Tras cien días de intensos trabajos, la Escalone d’Onore (Escalera de Honor ) del Palacio Real de Nápoles vuelve a brillar, devolviendo a los visitantes uno de los símbolos más reconocidos del conjunto arquitectónico. Al mismo tiempo, se pone en marcha una nueva e importante obra: la dedicada al aseguramiento y futura restauración de la Capilla Real, otra joya del patrimonio artístico napolitano.
“Se ha añadido una pieza más al inmenso mapa de obras que se realizan a diario en el interior del Palacio Real”, afirma Paola Ricciardi, directora delegada del Director General de Museos, Massimo Osanna. “Hoy, al mismo tiempo, podemos observar los resultados de una restauración finalizada y el trabajo de una obra abierta con la que hacemos partícipes a los visitantes del duro trabajo que llevan a cabo los restauradores, un trabajo a veces muy exigente que se transforma en arte a través de una pequeña exposición fotográfica”.
El proyecto de restauración, iniciado el 16 de junio y confiado al Consorcio CO.MA.BER con la ejecución de la empresa Officine Marmi Italia, se centró en la recuperación de la blancura original del mármol de Carrara. La obra, dirigida por el arquitecto Stefano Gei, ha supuesto un planteamiento científico y meticuloso, con una fase de estudio preliminar para identificar los productos más adecuados para el tratamiento de la superficie.
Tras eliminar la suciedad y las impurezas, se aplicaron compresas especiales para extraer la oxidación presente en el mármol. La operación terminó con el pulido y la aplicación de una capa protectora para mejorar la resistencia a la humedad y preservar el material a lo largo del tiempo. El resultado es una superficie de 750 metros cuadrados y 30 metros de altura que ha recuperado su luminosidad original.
La Escalera de Honor es uno de los elementos más famosos del Palacio Real. Construida originalmente entre 1651 y 1666 según un diseño de Francesco Antonio Picchiatti en piedra de piperno, fue posteriormente rediseñada por el arquitecto Gaetano Genovese en las primeras décadas del siglo XIX, quien la convirtió en una obra de gran refinamiento en mármol. En 1729, Montesquieu la llamó “le plus beau escalier d’Europe”, dándole fama internacional.
Los años, los incendios y los agentes atmosféricos habían dejado su huella, pero la restauración ha devuelto al monumento su esplendor, convirtiéndolo de nuevo en protagonista de los itinerarios culturales de Nápoles.
Simultáneamente a la finalización de las obras en el Escalón, se está trabajando en la Capilla Real. Aquí las obras de restauración, que comenzaron con una medida de seguridad de urgencia, están sentando las bases de un proyecto más amplio y articulado. Las filtraciones de agua habían dañado las preciosas superficies decoradas, lo que exigió intervenciones inmediatas que costaron 400.000 euros.
A esta fase de emergencia seguirá una restauración global, para la que se ha asignado un presupuesto de un millón de euros. Los estudios preliminares han permitido cartografiar las zonas dañadas y profundizar en el conocimiento de las técnicas de construcción, con el fin de orientar mejor los trabajos futuros.
Almerinda Padricelli, arquitecta oficial del Palazzo Reale y directora del proyecto, recuerda que “las dos intervenciones están financiadas por el Gran Proyecto del MIC. La primera restaura la visión luminosa y cándida de los mármoles del Scalone, mientras que en la segunda intervención, los trabajos se han llevado a cabo para consolidar y cartografiar superficies preciosas, pero también han permitido realizar estudios en profundidad que son importantes para orientar el diseño de la futura obra para completar la restauración de las superficies, con el fin de valorizar mejor las zonas de intervención en la Capilla Real”.
A la espera de que finalicen las obras de restauración, la Capilla acoge una exposición fotográfica titulada Clase obrera, concebida por Barbara Balbi, restauradora de la ABAP, y Almerinda Padricelli, directora del proyecto. La exposición se centra en la labor de 20 restauradores que trabajan en la obra, inmortalizada en 15 instantáneas tomadas por Camillo Ripaldi.
Las imágenes, expuestas en seis paneles, dan testimonio del compromiso y la dedicación de los operarios que trabajan cada día para preservar el patrimonio cultural. Este proyecto pone de relieve tanto el aspecto artístico de la restauración como su componente físico y técnico, y ofrece elementos de reflexión sobre el tema de la seguridad en las obras, especialmente sentida en el contexto contemporáneo.
“La exposición”, explica Barbara Balbi, directora de las obras, “hace hincapié en algunos aspectos menos habituales del trabajo de los restauradores, destacando cómo la restauración es físicamente exigente y al mismo tiempo establece un vínculo muy estrecho con el material de la obra de arte”. “La ocasión de una gran obra también nos hace reflexionar sobre la seguridad de los trabajadores en un momento de la historia en el que el tema sigue estando muy presente: en este sentido, la fotografía nos ayuda a mirar más de cerca”.
La restauración de la Escalone d’Onore (Escalera de Honor) y el inicio de las obras de la Capilla Real representan dos etapas fundamentales en la recuperación y puesta en valor del Palacio Real. En un lugar donde el pasado se encuentra con el futuro, el trabajo diario de los restauradores se convierte en un puente que combina arte, técnica y dedicación, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y evocadora.
Nápoles, restaurado el Scalone d''Onore del Palacio Real: 100 días para hacer brillar un símbolo de Nápoles |
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