En Florencia, las obras de restauración de la Sala degli Elementi del Palazzo Vecchio han concluido y, después de dos años, vuelve a ser plenamente accesible. La Sala, situada al principio del Quartiere degli Elementi (en la tercera planta del edificio emblemático de la ciudad), fue restaurada gracias a una financiación privada de unos 800.000 euros, garantizada por la Fundación Onlus Giulio y Giovanna Sacchetti: Gracias a su apoyo, fue posible trabajar en los frescos de las paredes y el techo de la Sala degli Elementi (con un coste de 475.000 euros para las paredes y 318.000 euros para el techo), objeto de la intervención dirigida por la Oficina de Bellas Artes del Departamento de Servicios Técnicos del Ayuntamiento de Florencia y realizada por las empresas Mannucci srl, Meridiana Restauri srl y Techne snc. Han sido necesarios dos años de trabajo, durante los cuales el público ha podido seguir accediendo a la sala, ya que la obra de restauración se ha diseñado de forma que no altere el recorrido de los visitantes (de hecho, a través de un andamiaje especial, el público ha podido ver trabajar a los restauradores y observar de cerca los frescos del techo).
El Cuarto de los Elementos representa la intervención más importante en el Palazzo Vecchio de Cosimo I de’ Medici (Florencia, 1519 - 1574), primero duque de Florencia y luego, a partir de 1569, gran duque de Toscana: compuesto por cinco salas y dos logias, el cuarto fue decorado por varios artistas tras la muerte de Battista del Tasso (Florencia, c. 1500 - 1555), a quien se había confiado inicialmente la empresa. La Sala de los Elementos, en particular, consta de frescos (pintados primero por Battista del Tasso y más tarde por Vasari y su taller) alusivos a los cuatro elementos:el Agua (con el Nacimiento de Venus), la Tierra (los Primeros de la Tierra ofrecidos a Saturno), el Fuego (la Fragua de Vulcano) yel Aire (en el techo, con Saturno mutilando el cielo). En la base se encuentran los paneles pintados al fresco por Marco Marchetti (Faenza, c. 1528 - 1588) con escenas de batallas entre dioses marinos, mientras que la chimenea fue diseñada por Bartolomeo Ammannati (Settignano, 1511 - Florencia, 1592).
La intervención se había hecho necesaria para remediar el estado de deterioro, en constante aceleración, en que se encontraba la sala, lo que provocaba diversos problemas: por ejemplo, en algunas partes de los frescos, la película pictórica corría el riesgo de desprenderse (las secciones más expuestas ya habían sido veladas), en otras, se producía el efecto de filtraciones de humedad. Tras una campaña de diagnóstico y un análisis minucioso, los restauradores procedieron a la consolidación previa de la película pictórica con resinas acrílicas y morteros de inyección, a lo que siguió la limpieza de todas las superficies con agua desionizada. A continuación se aplicaron compresas de carbonato amónico para eliminar las antiguas sustancias consolidantes, y compresas absorbentes con sepiolita, arbocel y una concentración muy baja de agua saturada. También fue necesario eliminar el antiguo rejuntado y realizar nuevos rejuntados con morteros de cal hidráulica desalinizada mezclada con arena. El rejuntado que aún era funcional se conservó pero rebajado de tono. El retoque final se realizó con tierras naturales y óxidos diluidos en caseinato de amonio: las abrasiones se trataron bajando el tono con veladuras de color transparente, mientras que los huecos se rellenaron mediante selección de color.
El techo requería una mayor atención debido a la infiltración de humedad, que había provocado el hinchamiento y la pulverización de las capas preparatorias, con el consiguiente levantamiento de la película de pintura o pan de oro utilizada por los pintores de Cosme I. Así pues, procedieron a una limpieza inicial que eliminó las sustancias añadidas en épocas posteriores, por ejemplo en restauraciones más recientes (como la realizada entre 1949 y 1951), durante la cual los frescos se cubrieron con barnices protectores y fijadores que se habían alterado con el paso del tiempo, y luego continuaron con la consolidación en los paneles y marcos. A continuación, los restauradores retiraron el velado y el enlucido decoherente, y procedieron a un nuevo enlucido de las partes faltantes y deterioradas. La limpieza se diferenció en función de las técnicas pictóricas empleadas: en los paneles al temple al óleo, se realizaron tres tipos de limpieza diferentes para diluir gradualmente la pintura alterada por encima, mientras que en los marcos, la limpieza se diferenció con dos métodos según las distintas decoraciones, utilizando soluciones de PH controlado. La reintegración pictórica en los estucos se llevó a cabo con barniz y colores al temple utilizando el método de “subtono” y “selección cromática” y, por último, se aplicó a los paneles un barniz de superficie, en parte aplicado a pincel y en parte por pulverización, para que las reintegraciones pictóricas fueran homogéneas con el original.
La restauración, explica el Ayuntamiento de Florencia, también brindó la oportunidad de realizar una reflexión crítica sobre las metodologías desarrolladas por la disciplina de la conservación en los últimos cincuenta años, por ejemplo, reduciendo al mínimo el uso del hidróxido de bario como agente consolidante de los frescos, favoreciendo el empleo de descubrimientos de última generación como los nanocalcos y favoreciendo el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente en los procesos de conservación.
Florencia, después de dos años concluye la restauración de la Sala degli Elementi del Palazzo Vecchio. Ha sido posible gracias a la financiación privada |
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