimonio arquitectónico”. Es cierto que la iglesia de Santa Maria della Spina fue desmontada y vuelta a montar en la década de 1870, pero ello se debió a que había sido construida en una zona insegura justo encima del Arno y era necesario resguardarla de las crecidas del río que, a la larga, podrían haberla dañado irreparablemente (y en cualquier caso, en su momento, la intervención fue duramente criticada porque algunas partes de la iglesia resultaron dañadas, y otras no reconstruidas: entre los que pusieron el grito en el cielo se encontraba el gran John Ruskin). Además, hay que recordar que la mejor manera de valorizar un bien histórico-artístico es dejarlo exactamente donde está y, si acaso, restaurarlo y promover su conocimiento: no hay lugar en el mundo donde la valorización se consiga transformando en una isla de tráfico un bien que sigue en pie después de cuatrocientos años de historia.
En la foto: San Giuliano Terme (Pisa), tramo del acueducto de los Médicis afectado por las obras
Acueducto mediceo, el alcalde de Pisa: 'desmontemos los arcos y pongámoslos en una rotonda para realzarlos' |
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