Tras décadas de deterioro y abandono, la reconstrucción del Templo de Al atri, situado en los jardines del Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia de Roma, entre el Ninfeo y el ala derecha del recorrido expositivo, volverá por fin al público. Se trata de una reproducción a tamaño natural de un templo etrusco-itálico hallado en Alatri (Frosinone) en 1882. La reconstrucción fue supervisada por el arquitecto y arqueólogo Adolfo Cozza a instancias de Felice Barnabei, padre fundador del Museo Etrusco, y se basó en los resultados de una excavación realizada por el propio Cozza y Hermann Winnefeld, del Instituto Arqueológico Alemán, en La Stazza (1 km al norte de Alatri).
Las investigaciones de ambos arqueólogos sacaron a la luz los cimientos de un pequeño templo del siglo III-II a.C., así como los restos de su decoración arquitectónica, que sirvieron de modelo para la reconstrucción fiel de elementos decorativos modernos, reproducidos con las mismas técnicas y materiales utilizados más de dos mil años antes. El templo, construido entre 1889 (año de inauguración del Museo) y 1891, constituye uno de los primeros ejemplos mundiales de reconstrucción con fines educativos y populares. Se trata de una obra innovadora y futurista, uno de los primeros casos de museo al aire libre a nivel internacional, hasta ahora injustamente infravalorado por la crítica museológica, que ha centrado su atención en algunas famosas experiencias contemporáneas del norte de Europa y Norteamérica, ignorando casi por completo la empresa de Cozza y Barnabei, debido también a su temprana transformación en un simple almacén, inaccesible al público.
El Museo Nacional Etrusco ha decidido ahora, tras años de abandono y tergiversación de sus funciones originales, que han provocado un desgaste progresivo de las decoraciones arquitectónicas, intervenir en el templo de Alatri, con una restauración funcional para devolverlo al uso público. Además, el museo hace saber que esta importante restauración es sólo el primer paso de un camino más amplio, ya financiado por la Región del Lacio a través de una convocatoria de innovación tecnológica. Cuarenta y cinco años después de la última restauración coordinada por Lucos Cozza (arqueólogo y sobrino de Adolfo), la nueva obra es de hecho el requisito previo para la futura transformación del templo en una “Máquina del Templo”, que albergará en su interior un espacio digital inmersivo, en el que experimentar la narración de la historia como en un viaje en el tiempo, jugando no sólo con el componente tecnológico, sino también con el de la narración histórica.
Roma, restauración para el templo de Alatri, la reconstrucción futurista del templo etrusco-itálico |
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