Un anuncio del Muse, el Museo de la Ciencia de Trento, ha suscitado esta tarde un duro ataque de la CGIL. ¿Qué ha ocurrido? El 24 de agosto, el museo de Trento relanzó un anuncio en Facebook del pasado mes de febrero, en el que el instituto invitaba a participar como voluntario, con fecha límite el 1 de septiembre. Los requisitos: Tener al menos 16 años, poder desplazarse de forma autónoma hasta el museo, posibilidad de ser voluntario durante al menos seis meses, ganas de implicarse, buenas aptitudes para el trabajo en equipo y afán de descubrimiento y conocimiento. Todo ello a cambio de un vale de comida durante al menos cinco horas seguidas, el reembolso de los gastos de transporte (transporte público o transporte privado si no hay conexión pública), cobertura de seguro, camiseta e insignia y un certificado de cooperación.
Sin embargo, ya desde el anuncio se había despertado la ira de los usuarios. Algunos apuntaron con el dedo a la expresión “trabajo en equipo” (ya que, al ser voluntario, se supone que no se “trabaja”), otros cuestionaron el hecho de que un instituto del tamaño y la importancia del Museo de la Ciencia busque voluntarios en lugar de recurrir a profesionales, hay Otros cuestionan que un instituto del tamaño y la importancia del Museo de la Ciencia busque voluntarios en lugar de recurrir a profesionales, otros señalan que el museo ha perdido 92 guías que trabajaban allí y que ahora ya no lo hacen.
El Muse respondió a las críticas con un elocuente comentario en el mismo post. “Se trata”, escribió el instituto, “de la contribución de voluntarios, personas que están dispuestas a ponerse a disposición porque tienen curiosidad, interés y ganas de aprender más sobre los temas que tratamos en el museo y dispuestas a ofrecer su contribución, dispuestas a jugársela en su tiempo libre. Por tanto, ponen su tiempo a disposición de forma gratuita, sin una regla fija ni un horario predeterminado, durante el cual trabajan junto al personal del Muse: nunca se les deja solos para realizar una tarea sustitutiva, nunca se les carga con las responsabilidades que recaen en el personal remunerado. Los voluntarios que trabajan en una institución cultural, en un museo, independientemente de las tareas que realicen, participan en un amplio abanico de actividades, todas ellas con la participación, el compartir como principal objetivo. El objetivo es llegar a sentir la institución más cerca de uno mismo, apropiarse de ella y considerar el museo como lo que es: un bien que pertenece a la comunidad. Los voluntarios son las personas que participan por pasión en nuestras campañas de investigación, que encuentran la oportunidad de interactuar con los artefactos de nuestras colecciones naturalistas, que se encuentran en contextos socializadores y energéticos como en el caso de los eventos en los que participan colaborando y nunca sustituyendo a los profesionales que ostentan la responsabilidad formal y operativa de las actividades del museo. No se trata, por tanto, de sustituir las funciones de los más de 250 trabajadores del Muse, sino de crear un espacio de participación plenamente acorde con la noción de apertura, inclusión y servicio a la comunidad. Un criterio que está en el corazón mismo de la misión del museo”.
También ha habido quien ha comparado el Muse con los pequeños museos que dependen de la aportación de voluntarios o del trabajo no remunerado, como en el caso, que ha sido noticia nacional, del Museo de Cerámica de Deruta, que ofreció un puesto de director sin remuneración. “Es una falta de reconocimiento de los hechos reducir el Museu a un pequeño museo de voluntarios”, se defendió el instituto, “o recordar como positivo el absurdo caso del Museo de Deruta, para el que la administración local convocó un concurso para un director lsquo;voluntario”. La propia referencia citada en el post deja claro cómo esta propuesta fue considerada un disparate por toda la comunidad cultural precisamente al reconocer las tareas y la intensidad del trabajo que debe dedicarse a un museo tan importante como el de la cerámica de Deruta".
“Volviendo a nuestro museo y alejándonos del juego fácil del teclado”, concluye el Muse, “hay que recordar que se trata de una institución importante en el contexto nacional e internacional, también en términos de cifras: ha creado cientos de puestos de trabajo, ha atraído a millones de visitantes y ha producido una derrama económica en beneficio del territorio trentino decididamente considerable. Los que juegan con esto deberían ir a leer nuestros balances sociales para entender de qué estamos hablando”.
Deltema de las guías parte la reprimenda de la CGIL Funzione Pubblica Trentino, que ha respondido punto por punto a la defensa del Muse. “Ante la ’diáspora’ de 92 guías que han abandonado el museo”, ha escrito el sindicato en una nota, “nos parecen inaceptables las palabras utilizadas por Muse en su reciente post. Palabras pesadas y de las que no se desprende un replanteamiento de ciertas políticas laborales que han demostrado ser un fracaso a lo largo del tiempo, como entre otras cosas ha denunciado ampliamente a lo largo de los años FP CGIL. El post define a los voluntarios: personas que ”ponen su tiempo a disposición de forma gratuita, sin una regla fija y un horario predeterminado, durante el cual trabajan junto al personal de Muse“. Personal que depende en gran medida de las cooperativas porque están subcontratados, que formalmente tienen contratos a tiempo parcial, pero que, de hecho, tienen que trabajar semanas a tiempo completo y semanas cero horas. Personal que ve aumentar o disminuir su dedicación en función de las necesidades del museo, sin tener la certeza de los turnos, salvo con muy poca antelación. No tienen horarios predeterminados (debido a las elecciones organizativas de Muse) y son llamados a trabajar sin reglas fijas, es decir, tienen dos de las tres características del voluntario según Muse. Sin embargo, reciben una remuneración. Mísera: una media de 800 euros, a pesar de los títulos, másteres y lenguas extranjeras habladas. Sueldos tan bajos, ¿por qué? Porque se recurrió a la citada ley Ronchey insertando en la licitación unas condiciones contractuales que mortificaron a los profesionales de alto nivel que el museo ha utilizado a lo largo de los años para llevar a cabo las tareas de ”divulgación y enseñanza de la ciencia".
“El pliego de condiciones particulares”, prosigue la CGIL, “aun reconociendo, tras fuertes presiones de la CGIL, el tratamiento económico normativo relativo a la CCNL Federculture, ha degradado este esfuerzo, asignando niveles inadecuados a las tareas requeridas: a los guías (que, según el pliego de condiciones, deben tener un título universitario y conocer al menos una lengua extranjera), se les ha reconocido el nivel B2, es decir, el nivel debido a los perfiles profesionales para los que basta un diploma profesional. Pero para el Muse pedir la mejora del personal es trivializar la cuestión de los ”voluntarios".
“Lo que esperamos”, prosigue el sindicato, “es que un determinado modelo no arraigue en los museos del Trentino, donde los problemas de la externalización, muy penalizadora para el personal, deben ser definitivamente abordados y superados. Hemos pedido reiteradamente al Muse y a la Provincia que reflexionen sobre la conveniencia de reinternalizar los servicios de guía y didácticos, que el propio Muse, en su traslado desde el antiguo Museo de Historia Natural a su actual ubicación, ha sabido ”explotar“ para abrirse a un público cada vez más numeroso, con un cambio radical de perspectiva y programación de actividades. Y de esta innovación, los servicios educativos han sido los principales artífices, como también se deduce de los presupuestos sociales de los últimos años. Por eso es inaceptable que queden relegados a meros servicios accesorios, como se desprende de las declaraciones del Muse. Tanto más cuanto que el mismo organismo ya mantiene internamente relaciones contractuales virtuosas con una parte del personal que ejerce de guía en sus oficinas territoriales”. Por último, concluye la nota de la CGIL, “queda por entender qué es ”normal“, tal y como se han definido los criterios adoptados en el mensaje lanzado por el Muse a través de Facebook, en este asunto que revela una evidente falta de reconocimiento profesional en el seno de una prestigiosa organización cultural de considerable importancia estratégica para la región del Trentino”.
Imagen: el Muse. Foto Crédito Matteo De Stefano
La CGIL arremete contra el Museo de Trento: "busca voluntarios en lugar de profesionales". |
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