Uffizi, reformada Sale dei Fiamminghi y Sala dei Marmi Antichi

Las Galerías de los Uffizi se renuevan y amplían con una doble inauguración que celebra la remodelación de dos importantes espacios del museo florentino. En presencia del Ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, y del Director de las Galerías, Simone Verde, se han presentado hoy las nuevas salas dedicadas a los maestros flamencos de los siglos XV y XVI y el Gabinete de Mármoles Antiguos, reconstruido en su forma original.

Las nuevas salas de la segunda planta del museo albergan una selección de 31 pinturas de los más grandes maestros del Renacimiento del norte de Europa, como Alberto Durero, Lucas Cranach, Hans Memling, Nicolas Froment y Rogier van der Weyden. Estas obras maestras, expuestas en tres salas con frescos en el primer pasillo, ilustran el arte meticuloso y “casi fotográfico” de los pintores flamencos, holandeses y alemanes, poniendo de relieve las influencias mutuas entre las escuelas de arte del norte de Europa e Italia.

Además, después de 200 años, resucita el Gabinete de Mármoles Antiguos, reconstruido en su configuración original. Este espacio, verdadero tesoro de antigüedades, alberga algunas de las esculturas romanas más famosas de la colección de los Médicis, entre ellas el torso de basalto verde del Wadi Hammamat y el Spinario. Las paredes de la sala están adornadas con una serie de relieves romanos que, montados de nuevo en su emplazamiento original, devuelven el encanto que caracterizaba a esta sala cuando se inauguró en el siglo XIX.

Las Nuevas Salas Flamencas

La Galería de los Uffizi abre al público las nuevas salas dedicadas a la pintura flamenca y alemana de los siglos XV y XVI, presentando obras maestras de Alberto Durero, Lucas Cranach, Hans Memling, Nicolas Froment y Rogier Van Der Weyden. La exposición, compuesta por 31 cuadros, está instalada en tres salas con frescos situadas en el primer pasillo de la segunda planta, entre la Tribuna del Buontalenti y el Gabinetto delle Miniature.

Estos espacios, recientemente renovados, albergan una de las colecciones de pintura noreuropea más importantes de Europa. Esta colección fue reunida originalmente en las primeras décadas del siglo pasado por Roberto Salvini, director de los Uffizi después de la Segunda Guerra Mundial, quien puso estas obras maestras en diálogo con las de la escuela italiana, destacando las influencias recíprocas en un enfoque “internacionalista” que hoy definiríamos como “global”.

El nuevo montaje pretende reproponer este diálogo, ilustrando los modos de expresión de la cultura renacentista en el norte de Europa (Flandes, Holanda, Alemania) en comparación con las obras de la Florencia del siglo XV. La pintura renacentista toscana, a través del coleccionismo cosmopolita de los Médicis, recibió influencias fundamentales de los pintores del norte. Estos últimos destacaron en la técnica del óleo, que creaba una tridimensionalidad luminosa y metafísica, alternativa a la perspectiva lineal italiana.

Entre los cuadros expuestos, el retrato está especialmente representado, con obras maestras de Hans Memling, entre las que destaca el Retrato de hombre con carta. Alberto Durero también está presente con retratos de los Apóstoles y la Virgen, mientras que Lucas Cranach el Viejo aporta los famosos rostros de Martín Lutero y su esposa Catalina Bora, así como de su amigo Felipe Melanchthon. Un ejemplo significativo de la predilección de los Médicis por Flandes es la Lamentación sobre Cristo muerto de Rogier van der Weyden, obra encargada para el altar de la villa de los Médicis en Careggi, según consta en el inventario de las posesiones de Lorenzo el Magnífico en 1492 (se cree que el panel registrado en el inventario es la Lamentación de Van der Weyden). El Tríptico de Nicolas Froment, que representa episodios de la vida de Jesús, vuelve a exponerse tras muchos años de ausencia, mostrando detalles brillantes y colores vivos. Por último, el diálogo entre dos parejas de Adán y Eva de gran tamaño, una de Cranach y la otra de Hans Baldung Grien, ofrece una intensidad especial a la nueva disposición de las salas. La apertura de estas salas representa una importante oportunidad para redescubrir y apreciar la influencia de la pintura flamenca y alemana en el Renacimiento italiano, y para reconocer el valor del diálogo artístico entre las diferentes culturas europeas.

“El regreso al público de la colección de pintores flamencos de las Galerías Uffizi es un acontecimiento largamente esperado”, afirma el director Simone Verde. “La razón es obvia: se trata de la mayor colección de este tipo en Italia, repleta de célebres obras maestras. La nuestra es, por tanto, una reordenación estratégica que nos permite también recordar la figura de un gran director de las Galerías, Roberto Salvini, que fue el primero en ver la historia del arte en términos que hoy llamaríamos globales. Precisamente a través de la exposición de los pintores flamencos, de hecho, Salvini quiso subrayar las relaciones artísticas y culturales de Florencia con el norte de Europa, devolviendo a nuestra historia toda su complejidad y conectando en un tejido más amplio la riqueza de esta ciudad como capital financiera y cultural en el Renacimiento”.

“Los extraordinarios retratistas del área flamenca”, afirma la conservadora de Pintura del siglo XV de las Galerías Uffizi, Daniela Parenti, “introdujeron una atención a la representación del dato real, enriquecida con elementos de introspección psicológica, que fue muy apreciada en Florencia; hasta el punto de influir en toda la pintura no sólo florentina, sino también toscana e italiana en general”.

Resucita la Sala de los Mármoles Antiguos

Después de dos siglos, la Galería de los Uffizi celebra el regreso de uno de sus espacios más ejemplares: la Sala de los Mármoles Antiguos. Reconstruida en su forma original, esta sala alberga algunas de las esculturas más famosas de la colección del Gran Ducado y relieves romanos incrustados en las paredes, recreando el ambiente que tenía en el momento de su inauguración. El reabierto Gabinetto dei Marmi alberga una selección de las esculturas romanas más importantes de la colección de los Médicis, adornadas con los relieves de mármol que la hacían única.

Entre las piezas expuestas destacan los dos relieves con ventas de cojines y paños, procedentes de una tumba del Esquilino de época flavia, y la figura del pastor sentado, parte de un ninfeo monumental de época altoimperial. También destaca la reproducción del templo de Vesta flanqueado por la higuera ruminal y la representación de Zeus Ammón, deidad sincrética de época helenístico-romana, parte de la decoración escultórica del Foro de Augusto en Roma.

La exposición también incluye el torso de basalto verde del Wadi Hammamat, una de las mejores réplicas del Doríforo de Policleto, y el Spinarius, uno de los siete ejemplares conocidos de este tipo escultórico del Helenismo tardío. Entre las esculturas devueltas a la visibilidad se encuentra la estatuilla que representa a Menandro sentado, una de las tres copias conocidas de este modelo iconográfico del siglo III a.C., y el grupo de Hermafrodito y Pan, una animada composición de época altoimperial.

La Sala de Mármol ocupa un lugar de gran importancia histórica: hasta 1825, aquí se alzaba una terraza construida en 1658 durante el reinado de Fernando II. La adquisición de la colección de antigüedades egipcias del canciller Nizzoli a principios del siglo XIX hizo necesaria la creación de un nuevo espacio expositivo, lo que llevó a la decisión de cubrir la terraza para ampliar el recorrido museístico.

La vasta sala resultante se dividió en dos gabinetes: uno dedicado a las antigüedades egipcias y otro a la escultura clásica, centrado en torno a la famosa estatua delHermafrodita durmiente. Iluminada por una gran claraboya, la sala era ideal para albergar una selección de los mármoles más importantes de los Uffizi. Los relieves romanos, colocados en la parte superior de las paredes, coronaban la serie de bustos y esculturas dispuestos alrededor del perímetro, creando un efecto espectacular.

Esta disposición, evidenciada por las fotografías de Alinari hasta la década de 1880, fue modificada a principios del siglo XX y finalmente anulada a mediados del siglo pasado. Hoy, la reapertura de la Sala dei Marmi Antichi marca una vuelta a sus orígenes, devolviendo al público el encanto de un espacio símbolo del arte clásico y de la propia historia de la Galería de los Uffizi.

“La reordenación de este espacio tan emblemático para la historia de los Uffizi”, subraya el director Verde, “retoma el concepto espacial del museo expuesto en el siglo XVIII por el gran historiador del arte y artista del recorrido Luigi Lanzi: un itinerario pictórico articulado en torno a la centralidad de las artes del Renacimiento que, si se exponían en los largos pasillos, estaban a su vez jalonados por gabinetes laterales, es decir, salas ”tangentes“ al propio itinerario, que albergaban reliquias del mundo antiguo que daban testimonio de los modelos artísticos y culturales que habían propiciado el renacimiento del clasicismo en la estética renacentista. En esta lógica, el gabinete más importante era sin duda el que hoy reinauguramos: no sólo por la belleza de las esculturas y mármoles albergados (prueba irrefutable del gusto y amplitud de la colección de antigüedades de los Médicis), sino sobre todo por la recuperación de los modelos e ideales del clasicismo representados en él de la forma más extensa y cortesana accesible a los anticuarios europeos”.

"La nueva disposición de la sala de los relieves -afirma el conservador de Antigüedades Clásicas de las Galerías de los Uffizi Fabrizio Paolucci- marca el regreso a sus antiguos dueños de una prestigiosa sala del piano nobile: las esculturas clásicas de la gran colección ducal. Este espacio, creado en 1825 para albergar exclusivamente mármoles antiguos, vuelve ahora a estar poblado por una refinada selección de relieves, bustos y esculturas de cuerpo entero, entre las que destacan obras maestras absolutas como el torso Doriforo de basalto o los relieves con escenas de la venta de cojines y telas. Incluso su disposición sigue, en parte reproduciéndola fielmente, la disposición original, devolviendo al visitante el encanto y la atmósfera de los años en que los Uffizi eran conocidos en toda Europa como la “Galería de las Estatuas” por excelencia".

Uffizi, reformada Sale dei Fiamminghi y Sala dei Marmi Antichi

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