Por primera vez, la Reggia di Caserta abrirá sus almacenes al público: el museo está trabajando en un ambicioso proyecto de conservación activa, que permitirá descubrir la riqueza del Complejo Vanviteliano desde una nueva perspectiva. A lo largo del año pasado, el Instituto del Ministerio de Cultura emprendió una vasta campaña de reconocimiento para identificar los espacios de almacenamiento y catalogar los numerosos objetos histórico-artísticos no incluidos en la exposición permanente. Se trataba de una actividad compleja, aún más difícil debido a la inmensidad del Palacio y del Parque, al estado de algunas salas y a la dispersión de los objetos, que a menudo carecen de una colocación orgánica o de ciertas referencias archivísticas.
El proyecto prevé la creación de zonas de almacenamiento especializadas, concebidas para acoger y conservar de la mejor manera posible los diferentes tipos de obras: pinturas y marcos, asientos y pequeño mobiliario, objetos de piedra, documentos y material de papel, artes aplicadas, maquetas y bustos, tejidos y ornamentos sagrados, elementos escenográficos y belenes. También se habilitaron espacios para el almacenamiento temporal de obras destinadas a exposiciones y exhibiciones museísticas, así como almacenes para objetos de valor histórico pero sin especial valor artístico.
La manipulación de las obras se confió a empresas especializadas, que utilizaron equipos específicos. Las salas seleccionadas para albergar los almacenes fueron objeto de obras de infraestructura, adaptación y seguridad. Paralelamente, se está llevando a cabo la digitalización y actualización de los ficheros de catalogación, en una perspectiva interdisciplinar que combina conservación, estudio e investigación. Los restauradores también han realizado trabajos de conservación cuando ha sido necesario.
Hasta la fecha, los nuevos depósitos albergan ya un gran número de obras, entre ellas 290 pinturas sobre lienzo y madera y 107 sobre papel, 130 marcos, 280 bronces, 212 objetos de vidrio, más de 200 sillas, 75 cerámicas, unas 300 piezas entre pinturas bordadas, cortinas, ropa de cama y ornamentos sagrados, 15 elementos de belén y 37 rollos de tela. Y la cifra está destinada a aumentar, gracias a los continuos trabajos de recuperación e inventario. Los traslados más recientes incluyen materiales pétreos procedentes del antiguo monasterio pasionista, además de elementos y fragmentos escultóricos y arquitectónicos recuperados del Palacio y del Parque, que suman unas 600 piezas, todas ellas catalogadas con localización cronológica.
La apertura de estos depósitos supone un paso fundamental en la puesta en valor de un patrimonio hasta ahora oculto. Se trata de lugares destinados a la conservación de bienes frágiles que, por razones de protección, estudio o restauración, no pueden exponerse de forma permanente, pero que en el futuro estarán disponibles para exposiciones temporales, talleres y programas educativos. El objetivo es hacer accesible a un público cada vez más amplio el patrimonio del Palacio Real de Caserta, sitio reconocido por la UNESCO. Una vez finalizadas las obras, por primera vez en su historia, el museo podrá ampliar su oferta cultural con visitas dedicadas a estos tesoros de la historia, en un proyecto que combina protección, innovación y accesibilidad.
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Por primera vez en su historia, la Reggia di Caserta abrirá sus almacenes al público |
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