Un Museo Archivo dedicado a Mauro Staccioli (Volterra, 1937 - Milán, 2018): abrió ayer sus puertas en su Volterra natal, en las salas del Ex-Oratorio del Crocifisso, dentro del complejo del Centro Studi Espositivo Santa Maria Maddalena, que puso a disposición la Fondazione Cassa Risparmio di Volterra, promotora de la iniciativa. Han sido necesarios cuatro años de trabajo, por parte de la Asociación Archivo Mauro Stacccioli, que ha colaborado con la Biblioteca Hertziana - Instituto Max Planck de Historia del Arte de Roma (a través de su Laboratorio de Humanidades Digitales y su Fototeca), que se encargó de la digitalización de los papeles del artista (se digitalizaron unas 9.000 hojas), para llegar a la apertura del Archivo del Museo.
El itinerario permite ver unas cuarenta maquetas, entre las muchas realizadas a lo largo de los años por Staccioli para estudiar, verificar y presentar sus esculturas, ambientadas en lugares urbanos o en contextos naturales (algunas de ellas en los alrededores inmediatos de Volterra: se encuentran entre sus obras más conocidas), en las que una rigurosa proyección arquitectónica se combina con una poética visión utópica. La exposición de este núcleo de proyectos plásticos está flanqueada por una pantalla táctil interactiva especialmente diseñada para recorrer, a través de documentos de archivo, bocetos, dibujos preparatorios y fotomontajes de proyectos digitalizados, las grandes esculturas realizadas por el artista en Italia y en el extranjero. El Ex-Oratorio alberga también la escultura Corbano 2009, creada para la pequeña iglesia rural de Corbano (una ruina del año 900 d.C. de la que se conservan los muros perimetrales y la pila absidal, sostenida por dos columnas con dos capiteles romanos tomados del teatro de Volterra que se había utilizado aquí). La escultura de Mauro Staccioli, además de su valor artístico, pretendía subrayar la situación de degradación de este pequeño pero importante edificio, que obviamente, sin ningún mantenimiento, se ha derrumbado desgraciadamente unos 15 años después de la colocación de la escultura.
El Ex-Oratorio alberga también elarchivo en papel de Mauro Staccioli, compuesto por notas, dibujos, proyectos, documentos, fotografías y catálogos. Gracias a esta nueva ubicación y a la base de datos digital creada por la Bibliotheca Hertziana, se pretende ofrecer a los estudiosos un acceso más fácil a los documentos y la posibilidad de profundizar en los estudios sobre el artista.
“Mauro Staccioli”, escribe Maria Laura Gelmini, “trabaja siguiendo un procedimiento peculiar que responde a la necesidad fundadora de su pensamiento: leer el lugar a la luz de la historia y dejar un signo indicativo en la estela de esta lectura. A finales de los años sesenta se perfilaba en el artista una opción consciente: comprometido políticamente, siente el arte como una respuesta obligada al estar ahí, una obra que participa en el debate. Su sensibilidad hacia el entorno sociohistórico surge en Volterra en 1972: el lugar, el espacio urbano, el edificio, la naturaleza, tienen su propia historia, su propio aliento, llevan las huellas de acontecimientos antiguos o de situaciones socioambientales. Unos años más tarde, Staccioli daría a su exposición en el castillo de Vigevano (1977) el emblemático título de Leer un entorno. El artista ”lee“ el lugar antes de colocar en él un signo acorde no sólo con el espacio, sino también con la presencia del hombre. Un trabajo intenso e invisible precede a la escultura de Staccioli, síntesis poética perfecta de ritmo y medida en relación con el lugar. Los materiales recogidos en el estudio-archivo en 40 años de trabajo, al dar testimonio de una intensa actividad, ofrecen las claves para comprender su trayectoria ideacional. [...] Un recorrido intelectual complejo, muy cercano al de un arquitecto: desde el primer contacto con el lugar, su historia, sus huellas, fijadas en una campaña fotográfica, anotadas en cuadernos, documentos esenciales para las consideraciones de impacto y las primeras formas concebidas in situ. En este punto, la imaginación del artista puede volar a partir de un terreno de diseño bien definido, lo más fiel posible a la realidad histórico-ambiental del lugar”.
Fue el propio Staccioli quien quiso crear el archivo, del que era presidente, en 2012. En la actualidad, la dirección del instituto ha pasado a manos de Giulia Staccioli, hija del artista, mientras que el papel de responsable organizativo lo asume Andrea Alibrandi, que ha trabajado junto a Mauro Staccioli en el mismo puesto desde la fundación del archivo. Con la fundación del Archivo del Museo se añade también la directora, que será la joven investigadora Caterina Martinelli.
Imagen: Mauro Staccioli, La Boldria (Volterra, 2009). Foto: Serena Borghesi
Inauguración en Volterra del Museo Archivo Mauro Staccioli |
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