LaVilla Adriana e Villa d’Este - Instituto Villae reabre oficialmente al público el 21 de mayo, tras las obras de restauración llevadas a cabo por la Secretaría Regional del Lacio, las Pequeñas Termas y la Hospitalia, dos zonas cruciales de la Villa Adriana. Estas obras se suman a las de la Mouseia, recientemente reabierta, promoviendo así una ampliación de las posibilidades de acceso y una reinterpretación global por parte de los estudiosos del área arqueológica de la Villa Adriana.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999, el complejo fue construido entre 118 y 138 d.C. por el emperador Adriano en una zona verde y rica en agua cerca de Tívoli, la antigua Tibur. La villa, que se extiende sobre una superficie de unas ciento veinte hectáreas, presenta un patrimonio arquitectónico polivalente, que incluye estructuras residenciales, termas, ninfeos, pabellones y jardines.
En el caso de las Piccole Terme, las obras consistieron en la consolidación y restauración de la mampostería, la limpieza de las superficies pictóricas y de los suelos, y la renovación de las cubiertas, en particular de la Sala Ottagona. Además de estas obras, también se llevó a cabo la renovación de los aparatos didácticos y de comunicación, así como la instalación de un recorrido accesible con paneles táctiles en italiano e inglés con transcripción en braille. Las Pequeñas Termas constituyen uno de los edificios más lujosos del complejo: además de la variedad de decoraciones en mármol, se aprecia una importante riqueza de soluciones arquitectónicas en la disposición de las distintas salas, en las bóvedas y en el movimiento de superficies curvas y planas. Es de suponer que todo el complejo se utilizó para fines imperiales, dada su proximidad a complejos de uso similar, como el edificio con tres exedras, el Ninfeo-Estadio y el edificio con un estanque de peces.
Los Hospitalia, por su parte, estaban destinados al personal de rango medio, posterior a la corte, y son especialmente conocidos por sus mosaicos en el suelo con teselas blancas y negras que forman decoraciones geométricas y florales. También aquí se han llevado a cabo trabajos de limpieza y restauración, así como la recuperación del armazón de hierro de las antiguas intervenciones de los años 50 y 60, incluyendo el desprendimiento de partes del pavimento, la reintegración de los huecos y la reubicación in situ de las teselas de los mosaicos.
“La Villa Adriana”, afirma el director de la Villae, Andrea Bruciati, “es Patrimonio de la Humanidad desde 1999, como obra maestra que combina de forma única las formas más elevadas de expresión de la cultura material y artística del mundo antiguo. Las Piccole Terme son un edificio innovador y experimental que ha aportado interesantes ideas para la formulación expresiva del Barroco y de todos aquellos lenguajes que poseen una naturaleza expandida. También por este motivo representan un edificio seminal para nuevas visiones cognitivas, una especie de complejo dedicado a la metamorfosis de las formas según una disposición casi orgánica, donde el conjunto de las partes construye una arquitectura holística en continuo movimiento. Nuestro trabajo pretende, por tanto, preservar este lugar excepcional, facilitar su acceso y disfrute, y también promover su reinterpretación cotidiana, a la luz de las sensibilidades contemporáneas”.
Como observa Leonardo Nardella, Secretario Regional de MiC para el Lacio, responsable de la central de contratación de las obras, “los trabajos de restauración, favorecidos por una inversión exclusivamente pública, han permitido reinterpretar este importante patrimonio en clave contemporánea, gracias a la utilización y experimentación de nuevas técnicas y materiales innovadores, ligeros y performantes, menos invasivos, a diferencia de restauraciones anteriores, precisamente para mantener aquellos valores excepcionales que llevaron a identificar Villa Adriana como sitio de la UNESCO. Entre ellos destaca la cúpula de ETFE transparente con arco rebajado, que ha recreado un volumen cerrado con un impacto visual mínimo y sin interferir con las estructuras antiguas, permitiendo proteger la Sala Ottagonale del agua de lluvia y de ulteriores alteraciones estáticas. Durante los trabajos, que han sido supervisados y controlados por la directora única del proyecto, la Dra. Benedetta Adembri, el director de obras Enrico Calcara, y Elsa Rizzi, con la coordinación y las pruebas de la Secretaría Regional del Lacio, han surgido importantes innovaciones científicas hallazgos científicos que han permitido ampliar el conocimiento de la arquitectura de Adriano, en particular de la cúpula de la Sala Ottagona, liberada de las reformas de los años sesenta, devolviendo así al edificio de las Pequeñas Termas su fisonomía original, distinta de la de las Grandes Termas de la zona arqueológica. A pesar del contratiempo impuesto por la emergencia sanitaria de 2020, la Autoridad Contratante coordinó y concluyó con éxito las obras de adecuación y aseguramiento de las estructuras amuralladas de época adrianea y del recorrido para visitantes, que fueron finalizadas el pasado mes de octubre por la empresa I.CO.RES srl, contratista principal adjudicataria del concurso junto con el Consorzio ARKE’ y la empresa Forcellino. Junto con la reapertura de los museos y otros espacios culturales, la reapertura de las Pequeñas Termas y la Hospitalia, tras un largo periodo de cierre, marca una nueva fase de reinicio en el mundo cultural, con la esperanza de que se abran otras nuevas puertas al futuro”.
Ph.Credit Villa Adriana
Las Pequeñas Termas y la Hospitalia de la Villa Adriana de Tívoli vuelven a ser accesibles tras su restauración |
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