Más novedades en los Uffizi, donde ayer por la mañana se inauguró el restyling de la Sala del Duecento, situada al principio del primer pasillo de la pinacoteca. La disposición, caracterizada por paredes de color gris oscuro, elegidas para realzar los fondos dorados de las obras expuestas, incluye el uso de robustos cristales antirreflejos, que permiten al público un estrecho contacto con las obras maestras medievales. La sala se ha estructurado recordando unespacio eclesiástico, en consonancia con la disposición encargada en los años cincuenta en la cercana Sala delle Maestà a los arquitectos Michelucci, Scarpa y Gardella. Entre los elementos arquitectónicos colocados en recuerdo de la tradición figura un escalón de pietra serena situado bajo las cruces monumentales.
La sala alberga una notable colección de pinturas sobre tabla del siglo XII a finales del XIII, que ofrece una selecta panorámica de la pintura toscana, especialmente florentina, anterior a Cimabue y Giotto. La colección se distingue por la calidad de las obras y la variedad de tipos de pinturas, incluidos dos monumentales crucifijos historiados con escenas de la Pasión, que representan a Cristo Crucificado en la variante de Cristo Triunfante y Cristo Doloroso, respectivamente. En su mayor parte, estas obras estaban destinadas originalmente a las iglesias, aunque sólo se sabe que unas pocas tuvieron su origen en ellas. Entre ellas se encuentra el gran díptico del convento de Santa Chiara de Lucca, atribuible a Bonaventura Berlinghieri, pintor lucchés miembro de una importante familia de artistas. Junto a la Virgen y los relatos de la Pasión, aparecen representados varios santos, entre ellos Francisco de Asís y la fundadora de las clarisas, Santa Clara, fallecida en 1253 y canonizada en 1255.
De gran importancia es el frontal de altar con el Redentor, la Virgen y los santos Juan Evangelista, Pedro y Pablo , procedente de la colección de Vincenzo Taccoli Canacci, uno de los primeros coleccionistas con gusto por lo “primitivo”.gusto de los “primitivos”; la obra, que anticipa en su composición con las figuras dentro de arcos, la estructura de los polípticos, lleva la fecha de 1271 y la firma del pintor, Meliore, un florentino que había combatido en la batalla de Montaperti en 1260. Entre las obras de tema mariano, la Virgen con el Niño entronizado del Oratorio de Santa Maria di Casale, en Greve in Chianti, destaca por su gran tamaño y su vivo colorido. La obra se caracteriza por la representación, en la parte inferior, de la escena de la Anunciación, elemento que anticipa la costumbre de representar escenas sagradas en el escalón de las mesas de altar en uso en el siglo XIV.
Uffizi, la sala del siglo XIII reorganizada en estilo eclesiástico |
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