Este fin de semana estábamos todos tan metidos en el asunto de los bronces de Riace que nos olvidamos por completo (y en varios casos, quizá deliberadamente) de hablar del paquete "Sblocca Italia " presentado el viernes por Matteo Renzi durante el último Consejo de Ministros. El paquete desbloqueará obras ya financiadas por valor de más de 30.000 millones de euros y activará otros recursos por valor de más de 13.000 millones de euros. La lista de obras se publicó muy claramente en el Secolo XIX. Junto a las obras ya financiadas, muchas de ellas enormemente discutidas (empezando por el TAV Turín-Lyon o laautopista Orte-Mestre), hay otras de las que se habla menos pero en torno a las cuales han surgido numerosos debates. Una de ellas es la construcción de laautopista Tirreno, que unirá Rosignano con Civitavecchia, completando así una única autopista (de peaje, por supuesto) de Génova a Roma.
En la actualidad, el tramo de Rosignano a Civitavecchia está ocupado por la carretera de circunvalación Aurelia hasta Grosseto (una hermosa autopista de cuatro carriles con un límite de velocidad de 110 km/h), mientras que de Grosseto a Civitavecchia, el tráfico de automóviles se ve obligado a utilizar la carretera Aurelia, que, a pesar de ser ya de cuatro carriles en varios puntos, sigue teniendo dos carriles y muchos pasos a nivel. El proyecto, pendiente de recibir los 2.000 millones de liras, convertiría la Aurelia en una autopista gestionada por la SAT (Società Autostrada Tirrenica): una empresa privada que se convertiría en concesionaria de lo que ahora es una vía pública gratuita. ¿Por qué existe una fuerte oposición a la construcción de la autopista en las zonas afectadas por el proyecto? Veamos las principales:
¿Qué piden, pues, las asociaciones ecologistas y la mayoría de los ciudadanos de Toscana y Lacio? Sencillamente, que el tramo de la Aurelia entre Grosseto y Civitavecchia se acondicione según el proyecto ANAS de 2001, que ya había sido aprobado y financiado por el Gobierno Amato de entonces, y que el Gobierno Berlusconi dejó de lado en 2004 en favor del proyecto de autopista. Evidentemente, en Italia las grandes obras deben ser necesariamente costosas y perjudiciales para los ciudadanos para ser aprobadas. Entretanto, los ciudadanos se han organizado en comités para expresar su oposición al proyecto: quien desee saber más puede consultar la página de Facebook del Comitato Territoriale NO SAT o de la Asociación “Salviamo la Maremma dalla SAT”.
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